«La Revolución de la chaucha»: Cuando los chilenos le pararon el carro al alza del pasaje

Hace 66 años ocurrió en Chile un acontecimiento que se nos viene a la mente a propósito de lo que está ocurriendo con el alza en el pasaje del Metro. En agosto de 1949 el Director General de Transporte y Tránsito Público del gobierno de Gabriel González Videla, el general Oscar Reeves, decreta nuevas tarifas para la locomoción pública. Se sube de $1 a $1,20 en los autobuses y tranvías, y a $1,60 en los microbuses y trolebuses.

Esto significó que el pasaje más barato subió en 20 centavos de peso. Una “chaucha” se argumentó entonces, de acuerdo al lenguaje popular chileno, que rescataba aquella palabra con la que los mapuche se referían a la papa temprana que dejaban para cosecharla más tarde.

Hoy, los $20 en que subió el pasaje de Metro en horario punta podrían ser también considerados algo «insignificante». La diferencia es que entonces los ciudadanos comprendieron que una «chaucha» más otra «chaucha» terminan igualmente afectando los bolsillos y no necesariamente se traducen en la entrega de un mejor servicio.

Fue a raíz de esta imposición que en agosto de 1949 se levantó en Santiago la llamada «Revolución de la chaucha» o «Revuelta de la chaucha». El viernes 12 de ese mes habían comenzado las primeras manifestaciones, pero fue durante el martes 16 que se produjo la contundente parada de carros de la ciudadanía contra los abusos del sistema de transporte público. Todo partió al mediodía con los estudiantes en la calle, a quienes se les unieron en la noche los obreros y empleados en general. Al otro día, junto a la marcha de unos 2 mil jóvenes, hay ataques a industrias y buses volcados. “¡Micros a un peso!”, era la consigna.

¿La respuesta del gobierno? La misma que históricamente se ha dado a las protestas en nuestro país: la militarización de la ciudad por parte de Carabineros y su correspondiente represión, que terminó con al menos 4 muertos y decenas de heridos.

Manifestantes trasladan a herido por Carabineros

Finalmente «La Revolución de la chaucha» se tradujo en que el día 17 se anuló el alza del pasaje y los estudiantes lograron mantener uno rebajado; se derogaron poderes que el Ejecutivo detentaba gracias a la llamada «Ley Maldita» de 1948, que había proscrito al Partido Comunista y perseguido a quien fuera jefe de campaña de Videla, Pablo Neruda; se despidió al Director General de Transporte y Tránsito Público; y se creó el Comité Unido de Obreros, uno de los antecedentes en la posterior formación de la CUT (Central Única de Trabajadores).

Por Daniel Labbé Yáñez