El nuevo informe de la organización internacional WWF, denominado «Plásticos, salud y un solo Planeta», elaborado junto a la Universidad de Birmingham, sintetiza casi 200 estudios científicos revisados por pares sobre los riesgos potenciales de la contaminación por plásticos -en particular los micro y nanoplásticos (MnP) y los químicos tóxicos asociados- para la salud humana y ambiental.
El informe evidencia que los MnP y los aditivos plásticos están vinculados a efectos biológicos graves, como alteraciones endocrinas, cánceres relacionados con hormonas (como el de mama y testículo), problemas reproductivos, infertilidad y afecciones respiratorias crónicas.
Si bien la ciencia continúa avanzando, la evidencia actual es suficientemente clara para justificar el uso del principio precautorio: actuar ante riesgos creíbles, incluso sin certeza absoluta, para minimizar daños futuros, explican desde WWF Chile.
«El principio de precaución ha sido clave en acuerdos internacionales exitosos, como el Protocolo de Montreal de 1987, que permitió actuar frente a las sustancias que agotan la capa de ozono antes de que la ciencia estuviera completamente asentada. Gracias a esa decisión, se previnieron millones de casos de cáncer de piel y hoy la capa de ozono muestra signos de recuperación», destacó el Dr. Stefan Krause, profesor de la U. de Birmingham.
Siguiendo ese precedente, agregó el investigador, «instamos a los gobiernos a entregar un tratado basado en ciencia, legalmente vinculante, que ataque la raíz del problema con prohibiciones y eliminaciones globales de productos y químicos plásticos más peligrosos, y que ponga en el centro la salud humana, la vida silvestre y del planeta».
En la misma línea, Susan Díaz, directora de Comunicaciones e Incidencia de WWF Chile, planteó que «el tiempo para actuar se está acabando: la contaminación por plásticos ya sobrepasa la capacidad de los ecosistemas y amenaza de manera directa la salud de las personas. Chile, que ha mostrado liderazgo en este desafío debe reafirmar su compromiso y exigir un tratado global ambicioso y vinculante, a la vez que no permitir retrocesos en el ámbito local».
Para la representante de WWF, este debe ser «un tratado sólido, con normas globales y apoyo financiero equitativo. Es la mejor esperanza para enfrentar una crisis que ya es insostenible para los ecosistemas, la biodiversidad y la salud humana».

Última ronda de negociaciones para un tratado global
A partir del 5 de agosto, los gobiernos del mundo se reunirán en Ginebra (Suiza) para la última ronda de negociaciones del tratado global sobre la contaminación por plásticos (INC-5.2).
Al respecto, la organización WWF hizo un llamado «urgente a los Estados Miembros para que utilicen todos los mecanismos procedimentales disponibles -incluido el voto o la conformación de una coalición mayoritaria- con el fin de asegurar un tratado ambicioso y jurídicamente vinculante que ponga fin a la crisis de los plásticos».
«De lo contrario, corren el riesgo de regresar a sus países con un tratado débil e ineficaz, que perpetuará los daños a las personas y a las generaciones futuras», advirtieron.
Desde la ONG recordaron que intentos anteriores para concluir el tratado han fracasado por falta de consenso: «Frente a una pequeña minoría de países que se niega a aceptar la evidencia científica y bloquea sistemáticamente el progreso de las negociaciones, es hora de que los gobiernos reconozcan que alcanzar un tratado robusto mediante consenso formal es improbable, pero no es el único camino posible», enfatizaron.
«Existen mecanismos legítimos y consolidados en el derecho internacional -como el voto o la conformación de una coalición mayoritaria fuera del proceso INC- que han sido utilizados en momentos históricos clave, como la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos o la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar», argumentaron desde la ONG.
Zaynab Sadan, líder global de Política de Plásticos de WWF, resume así el actual panorama: «En un mundo marcado por tensiones políticas, estas negociaciones penden de un hilo. Algunos países productores de petróleo han utilizado el consenso no para construir acuerdos, sino para socavarlos. Eso no es multilateralismo; es obstruccionismo».
«Pero, la ausencia de consenso no tiene que traducirse en estancamiento. La mayoría ambiciosa debe tomar la iniciativa: puede y debe impulsar un tratado sólido a través del voto o mediante una coalición mayoritaria. Al rechazar la obstrucción de mala fe y ejercer su fuerza numérica, estos países tienen la oportunidad -y la responsabilidad- de proteger a las personas hoy y en el futuro. Tienen las herramientas y el respaldo. Ahora deben actuar», expresó Sadan.
Ya estamos fuera de plazo
Hay que destacar que las negociaciones ya se encuentran fuera de plazo, por lo que cada día que pasa, 30.000 toneladas de plástico ingresan a los océanos.
Por todo lo anterior, WWF insiste en que las negociaciones en Ginebra deben concluir con un tratado basado en regulaciones vinculantes y específicas, respaldadas por la mayoría de los países.
Para la organización internacional, este tratado debe incluir:
- Prohibiciones globales a los productos y químicos plásticos más dañinos;
- Regulaciones internacionales de diseño de productos para facilitar una economía circular no tóxica;
- Apoyo financiero y técnico a países en desarrollo para una implementación eficaz;
- Mecanismos de fortalecimiento y actualización del tratado a lo largo del tiempo.
Seguiremos informado.

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