Caso Maristas: Sobreviviente de abusos denuncia nulo avance en investigación realizada en los últimos 4 años por la Iglesia y la Fiscalía

"No ha existido real colaboración con el Ministerio Público de Chile en las investigaciones de las denuncias de abuso eclesiástico. Todavía seguimos esperando el denominado Informe Scicluna para aportar con información relevante en la investigación de las fiscalías. Así tampoco se han concretado medidas ejemplares y ejemplificadoras para garantizar la no repetición de estas graves e imperdonables vulneraciones a los derechos de cientos de infancias y adultos vulnerables", denunció Jaime Concha, sobreviviente de abusos del caso Maristas.

Jaime Concha Meneses, sobreviviente de abusos eclesiásticos cometidos bajo el cuidado de la Congregación de los Hermanos Maristas y vocero de Red Sobrevivientes Chile, denunció este lunes el nulo avance en la investigación que lleva a cargo la Iglesia y la Fiscalía, sobre los casos de abusos cometidos por la congregación.

Concha Meneses, se refirió a través de una carta a una reunión que mantuvieron los denunciantes con representantes del Estado Vaticano, en febrero del 2018, donde “se nos solicitó entregar un relato abreviado de los hechos denunciados y se nos prometió Verdad, Justicia y Reparación”, cita El Desconcierto.

En la misiva, el vocero de Red Sobrevivientes Chile recordó que se les había solicitado a las víctimas colaborar con la Iglesia en la investigación canónica que se llevaba a cabo, y se sugirió «solicitar a la Iglesia una reparación económica por las vulneraciones de derechos de las cuales fuimos víctimas”.

«Durante estos 4 años hemos cumplido con nuestra palabra y participamos de la Investigación Canónica llevada a cabo por el Salesiano David Albornoz. Presentamos una querella criminal en la Fiscalía Metropolitana contra todos los que resultaran responsables de estas vulneraciones con consecuencias devastadoras en nuestra infancia, espiritualidad, sexualidad, autoestima, regulación emocional, vínculos afectivos y sociales, así como en nuestra calidad de vida», refiere la carta, publicada en su portal web.

En este sentido, acusó que, desde el 2018 que arrancaron las investigaciones y que se tuvo la visita del Papa Francisco a Chile, no existe «ni la verdad, ni la justicia, ni la reparación» comprometida por el Sumo Pontífice.

«Es el propio Papa Francisco en su actuar el que ha demostrado en estos años que la visita de Scicluna y Bertomeu fue más bien una acción comunicacional estratégica para gestionar los daños colaterales de la Visita Papal a Chile en Enero 2018. Así también, los hechos demuestran que estableció un trato desigual a las víctimas», advirtió en su carta.

De igual forma, denunció que el Papa Francisco recibió a pocas víctimas en Roma y concretó acciones con ellas.

«Hasta les incorporó en un Convenio de colaboración para reconstruir lealtades invisibles que obviamente implican pactos de silencio y complicidad que han sido muy retraumatizantes y revictimizantes para muchos de nosotros. Lo traumático ha sido el silencio y la pasividad con que Bergoglio, los Obispos de Chile, el Nuncio, las Congregaciones Católicas y la mayoría de los laicos y laicas han actuado en estos años», señaló.

Falta de colaboración con el MP

En la misiva, Jaime Concha acusó que no ha existido una real colaboración con el Ministerio Público, al punto que las víctimas de estas denuncian no han recibido, hasta la fecha, el denominado «Informe Scicluna».

«No ha existido real colaboración con el Ministerio Público de Chile en las investigaciones de las denuncias de abuso eclesiástico. Todavía seguimos esperando el denominado Informe Scicluna para aportar con información relevante en la investigación de las fiscalías. Así tampoco se han concretado medidas ejemplares y ejemplificadoras para garantizar la no repetición de estas graves e imperdonables vulneraciones a los derechos de cientos de infancias y adultos vulnerables», denunció.

Advirtió que las acciones simbólicas, sociales, institucionales y económicas no se han orientado a la verdadera «reparación» para las víctimas.

“Para nosotras las víctimas, la visita de Scicluna y Bertomeu en nombre de Bergoglio, es una traición a la confianza y un abuso espiritual y de poder imperdonable. Finalmente, las promesas en nombre de un dios, del Jefe de Estado y de una Iglesia fueron una acción comunicacional estratégica para gestionar los daños colaterales de la visita de Bergoglio a Chile, más que un acto de acogida, acompañamiento y cuidado”, agrega Concha.

Por esta razón, le han exigido, en reiteradas ocasiones, al Estado que deje ser cómplice de estas vulneraciones y avanzar en las investigaciones y en las denuncias que se encuentran en el Ministerio Público,

Esperan, además, que con la llegada del futuro presiente, Gabriel Boric, se pueda implementar una real Comisión de Verdad, Justicia y Reparación para las Víctimas de Abuso Institucional.

“Confiamos en que el gobierno del Presidente Boric cumpla con su palabra e implemente esta Comisión durante su mandato. Es un imperativo de Memoria, Verdad, Justicia y Reparación de una herida que permanece abierta y compromete la dignidad de cientos de familias de los pueblos de Chile”, cerró.

«Intervención de la Iglesia a nivel de lobby»

Para laicos y denunciantes en estos casos de abusos, el papel de la Iglesia en el esclarecimiento de la verdad y búsqueda de justicia quedó en meros actos comunicacionales, y, a cuatro años de las primeras denuncias, la impunidad sigue siendo la regla dentro de una organización que ha perdido gran parte de su influencia en la esfera pública.

Para José Andrés Murillo, uno de los denunciantes en el caso Karadima, la lentitud en las investigaciones judiciales ha llegado incluso a niveles cercanos a la «negligencia», excusada en algunos casos por las condiciones impuestas por la pandemia, pese a que otros procesos no vinculados a la Iglesia han seguido su curso durante este periodo.

«Sabemos que hay intervención de la Iglesia a nivel de lobby, cosa que no nos sorprende porque siempre se ha manejado de esa forma, pero que deja con una sensación por un lado de impunidad y por otro de indefensión a las víctimas, indiferencia y abandono», señaló Murillo, citado por la agencia EFE.

Por su parte, Eugenio de la Fuente, quien acompañó a numerosas víctimas de abusos a realizar las denuncias; señaló que la renovación de la Iglesia «se había trancado»

«Eso me produjo esperanza. Sin embargo, a mediados de 2020 me di cuenta que la renovación de la iglesia chilena se había trancado. Se pidió la renuncia de ocho obispos sin transparentar sus razones, y muchos otros quedaron. Nunca se continuó la renovación de la Iglesia chilena, ese es un hecho objetivo», dijo a De La Fuente a EFE.

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