“Cuando se cuida la naturaleza, se cuida la vida”: machi respalda a Millaray Huichalaf y reafirma “lo que hacemos tiene raíz, tiene historia, tiene linaje”

Desde Lof Katxipvlli, la machi Edia Kvyenray Alcaman envió un mensaje de solidaridad con la machi Millaray Huichalaf tras la tragedia ocurrida en el río Pilmaiken. Pidió respeto por el lawen y las ceremonias ancestrales y rechazó su estigmatización.

“Cuando se cuida la naturaleza, se cuida la vida”: machi respalda a Millaray Huichalaf y reafirma “lo que hacemos tiene raíz, tiene historia, tiene linaje”

Autor: Mauricio San Cristóbal M.

Quepe, La Araucanía. La machi Edia Kvyenray Alcaman, autoridad espiritual del Lof Katxipvlli, expresó su apoyo a la machi Millaray Huichalaf por la tragedia sucedida en el río Pilmaiken y llamó a no criminalizar las prácticas mapuche a través una declaración compartida a nuestro medio. Abre con una idea simple y directa: “No hay separación entre el bienestar del ser humano y el bienestar de la tierra: cuando se cuida la naturaleza, se cuida la vida”.

Cuidar el territorio, cuidar la vida: apoyo a la machi Millaray Huichalaf

Nosotros como mapuche comprendemos que la fuerza vital que nos sostiene, se mantiene y se resguarda en la medida en que cuidamos la naturaleza”, sostiene la machi. El respaldo a la machi Millaray Huichalaf se enmarca en esa mirada: salud de las personas y salud del territorio caminan juntas.

Contra la estigmatización de las ceremonias

El mensaje cuestiona las lecturas que descontextualizan la espiritualidad mapuche. “Hoy, vemos con preocupación cómo se está mal nombrando y tergiversando nuestras ceremonias ancestrales, llamándolas ‘rituales’, ‘sectas’ o relacionándolas con prácticas externas que nada tienen que ver con nuestro kimün / sistema de conocimiento”.

Saber ancestral, no improvisación

La autoridad espiritual recuerda que el lawen (medicina) y las ceremonias “no son inventos modernos ni improvisaciones”, sino conocimientos transmitidos y resguardados por Machi y Lonko. Precisa que las ceremonias en Lewfu, Traitraiko, Lafken, Trayenko y otros lugares sagrados “no son prácticas nuevas ni peligrosas”, sino parte del orden natural y espiritual del mundo mapuche.

Intervenciones que rompen el equilibrio

La machi advierte que intervenciones externas —hidroeléctricas, mineras y proyectos extractivos— modifican cauces y ecosistemas, “debilitando la fuerza de la naturaleza y atentando contra nuestra forma de vida”. Por eso hace “un llamado urgente al resguardo y respeto del lawen, de nuestras ceremonias, de nuestra conexión espiritual con la tierra y el agua”.

Desde Lof Katxipvlli, la machi Edia Kvyenray Alcaman envió un mensaje de solidaridad con la machi Millaray Huichalaf tras la tragedia ocurrida en el río Pilmaiken. Pidió respeto por el lawen y las ceremonias ancestrales y rechazó su estigmatización. (Imagen: Pablo Piovano).

Lo que nos falta aprender como sociedad

Este mensaje deja algo claro para quienes miran desde fuera: no basta con tolerar, hay que comprender. Nombrar bien (lawen, lewfu, kimün) no es un detalle; es reconocer un sistema de conocimiento. Entender que la sanación ocurre en diálogo con el territorio evita lecturas simplistas o estigmas. En pocas palabras: hay un aprendizaje pendiente que cruza salud, medioambiente y respeto cultural.

“Lo que hacemos tiene raíz, tiene historia, tiene linaje”

El cierre refuerza la legitimidad de estas prácticas y rechaza su criminalización: “No aceptamos que se criminalice ni se deslegitime nuestra labor como Machi ni los saberes de nuestro pueblo. Lo que hacemos tiene raíz, tiene historia, tiene linaje, y su único propósito es la salud y el equilibrio de las personas, de la comunidad y de la naturaleza […] El despojo y la violencia sobre nuestro territorio no deben transformarse en violencia simbólica hacia nuestras prácticas. Reafirmamos con esta declaración que el lawen y las ceremonias son ancestrales, legítimas y dignas de ser protegidas y respetadas”.

Revisa la declaración completa aquí:

Como autoridad espiritual resguardando la memoria ancestral de nuestro pueblo mapuche, quiero expresar con claridad y firmeza lo siguiente:

Nosotros como mapuche comprendemos que la fuerza vital que nos sostiene, se mantiene y se resguarda en la medida en que cuidamos la naturaleza. No hay separación entre el bienestar del ser humano y el bienestar de la tierra: cuando se cuida la naturaleza, se cuida la vida; cuando se la devasta, se afecta directamente a nuestra salud, nuestro equilibrio y nuestra existencia como pueblo.

Hoy, vemos con preocupación cómo se está mal nombrando y tergiversando nuestras ceremonias ancestrales, llamándolas “rituales”, “sectas” o relacionándolas con prácticas externas que nada tienen que ver con nuestro kimün / sistema de conocimiento.

Queremos dejar en claro que el lawen y las ceremonias no son inventos modernos ni improvisaciones, sino saberes ancestrales transmitidos de generación en generación, resguardados por nuestros Machi, nuestros Lonko y nuestro pueblo desde tiempos antiguos.

Las Ceremonias que realizamos en el Lewfu, Traitraiko, Lafken, Trayenko y otros lugares sagrados: no son prácticas nuevas ni peligrosas, sino parte del orden natural y espiritual mapuche, acompañadas por un profundo respeto al ritmo de la naturaleza, Algo que hoy se ve alterado por la intervención externa: hidroeléctricas, mineras y proyectos extractivos que modifican cauces, tierras y ecosistemas, debilitando la fuerza de la naturaleza y atentando contra nuestra forma de vida.

Por eso, hacemos un llamado urgente al resguardo y respeto del lawen, de nuestras ceremonias, de nuestra conexión espiritual con la tierra y el agua. No aceptamos que se criminalice ni se deslegitime nuestra labor como Machi ni los saberes de nuestro pueblo. Lo que hacemos tiene raíz, tiene historia, tiene linaje, y su único propósito es la salud y el equilibrio de las personas, de la comunidad y de la naturaleza.

El despojo y la violencia sobre nuestro territorio no deben transformarse en violencia simbólica hacia nuestras prácticas. Reafirmamos con esta declaración que el lawen y las ceremonias son ancestrales, legítimas y dignas de ser protegidas y respetadas.

Machi Edia Kvyenray Alcaman Lof Katxipvlli Quepe.


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