Quepe, La Araucanía. La machi Edia Kvyenray Alcaman, autoridad espiritual del Lof Katxipvlli, expresó su apoyo a la machi Millaray Huichalaf por la tragedia sucedida en el río Pilmaiken y llamó a no criminalizar las prácticas mapuche a través una declaración compartida a nuestro medio. Abre con una idea simple y directa: “No hay separación entre el bienestar del ser humano y el bienestar de la tierra: cuando se cuida la naturaleza, se cuida la vida”.
Cuidar el territorio, cuidar la vida: apoyo a la machi Millaray Huichalaf
“Nosotros como mapuche comprendemos que la fuerza vital que nos sostiene, se mantiene y se resguarda en la medida en que cuidamos la naturaleza”, sostiene la machi. El respaldo a la machi Millaray Huichalaf se enmarca en esa mirada: salud de las personas y salud del territorio caminan juntas.
Contra la estigmatización de las ceremonias
El mensaje cuestiona las lecturas que descontextualizan la espiritualidad mapuche. “Hoy, vemos con preocupación cómo se está mal nombrando y tergiversando nuestras ceremonias ancestrales, llamándolas ‘rituales’, ‘sectas’ o relacionándolas con prácticas externas que nada tienen que ver con nuestro kimün / sistema de conocimiento”.
Saber ancestral, no improvisación
La autoridad espiritual recuerda que el lawen (medicina) y las ceremonias “no son inventos modernos ni improvisaciones”, sino conocimientos transmitidos y resguardados por Machi y Lonko. Precisa que las ceremonias en Lewfu, Traitraiko, Lafken, Trayenko y otros lugares sagrados “no son prácticas nuevas ni peligrosas”, sino parte del orden natural y espiritual del mundo mapuche.
Intervenciones que rompen el equilibrio
La machi advierte que intervenciones externas —hidroeléctricas, mineras y proyectos extractivos— modifican cauces y ecosistemas, “debilitando la fuerza de la naturaleza y atentando contra nuestra forma de vida”. Por eso hace “un llamado urgente al resguardo y respeto del lawen, de nuestras ceremonias, de nuestra conexión espiritual con la tierra y el agua”.

Lo que nos falta aprender como sociedad
Este mensaje deja algo claro para quienes miran desde fuera: no basta con tolerar, hay que comprender. Nombrar bien (lawen, lewfu, kimün) no es un detalle; es reconocer un sistema de conocimiento. Entender que la sanación ocurre en diálogo con el territorio evita lecturas simplistas o estigmas. En pocas palabras: hay un aprendizaje pendiente que cruza salud, medioambiente y respeto cultural.
“Lo que hacemos tiene raíz, tiene historia, tiene linaje”
El cierre refuerza la legitimidad de estas prácticas y rechaza su criminalización: “No aceptamos que se criminalice ni se deslegitime nuestra labor como Machi ni los saberes de nuestro pueblo. Lo que hacemos tiene raíz, tiene historia, tiene linaje, y su único propósito es la salud y el equilibrio de las personas, de la comunidad y de la naturaleza […] El despojo y la violencia sobre nuestro territorio no deben transformarse en violencia simbólica hacia nuestras prácticas. Reafirmamos con esta declaración que el lawen y las ceremonias son ancestrales, legítimas y dignas de ser protegidas y respetadas”.
Revisa la declaración completa aquí:
Como autoridad espiritual resguardando la memoria ancestral de nuestro pueblo mapuche, quiero expresar con claridad y firmeza lo siguiente:
Nosotros como mapuche comprendemos que la fuerza vital que nos sostiene, se mantiene y se resguarda en la medida en que cuidamos la naturaleza. No hay separación entre el bienestar del ser humano y el bienestar de la tierra: cuando se cuida la naturaleza, se cuida la vida; cuando se la devasta, se afecta directamente a nuestra salud, nuestro equilibrio y nuestra existencia como pueblo.
Hoy, vemos con preocupación cómo se está mal nombrando y tergiversando nuestras ceremonias ancestrales, llamándolas “rituales”, “sectas” o relacionándolas con prácticas externas que nada tienen que ver con nuestro kimün / sistema de conocimiento.
Queremos dejar en claro que el lawen y las ceremonias no son inventos modernos ni improvisaciones, sino saberes ancestrales transmitidos de generación en generación, resguardados por nuestros Machi, nuestros Lonko y nuestro pueblo desde tiempos antiguos.
Las Ceremonias que realizamos en el Lewfu, Traitraiko, Lafken, Trayenko y otros lugares sagrados: no son prácticas nuevas ni peligrosas, sino parte del orden natural y espiritual mapuche, acompañadas por un profundo respeto al ritmo de la naturaleza, Algo que hoy se ve alterado por la intervención externa: hidroeléctricas, mineras y proyectos extractivos que modifican cauces, tierras y ecosistemas, debilitando la fuerza de la naturaleza y atentando contra nuestra forma de vida.
Por eso, hacemos un llamado urgente al resguardo y respeto del lawen, de nuestras ceremonias, de nuestra conexión espiritual con la tierra y el agua. No aceptamos que se criminalice ni se deslegitime nuestra labor como Machi ni los saberes de nuestro pueblo. Lo que hacemos tiene raíz, tiene historia, tiene linaje, y su único propósito es la salud y el equilibrio de las personas, de la comunidad y de la naturaleza.
El despojo y la violencia sobre nuestro territorio no deben transformarse en violencia simbólica hacia nuestras prácticas. Reafirmamos con esta declaración que el lawen y las ceremonias son ancestrales, legítimas y dignas de ser protegidas y respetadas.
Machi Edia Kvyenray Alcaman Lof Katxipvlli Quepe.