Serán trasladados a la planta Ecoprial de desechos industriales ubicada en Osorno

Calbuco: Denuncian operación encubierta de descarga de desechos de barco salmonero Seinkogen

Mientras pobladores intentaban bloquear la salida de camiones con los desechos tóxicos, la ONG ambientalista Greenpeace criticó el accionar de las autoridades en esta maniobra: “En este momento en la zona se necesitan menos funcionarios de Fuerzas Especiales y más inspectores de medioambientales. No sigan agrandando las zonas de sacrificio del país”.

Por Absalón Opazo

16/09/2018

Publicado en

Chile / Medio Ambiente / Portada / Regiones

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La organización internacional Greenpeace calificó como una «operación encubierta», realizada justo en medio de las festividades del 18 de septiembre, y cuyos estándares de seguridad medioambiental están lejos de poder ser garantizados, el proceso de descarga y traslado de las 100 toneladas de desechos de salmones muertos que se mantuvieron durante meses en las bodegas del barco Seinkogen que se hundió en las costas de Chiloé.

Según Greenpeace, las operaciones de descarga del material tóxico comenzaron a primera hora de la mañana de este domingo, cuando varios barcos traspasaron las toneladas de desechos a la planta San José en la comuna de Calbuco.

Alertados por la situación, pobladores y organizaciones locales intentaron bloquear las puertas de acceso, desde donde otros camiones estaban comenzando a transportar los desechos tóxicos a la planta de desechos salmoneros Fiordo Austral, a unos 45 kilómetros de distancia. Al cierre de esta nota, se habían reportado varios detenidos por estas protestas en Calbuco, debido ala intervención de las Fuerzas Especiales de Carabineros.

«Estamos ante una maniobra que se ha intentado realizar entre gallos y medianoche, justo en medio de las festividades del 18 para intentar pasar lo más desapercibidos posible. Es evidente que existe un ánimo de intentar resolver esta crisis medioambiental con lo menores impactos comunicacionales posibles. Ni la empresa salmonera Camanchaca ni las autoridades han escuchado a las comunidades y autoridades locales que han rechazado la maniobra», afirmó Estefanía González, coordinadora del área de océanos de Greenpeace.

«Lo más grave es toda esta maniobra se está haciendo sin tomar en cuenta los recursos judiciales que han sido interpuestos para impedir el procedimiento. El gobierno no parece haber aprendido la lección de Quintero y sigue más empeñado en solucionar los problemas a las empresas que de garantizar la salud de las personas”, añadió Estefanía González.

Las 100 toneladas de salmones, después de haber sido descargados en Calbuco, pretenden llegar a una planta procesadora de la zona, en donde se les aplicarán diferentes químicos para «neutralizar» el contenido y obtener como resultado toneladas de una gran masa de lodo salmonero. La idea es que ese lodo sea lo menos tóxico posible cuando llegue a su destino final: la planta Ecoprial de desechos industriales en Osorno.

El lugar, sin embargo, presenta un extenso historial de sanciones por incumplimiento de normas medioambientales. “¿Cómo la comunidad puede estar segura de un procedimiento en donde el receptor final de los desechos está lejos de ser un recinto confiable y en donde hasta la propia Superintendencia de Medio Ambiente ha presentado reparos a sus operaciones?”, pregunta Estefanía González.

Por su parte, Heriberto Teuquil, lonko de la comunidad Huilliche “Hijos del mar” de Puntilla Isla Tenglo, dice: “Nos sentimos pasados a llevar. Están a pleno día haciendo la descarga sin ninguna garantía de seguridad. Se nos ha escondido información y no somos tomados en cuenta. En medio de estas celebraciones de Fiestas Patrias, ¿cómo vamos a levantar la bandera con lo que nos está pasando? Estamos cansados de la contaminación”.

Desde Greenpeace acusan que el procedimiento ha estado plagado de irregularidades. Por ejemplo, que las autoridades no han entregado los antecedentes técnicos ni los argumentos que sustenten la decisión de hacer esta riesgosa maniobra en mar, que no se ha facilitado información respecto de las naves que realizaron la operación, con qué certificaciones contaban y menos las medidas de seguridad medioambiental que se tomaron para llevarla a cabo.

“De acuerdo a nuestras imágenes satelitales no hubo presencia de buques de la Armada supervisando esta descarga en el mar. La verdad es que en este momento nadie puede garantizar que la operación no tuvo consecuencias medioambientales, las cuales podrían quedar a la vista no de manera inmediata, sino a futuro”, explica Estefanía González.

Finalmente, Greenpeace hizo un llamado urgente al gobierno: “En este momento en la zona se necesitan menos funcionarios de Fuerzas Especiales y más inspectores de medioambientales. No sigan agrandando las zonas de sacrificio del país”, concluyó la organización.

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