Durante cuatro años, una pareja de cisnes coscoroba luchó contra viento, marea y abandono institucional para sacar adelante una nidada en el Humedal de Córdoba, en la desembocadura del Santuario de la Naturaleza Quebrada de Córdoba, entre las comunas de El Quisco y El Tabo de la Región de Valparaíso. No lo lograron. Años de intentos frustrados por el avance urbano, el retroceso del agua, los cables que cortan el cielo y —ahora— los perros sueltos sin control.
Este lunes 7 de julio, uno de los cisnes fue atacado por tres perros en plena mañana. Murió. El video de su cuerpo sin vida, el cuello torcido y el plumaje blanco manchado, se suma a la triste evidencia del abandono en que se encuentra esta zona protegida. Un símbolo de la resiliencia natural terminó sus días sin que nadie haya sido capaz de protegerlo.
Advertencia: El video que sigue contiene imágenes sensibles que pueden afectar la sensibilidad de algunas personas
El “fracaso sistemático” de la reproducción en el humedal
La organización comunitaria Somos Humedal de Córdova ha seguido durante años los intentos de esta pareja de cisnes por anidar. Desde 2021, vienen alertando sobre las amenazas a las que se enfrentan estas aves, residentes permanentes del ecosistema. No es un hecho aislado: es el último eslabón de una cadena de fracasos que incluye la pérdida del espejo de agua, colisiones fatales con tendidos eléctricos, y el constante acecho de perros sin tutor ni control.
Este 2024, al igual que los años anteriores, la pareja había comenzado una nueva temporada reproductiva. El macho fallecido en el ataque había defendido el área de anidación con persistencia. Su muerte significa no solo el fin de un ave, sino la ruptura de un ciclo biológico que el ecosistema necesita para mantenerse vivo.

Perros sueltos, tutores ausentes y autoridades silenciosas
Los tres perros que atacaron al cisne no estaban esterilizados ni contaban con chip. La Municipalidad de El Quisco actuó rápidamente, logrando contener a los animales. Pero la agrupación ambiental denuncia que esto no es suficiente.
“La situación ha llegado a un punto límite. No podemos seguir normalizando la pérdida de biodiversidad ni postergando las medidas de protección”, señalan en un comunicado. Y no es para menos: la combinación entre tenencia irresponsable de mascotas, falta de fiscalización efectiva y complicidad pasiva de los gobiernos locales ha convertido el humedal en una zona de alto riesgo para la fauna.
Exigen medidas concretas y urgentes
La agrupación Somos Humedal de Córdova exige una serie de acciones inmediatas:
- Cierre total del humedal por el sector de El Tabo, mediante una reja perimetral para evitar el ingreso de perros y personas a las zonas más sensibles.
- Presencia permanente de guardaparques municipales en coordinación con el equipo del Santuario.
- Programas de educación ambiental articulados entre los municipios de El Quisco y El Tabo.
- Presupuesto específico y voluntad política para fortalecer equipos de fiscalización y protección.
Un cisne muerto que no debe caer en el olvido
Este cisne no murió por causas naturales. Murió por una cadena de negligencias asociadas a la tenencia responsable de mascotas. Lo que está en juego no es solo el bienestar de una especie, sino el modelo de relación que construimos con nuestros entornos. En un país que se precia de tener santuarios y zonas protegidas, ¿qué protección real hay cuando un ave nativa puede ser destrozada por perros en un humedal sin cercos ni vigilancia?
El video que acompaña esta nota es fuerte. Lo sabemos. Pero necesitamos mirar esa imagen con el corazón abierto y la responsabilidad despierta. Porque si no hacemos nada ahora, la próxima víctima también será previsible. Y también será nuestra culpa.