Día Nacional de las Trabajadoras de Casa Particular: Instituto de Seguridad Laboral entrega reconocimiento a 100 años de organización

Pese a las mejoras legislativas concretadas en el último tiempo, las representantes sindicales del sector consideran que aún falta por avanzar debido a que, en muchas ocasiones, no se cumple la ley por falta de fiscalización.

Por Absalón Opazo

24/11/2023

Publicado en

Chile / Género / Trabajo

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Al conmemorar 100 años desde que las y los trabajadores de casa particular formaron sus primeras organizaciones, y con motivo de celebrarse su día cada 21 de noviembre, el Instituto de Seguridad Laboral (ISL) destacó la importancia de quienes se desempeñan en estas labores, no sólo por el aporte que brindan en cada hogar, sino también en la economía del país.

«Las trabajadoras de casa particular son un ejemplo de organización, persistencia y ejercicio de derecho a un Trabajo Decente. Ellas insistieron en sus demandas, cuando la legislación tenía un marcado sentido obrerista, para ser reconocidas como trabajadoras con derechos. Ellas son parte de la historia de cómo se ha forjado la Seguridad Social en Chile; por eso y más, las saludamos», sostuvo la directora nacional del ISL, Aída Chacón Barraza.

En este marco, el Instituto, donde están adheridas cerca de 153 mil de estas trabajadoras, realizará una actividad de conmemoración el domingo 26 de noviembre (2023), en dependencias del ISL en Santiago (Rosas 1309), junto a más de 200 trabajadoras de casa particular.

La reunión contará con la participación del subsecretario de Previsión Social, Claudio Reyes, junto a dirigentas de la Asociación Nacional de Empleadas de Casa Particular (Anecap), del Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular (Sintracap) y del Sindicato Unitario de Trabajadoras y Trabajadores de Casa Particular (Sinducap).

Este 2023, además, se cumplieron 9 años desde que se promulgó la ley 20.786 que modificó la jornada, descanso y composición de la remuneración de las y los trabajadores de casa particular; estableció la obligatoriedad de la suscripción de contratos ante la Dirección del Trabajo; entregó la responsabilidad a la o el empleador del pago de alimentación y alojamiento si el régimen es puertas adentro; además de prohibir la exigencia de uniforme en lugares públicos.

Los pendientes

Pese a las mejoras legislativas, las representantes sindicales consideran que aún falta por avanzar debido a que, en muchas ocasiones, no se cumple la ley por falta de fiscalización: «Si bien quedan los contratos escritos, no se respetan. Nosotros, como Sinducap, queremos tomar la lucha de la fiscalización», expresó Emilia Solís Vivanco, presidenta de Sinducap.

La dirigenta agregó que no son consideradas dentro de la categoría de empresas unipersonales, en el marco del Convenio 155, porque su labor no se califica como productiva, «pero nosotras les alegamos que sí somos productivas, porque si nosotras no trabajamos en una casa, esa familia tampoco podría tener la garantía de poder salir a trabajar y producir».

En tanto, la presidenta de Sintracap, María Cotal, explicó que, además de necesitar una fiscalización efectiva y constante para que se mantenga el cumplimiento de la ley «que fue decayendo con el pasar del tiempo», es primordial reincorporar derechos como la compensación de mes por año.

«Hace mucho teníamos ese derecho y debería ser reincorporado en el imaginario colectivo de los trabajadores y de la sociedad», sostuvo Cotal, quien alertó, además, sobre los peligros que han generado las plataformas digitales de colocación: «Hay cero regularizaciones para nosotras, nos gustaría poder trabajar con el Estado para regular y evitar el abuso», afirmó.

Riesgos físicos y psicosociales

De acuerdo a lo señalado por la experta psicosocial del ISL, María Soledad Elizalde, el trabajo de casa particular es una labor principal para un país, que conlleva riesgos de salud reconocidos a nivel mundial y que producto de condiciones socioculturales, se presenta como una labor desvalorizada.

Los trabajos feminizados, como el de casa particular, se caracterizan por presentar riesgos ergonómicos y psicosociales. Estas trabajadoras reportan padecimientos relacionados con la exigencia física y también aparecen cuadros clínicos de baja autoestima y depresión.

Un estudio del ISL y la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile de 2017, reportó que un 48% de las encuestadas declararon tener dolores musculares siempre o muchas veces.

«Prevenir sobre esta situación y brindar la seguridad y salud cuando aparece una dolencia de origen laboral es el compromiso del ISL con estas trabajadoras a quienes rinde homenaje», concluyeron desde el Instituto.

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