Chile: la Dictocracia en acción

Por Simón Rubiños Cea / Se cansó la gente, se acabó el abuso impune de la oligarquía al pueblo chileno

Por Absalón Opazo

26/10/2019

Publicado en

Chile / Columnas / Portada

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Por Simón Rubiños Cea / Se cansó la gente, se acabó el abuso impune de la oligarquía al pueblo chileno. 5 días de protestas contra un Estado incapaz de responder ante las demandas; en contra de los perdonazos; en contra de la precarización y privatización de la vida; en contra de la desigualdad; en contra de la clase política tradicional que en 30 años posdictadura no ha sido capaz de nivelar sino desnivelar la cancha, jugando a las reformas y contrarreformas para apuntalar el feble modelo neoliberal instaurado en dictadura y sus civiles aliados, que descaradamente se repitieron la participación en gobiernos de la Concertación y ahora con mayor descaro en el segundo gobierno de Piñera, quien con su accionar e imaginario ha develado la verdadera naturaleza de la democracia chilena.

Las protestas desatadas por el alza del pasaje del Metro escalaron a un nivel sin precedentes, transformándose así en un movimiento acéfalo por la reivindicación de los derechos y condiciones de seguridad social que fueron mercantilizados, pasando de ser una lucha por un aspecto de la canasta básica a ser una lucha por la canasta y todo lo demás.

Ante la explosión por el alza del pasaje del Metro, se tiene como antecedente la “Revolución de la Chaucha”, cuando Gabriel González Videla, del Partido Radical, promulgó la ley maldita en 1948, declarando ilegal y persiguiendo al Partido Comunista. Al año siguiente, apoyado ahora por los partidos de derecha, sube 20 centavos al pasaje del transporte, casi $4 de 2019, para un pasaje que en total equivale a casi $30 de este año. El descontento desbordó las capacidades del gobierno, transformándose en protestas que terminaron revirtiendo el alza y con un pasaje diferenciado para estudiantes1. La Ley Maldita fue revocada recién en 1958.

El alza del pasaje del metro de 2019 equivale prácticamente al 100% del valor del pasaje de hace 70 años. Desde 2007 el tiquete casi se ha duplicado2, sufriendo tres alzas solo en el segundo gobierno de Piñera, siendo la última la gota que colmó el vaso y desató protestas a nivel nacional, compartiendo con el movimiento anterior la consecutiva militarización y represión violenta por parte del Estado.

A diferencia de 1949, el descontento ahora es mayor.

Desde 1980, en dictadura, Chile cuenta con una Constitución de marcado sesgo neoliberal y que consolidó una transformación estructural de la sociedad, derivando en la concepción instrumental de la democracia, autoritaria y protegida, restringiendo el rol del Estado casi como superintendencia, en una relación mediada y conducida por privados quienes el último tiempo han roto el mito de la eficiencia de dicho sector. Incluso, la Constitución trata ideas específicas de economía que debieran estar reguladas por una ley para ello3.

De hecho, la Constitución no garantiza igualdad en el acceso a condiciones de bienestar material en educación, salud, protección social ni cultura, sino sólo el acceso mediante vías no especificadas, dividiendo la sociedad en dos categorías, aquellos con recursos para acceder y otros que quedan cubiertos por deficientes estructuras estatales, con aspectos esenciales desregulados y abiertos al mercado4.

Por ejemplo, las pensiones, que concentran gran parte del descontento, la tasa de reemplazo -el cociente entre la pensión recibida y el promedio salarial de los últimos años antes de jubilar sobre el cual se calcula ésta – alcanza apenas un 38% en promedio, mientras que las AFP señalan que es un 45%, ambos debajo del 60% de los países de la OCDE. Además, según la Comisión Bravo, entre 2025 y 2035, un 50% de los pensionados obtendrán tasas iguales o inferiores al 15%5, y según la coordinadora No+AFP, a octubre de 2016, el monto promedio de las pensiones por vejez de 545.624 pensionados era de $191.972.6

Si bien ha habido reformas al sistema de pensiones, solo han sido paramétricas y no estructurales. Reemplazar las AFP se vuelve complicado para la clase política al ser el sostén del modelo económico del país. Un botón, a mayo de 2016 los ahorros pensionales equivalían al 70% del PIB, en momentos en que dichos recursos financiaron compañías como PENTA y SOQUIMICH, formalizadas por corrupción y financiamiento irregular de campañas políticas7.

