Catalina Valenzuela Maureira, candidata del Partido Humanista por el Distrito 12 —uno de los que reparte siete escaños, integrado por La Florida, Puente Alto, La Pintana, Pirque y San José de Maipo— e integrante de la coalición Izquierda Ecologista Popular Animalista y Humanista, advierte que, si la derecha alcanza los 4/7 del Parlamento, se abriría paso a una agenda orientada a negocios privados en desmedro de derechos sociales. En esta entrevista, llama a votar para frenar ese escenario y plantea bancadas transversales en torno a salud, educación, vivienda, medioambiente y defensa de los DD.HH., “más allá de simpatías y antipatías personales”.
—Hay un riesgo importante de que la derecha conquiste hasta 4/7 del Parlamento. ¿Qué llamado hace a los votantes?
—Este es un riesgo real: un Parlamento legislando para quitar los derechos básicos —como la salud, la educación y la vivienda—, mejorando los negocios privados de los amigos de turno (no olvidemos a Hermosilla como ejemplo), para que desarrollen nuevas fórmulas de endeudarnos en cada uno de estos ítems y convertirnos en esclavos de una cadena de pago.
Un sector legislando para mejorar sus negocios aún más con nuestros recursos naturales —como ya lo han hecho con la pesca, las forestales, las salmoneras, el retail y otros—, hipotecando nuestro futuro y convirtiendo todos los rincones del país en zonas de sacrificio, porque ellos están asegurados con sus casas en la cota 5.000 o directamente fuera del país.
Un sector legislando con medidas populistas que hablan de “delincuencia cero”, repartiendo armas, generando un negocio con las cárceles concesionadas y que, en paralelo, se niega a levantar el secreto bancario; permite que sigan en sus puestos jueces corruptos y abogados mafiosos, y quiere liberar a criminales de lesa humanidad, capaces de violar, mutilar y matar gente… Esa es la realidad.
Nunca —y pueden revisarlo—, nunca alguien del sector de derecha ha legislado para mejorar las condiciones laborales, económicas, de acceso a vivienda o salud, el derecho a descanso y expresión; en definitiva, cualquier derecho de la ciudadanía.

—¿Cree en la construcción de bancadas transversales? ¿En qué materias las impulsaría?
—Absolutamente, hay [hechos] trágicos que han demostrado que es posible la unión en causas mayores; el genocidio palestino es uno de ellos.
Aunque no nos guste, debemos pasar por sobre nuestras simpatías y antipatías personales y buscar la colaboración en todas las materias que aseguren las mejores condiciones de vida para nuestros habitantes y territorios. Otra cosa es que, históricamente, ciertos sectores limiten y voten en contra de aquellas acciones. Pero, por mi lado, no voy a cejar en intentar mover la aguja en el sentido correcto, que no es otro que el de mejoras en la calidad de vida, justicia y dignidad.

