Yaganes de Ushuaia, Argentina, también están en la misma lucha

Isla Navarino: Denuncian que maritorio Yagán está siendo amenazado por la industria salmonera

"La práctica de estas industrias no son bienvenidas en nuestro territorio porque su actividad no es compatible con nuestra forma de vida y atenta de forma preocupante a nuestro ecosistema", señalaron los representantes del pueblo yagán en un comunicado.

El pueblo yagan, desde su territorio ancestral Hualalanuj (isla Navarino), manifestó su preocupación por la entrada de la industria salmonera en su territorio.

A través de un comunicado público, indicaron que «no nos extraña que ni siquiera se hayan aplicado las leyes y tratados, ratificados por este país, para ignorar de forma grotesca y discriminatoria la legítima inclusión y participación que debemos tener sobre nuestro territorio como pueblo ancestral, a través de nuestros derechos consuetudinarios, siendo un pueblo canoero milenario en nuestro territorio».

La declaración agrega que «la práctica de estas industrias no son bienvenidas en nuestro territorio porque su actividad no es compatible con nuestra forma de vida y atenta de forma preocupante a nuestro ecosistema».

«Esta actividad económica depredadora como es conocida a nivel nacional por sus nefastos resultados en desmedro a nuestro medio ambiente, con el apoyo de los servicios del Estado, ha faltado el respeto a todo lo que somos como pueblo milenario y comunidad indígena», puntualizaron.

En esa línea, añadieron, se le ha faltado el respeto «a nuestros ancianos, entre ellos nuestra Kualana (abuela) Cristina Calderón, nombrada tesoro humano vivo por este mismo Estado, y que hoy es ignorada junto a todo su esfuerzo que ha depositado a sus ya casi 91 años, por traspasar y depositar nuestra cultura a las futuras generaciones. Se ha desconocido y pasado a llevar la legitimidad de nuestra institución representativa como comunidad indígena».

Por ello, enfatizaron, «reclamamos hoy para ser escuchados y ser considerados en todos los proyectos, tanto privados como públicos, dando fiel cumplimiento a leyes, tratados asumidos y ratificados por el Estado de Chile. Es inconcebible que este Estado sea sordo a las peticiones legitimas de un pueblo ancestral, favoreciendo los intereses privados, despreocupando de manera alarmante los efectos que esta industria puede llegar a provocar en un lugar denominado y reconocido mundialmente como prístino».

«Es difícil comprender como se favorece a algo tan invasivo y destructivo, sobre una zona que sabemos, quedan pocas en el planeta y son catalogadas como frágiles a estas prácticas invasivas», recalcaron en el texto.

Solidaridad al otro lado de la cordillera

«Pero no todo es malo», contaron desde el pueblo yagán. «Nuestro llamado a defender nuestro ecosistema y todo lo que nos guarda, ha logrado traspasar fronteras. Nuestros vecinos de Ushuaia están en la misma pelea».

«Hay que tener en cuenta que el canal Beagle (Onashaga) es compartido por ambos países. Nos separa una línea imaginaria en el canal, por lo que el problema no es solo acá, sino que del otro lado también. Cuando se delimitaron los países quedaron yaganes en el lado argentino y chileno», detallaron.

En esa línea, recordaron que antes se navegaba libremente, o sea, se traspasaba el canal desde la Isla Navarino hasta Tierra del Fuego y viceversa.

«Hoy se reúnen estos dos países en el extremo sur, por una sola y noble causa, el resguardo de algo tan valioso como es nuestro medio ambiente, su ecosistema que a través de su equilibrio y armonía, mantiene prístino y un amigable desarrollo, que hoy exigimos conservar», concluye la declaración del pueblo yagán del territorio de Hualalanuj (Isla Navarino).

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