Volviendo a la transformación en dictadura, las reformas se centraron en 11 pilares8 (Reforma Laboral; Subcontratación; Sistema de pensiones; Sistema Tributario; Privatización de la educación y abandono de la educación pública; Sistema de Salud; Sistema bancario; Constitución política; Fomento Forestal; Desnacionalización del cobre; y Privatización de las aguas), que durante los 30 años de la vuelta a la democracia se han mantenido intactos, permitiendo al país presentar un sostenido crecimiento económico al tiempo que crece la desigualdad e inseguridad social. Esta desigualdad se simboliza, entre muchas otras formas, con Piñera mismo, quien se ubica en el puesto 804 de la lista Forbes9 de 2019, quinto en Chile, con una acumulación de US2.800 millones.

Ahora, la junta militar y los Chicago Boys comprendieron la necesidad de reemplazar la dictadura para alcanzar mayores niveles de crecimiento económico. Así, en aproximaciones sucesivas entre el régimen y la Concertación, se pactó la transición hacia la democracia que después, en el simbólico plebiscito de 1988 permitió volver a elegir presidente, siendo Aylwin, promotor del Golpe de Estado, quien recibiera la posta gubernamental.

Sin embargo, en los pactos hechos, Felipe Larraín10, ministro de Hacienda de los dos gobiernos de Piñera, lideró un equipo que desarrolló un programa económico-social centrado en el mercado y la empresa privada, publicado como libro y llamado “Desarrollo Económico en democracia. Proposiciones para una sociedad libre y solidaria”, el cual se transformó en el programa económico de la Concertación en los 90. Quien más que Larraín para ser el ministro de hacienda y dirigir su propio proyecto

En los 30 años siguientes ningún gobierno tocó la naturaleza neoliberal de la dictadura, más bien se dedicaron a fortalecer y robustecer los pilares del modelo, realizando reformas paramétricas que permitieran sostener crecimientos macroeconómicos bajo el mito de “conquistar el progreso con igualdad, convergiendo el crecimiento económico con el social”11. Pero la situación no fue tal y más bien se condicionaron las políticas públicas a seguir dicho sendero, mientras se precarizó lo social, aumentando el descontento de la gente.

En estos años, ante cualquier levantamiento social que expresara lo anterior, la policía militarizada, y no directamente los militares, fue utilizada para reprimir y dispersar, siendo solo aquellas veces en que los gobiernos se vieron desbordados las únicas en que la gente pudo avanzar y lograr pequeñas conquistas sociales como la gratuidad parcial en la educación superior en 2011. Sin embargo, y a pesar de haber pasado a democracia, sigue habiendo desaparecidos12 y torturados13 del Estado. En las protestas que se desarrollan, hoy martes 22 de octubre, se cifran en 15 los muertos14.

Hoy, los militares están en las calles, y Piñera y sus secuaces juran que están en guerra, develando el verdadero rostro de la democracia chilena, aquella feble y restringida que nunca fue del todo democrática. Ese pacto condicionado es una dictadura en las sombras, y los gobiernos que le siguieron trataron de pintar la fachada mientras se cae a pedazos, dejando los pilares, los verdaderos motivos del descontento, robustecidos a medida que avanzan los años.

Junto a los pilares establecidos en dictadura, se observan las mismas prácticas de ese entonces y que hoy llegan al clímax con el Estado de Emergencia y los toques de queda luego de extraños casos de bienes privados quemados o saqueados (los buses de Transantiago no son públicos, Enel ni los supermercados tampoco). La excusa perfecta. Kast regocijándose y Piñera mostrando su naturaleza golpista. La locura militar disparando a civiles, incluso en vivo ante las cámaras de televisión15, devela el verdadero rostro de una democracia, no porque haya un cambio sino porque sigue siendo el apéndice de la negociación de la centro-izquierda con la dictadura, transformándose así, por tener el modelo y las prácticas anteriores ahora con elección presidencial, parlamentaria y municipal, en una Dictocracia.

