Arica: Familias denuncian graves descriterios y discriminación de militares hacia personas con Trastornos del Espectro Autista

Vía Movimiento Apaña Nicolás se dirigía a una tienda a cotizar una herramienta con su permiso temporal de espectro autista, el cual le permite libre tránsito por dos horas, pero al tratar de ingresar fue cuestionado por miembros del Ejército quienes le manifestaron que no debía usar ese permiso

Vía Movimiento Apaña

Nicolás se dirigía a una tienda a cotizar una herramienta con su permiso temporal de espectro autista, el cual le permite libre tránsito por dos horas, pero al tratar de ingresar fue cuestionado por miembros del Ejército quienes le manifestaron que no debía usar ese permiso. En otras oportunidades, militares le cuestionaron sus capacidades para manejar, le exigían profesión para movilizarse e incluso le dijeron “habla como hombre”.

Estos y otros tratos discriminatorios fueron denunciados como vulneración a los derechos humanos por la agrupación Asperger y TGD (Trastorno Generalizado del Desarrollo) Arica, a través de una declaración publicada en su página en Facebook, la cual fue replicada por la Defensoría de la Discapacidad y viralizada en distintas redes sociales. 

El Asperger es parte de los Trastornos con Espectro Autista, TEA, caracterizándose por dificultades en la comunicación, interacción social y aprendizaje, además de un repertorio de intereses y actividades restringido y repetitivo.

El gobierno reconoce la necesidad de esparcimiento para las personas con TEA, al permitir el permiso temporal individual “Salida de personas con espectro autista u otra discapacidad mental”, el cual permite libre tránsito por dos horas diarias para ellos y sus acompañantes. A pesar de este reconocimiento, en la práctica, las fiscalizaciones han desencadenado conductas discriminatorias y de acoso.

Nicolás Galleguillos ha vivido cuatro situaciones de esta índole: “Durante la primera cuarentena total, el militar me preguntó si tenía las capacidades mentales para conducir, me cuestionó”. La segunda experiencia la vivió con Yerko y Natalia, jóvenes que también participan en la agrupación y son parte de talleres relacionados a sus interéses específicos: “Nos comenzaron a cuestionar por cosas que no venían al caso. Cuando la sicopedagoga mostró su profesión en el carnet de identidad, recién nos dejaron pasar”, dijo el joven. 

La tercera experiencia fue cuando iban a cotizar unas herramientas y no lo querían dejar entrar al local: “El militar dijo que estábamos haciendo un mal uso del permiso, que no era apto para entrar a comprar. Yo le dije que tenía un interés específico y que estaba en esa tienda. Yo lo encontré discriminatorio de su parte, lo sentí como un caso bien fuerte”.

Sobre estos episodios, el presidente de la agrupación, Antonio Galleguillos, quien es además el padre de Nicolás, puso énfasis en los efectos y consecuencias de estos actos faltos de empatía.

“Ese día el militar en vez de llevar el arma detrás, la llevaba de frente. Las personas con TEA tienen distorciones cognitivas y pueden manifestar eso como una agresión y pueden actuar de distinta manera, dependiendo de la severidad: pueden salir arrancando, pueden asustarse y caer en crisis, pueden golpear a la persona. Todos son distintos y a algunos les puede afectar de por vida, de hecho ya hay personas que no quieren salir para enfrentarse a esa situación, aunque lo necesiten no lo hacen”, explica Antonio Galleguillos.

El presidente de Asperger y TGD Arica cuenta que la última experiencia que vivieron sucedió el 13 de agosto, pasando el control cercano al estadio Canadela. Eran casi las siete de la tarde y salió a hacer mantención de la máquina, sin darse cuenta que tenía restricción vehicular.

“(El militar) nos preguntó la profesión, me recalcó lo de la restricción y le pedí disculpas con un tono bajo, entonces bien prepotente me responde ‘digámelo como hombre’. Tuvimos que hablar con un carabinero, y ahí el trato fue distinto, flexible y nos dejó ir, pero el militar seguía insistiendo que no debía dejarme pasar y que merecía una multa”, recordó el papá de Nicolás. 

Más casos

Yasna Vidal tiene un hijo de 17 años con TEA y en este tiempo ya vivió dos situaciones de discriminación y acoso: “Estaban controlando a los autos, tenían un tremendo taco, cruzamos y luego de quedarse mirando a mi hijo, dejan el control con los autos y lo hacen con nosotros. Después nos pasó en un supermercado, nos cuestionaron por el permiso, que había que cambiarlo, más encima haciéndose el coqueto y diciendo que para la otra me iba a ir con multa. Molesta que poco más nos estén haciendo un favor. Es la familia la que después se desgasta”. 

Al respecto, la abogada Ana Carvajal Maripan comentó que estos episodios de humillación son resultado de una falta de capacitación y de seguir así podrían ocurrir consecuencias nefastas. 

“Esto ha ocurrido con jóvenes que han crecido en un contexto de apoyo y protección de parte de sus padres quienes se organizaron, pero qué pasa en el caso de personas que no estén preparadas, que se descompensen o se les pueda producir un retroceso en sus conductas. Hay una consecuencia nefasta porque se arriesga la integridad de esa persona. En ellos se forma esa dicotomía entre salir y ser agredidos o acosados, versus no salir y estresarse dentro de casa”, explica la abogada.

Silencio de Senadis

Los hechos narrados han venido ocurriendo desde abril, pero recién el 4 de agosto la agrupación logró concertar una entrevista con la encargada jurídica de Senadis. Sin embargo, la respuesta no fue satisfactoria para las familias, quienes se sintieron más discriminadas. 

“No quería acercarse al caso, encontré que todo el rato nos trató de manipular para decir no, porque en todo momento me hacía cuestionar las cosas. No nos ayudó de ninguna forma”, comentó Nicolás. Similar visión tuvo Natalia, quien también participó de esta videollamada: “Siempre trató de bajarle el perfil, que lo vieramos como algo sin importancia”, indicó.

Para la abogada Ana Carvajal, los servicios están en un “silencio que puede ser fatal, porque a nadie le importa visualizar este tema, nadie los quiere abordar porque se supone que son hechos aislados, hasta que pasa algo fatal, pero la idea es no llegar a eso. Se está tratando como caso aislado, pero es una situación que afecta a todo un colectivo”.

Finalmente, luego de hacer públicas las denuncias en las redes sociales, el 18 de agosto la agrupación recibió un correo de parte de la abogada de Senadis solicitando documentación, pero sin explicar cómo actuará el servicio: “Los chicos ya no quieren nada, han sido más discriminadores que colaborativos”, concluyó Antonio Galleguillos. 

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