La centro-izquierda que colaboró con el hastío, hoy vive en los mismos barrios de quienes detentan el poder, comparten puestos en directorios de empresas, fomentan concesiones, fundaciones que les reúnen como Paz Ciudadana, o espacios internacionales como el Diálogo Interamericano donde Lagos comparte con todas las figuras de la derecha dura de Latinoamérica, y así otras más.

Por lo tanto, en estos momentos, como pueblo, debemos mantenernos unidos y conscientes, sin caer en la manipulación de doctrinas aplicadas y replicadas a lo largo de la historia del país, abandonando el materialismo individualista que se nos inculcó y que tiene sumido a Chile en una crisis moral, social y microeconómica (porque el macro jamás ha perdido), superando la mordaza de la Dictocracia para alcanzar un verdadero buen vivir.

Debemos tener paciencia, fuerza, temple y cariño entre quienes están dándolo todo por cambiar el país. La Dictocracia en acción se inventó una guerra para dividir y oprimir. Piñera debe bajar el estado militar y sentarse a dialogar para solucionar el problema estructural que causa el descontento para fundar realmente una democracia, y si no lo hace, debe renunciar.

Como bien dice el Diputado Ibáñez, apuntemos a luchar hasta subir las pensiones, revertir la contrarreforma tributaria de Piñera, eliminar los privilegios, bajar las tarifas de servicios básicos, reducir la jornada a 40horas, subir el sueldo mínimo, desprivatizar el agua, bajar los precios a los medicamentos y parar la represión al pueblo. Desde ahí, empezamos a dialogar, para lograr una nueva constitución.

“El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse”.

NOTAS

1 https://www.elciudadano.com/organizacion-social/la-revolucion-de-la-chaucha-cuando-los-chilenos-le-pararon-el-carro-al-alza-del-pasaje/02/16/

2 https://www.fayerwayer.com/2019/10/aumento-tarifa-metro-2007/

3 Atria Lemaitre, Fernando “La Constitución Tramposa”, LOM Ediciones, Santiago, Chile, 2013, 161 p.

4 http://rufianrevista.org/portfolio/el-legado-neoliberal-de-la-constitucion-de-1980/

5 Comisión Asesora Presidencial sobre el Sistema de Pensiones (Comisión Bravo), 2015 “INFORME FINAL” Primera edición, septiembre de 2015 I.S.B.N.: 978-956-358-961-0

6 http://coordinadoranomasafp.cl/wp/2016/12/03/el-surgimiento-de-la-coordinadora-nacional-de-trabajadores-noafp/

7 http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2017/06/01/el-gobierno-con-mas-imputados-de-la-historia-los-colaboradores-que-pinera-debe-esconder-en-el-closet

8 http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2013/09/12/los-11-pilares-que-sostienen-el-actual-modelo-economico-y-son-herencia-de-la-dictadura/

9 https://www.forbes.com/profile/sebastian-pinera/?list=billionaires#76c93bd47a75

10 Stolowicz, Beatriz (2016). “Chile: Economía Social de Mercado”. En “El Misterio del Posneoliberalismo Tomo II: La estrategia para América Latina, Volumen 2” Sección IV, cap. 14, páginas 482-511. Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un Derecho Alternativos. Ed. Espacio Crítico. Bogotá D.C., Colombia.

11 http://pdba.georgetown.edu/Security/citizensecurity/chile/politicas/programalagos.pdf

12 https://www.eldesconcierto.cl/2018/10/20/desaparecidos-en-democracia-cuando-la-violencia-se-banaliza/

13 https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2015/08/06/torturas-en-democracia-los-casos-que-denuncian-la-brutalidad-de-carabineros-contra-civiles/

14 https://www.telesurtv.net/news/chile-protestas-aumenta-cifra-muertos-detenidos-20191022-0004.html

15 https://www.eldesconcierto.cl/2019/10/21/video-militares-disparan-contra-vecinos-durante-transmision-en-vivo-de-canal-13/

Simón Rubiños Cea es Ingeniero Constructor de la Universidad de Valparaíso, Chile. Magíster en Políticas Públicas, Universidad Nacional de Colombia. Investigador del Grupo de Investigación en Desarrollo Territorial, Paz y Posconflicto (GIDETPP) – UNAL y del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG).

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