Muere Lucía Hiriart, viuda de Pinochet: Los secretos de la dictadora

La periodista Alejandra Matus realizó una biografía no autorizada de Lucía Hiriart, en la que planteó que fue la persona que convirtió “a su rústico marido en el hombre más poderoso de Chile (…) él, más que sus hijos y ninguna otra obra, es su auténtica creación”.

Muere Lucía Hiriart, viuda de Pinochet: Los secretos de la dictadora

Autor: Leonardo Buitrago

Este jueves 16 de diciembre se confirmó la muerte de Lucía Hiriart, viuda del dictador Augusto Pinochet, a la edad de 99 años.

Su fallecimiento se habría producido pasada las 15:00 horas en el departamento de su hijo, Marco Antonio Pinochet, en Lo Barnechea, donde se habría encontrado con respiración asistida.

La noticia fue confirmada a los medios de comunicación por el círculo interno de la familia. En las últimas semanas, Lucía Hiriart, había presentado algunos problemas médicos y debió ser hospitalizada por presentar diversos cuadros respiratorios.

Por años fue confidente y estuvo detrás de la figura de Augusto Pinochet en el destino del país durante la dictadura militar (1973-1990).

Hiriart, que nació el 10 de diciembre de 1922, habría sido una de las personas que más influyó en el Golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende ocurrido el 11 de septiembre de 1973 y luego, tras la toma de poder, estaría tras algunas decisiones que adoptó el Comandante en Jefe del Ejército.

La periodista Alejandra Matus realizó una biografía no autorizada de Lucía Hiriart, en la que planteó que fue la persona que convirtió “a su rústico marido en el hombre más poderoso de Chile (…) él, más que sus hijos y ninguna otra obra, es su auténtica creación”.

En el libro Doña Lucía. La biografía no autorizada (Ediciones B), Matus señaló que su principal motivación para apoyar la dictadura, fue ser reconocida como una figura política.

En una entrevista con El Ciudadano, a propósito del lanzamiento del libro en 2013, Alejandra Matus subrayó el importante papel que jugó Lucía Hiriart en la vida de Pinochet y en la historia de Chile, rol que –según su parecer- había sido insuficientemente estudiado.

Con relación a la influencia que habría tenido Hiriart en convencer a Pinochet que se uniera al golpe militar, la periodista indicó que “su incidencia consistió en apoyar a su marido en este paso de traición”.

Pareja de traidores

En el texto se relata que a comienzos de 1974 los chilenos pudieron ver por las pantallas de Televisión Nacional de Chile la versión que ella daba sobre la materia: “Me costó convencer a Augusto pero al final lo terminé por convencer. ‘Mira Augusto, yo no sé hasta cuándo los militares van a seguir aguantando a estos rotos. ¿No te das cuenta de lo que significa el desabastecimiento? ¿No te das cuenta de las colas? ¿Dónde tienes puesto tus pantalones? ‘Me lo puedes decir?”.

Asimismo, se recuerda que “al finalizar el primer semestre del nuevo régimen, era imposible contener el protagonismo de la esposa de Pinochet”.

Para instalarse en la posición de poder que alcanzó junto a su marido, “tuvo que traicionar a círculos de amistades que eran cercanas al gobierno de Allende” y que habían sido muy importantes en el avance de la carrera militar de su marido.

Matus se refirió al hecho que Pinochet ordenó matar a autoridades a las que -junto con su esposa Lucía- había rendido pleitesía. Ese fue el caso de los exministros de Defensa de Allende, José Tohá –muerto el 15 de septiembre de 1974 en el Hospital Militar de Santiago-; y de Orlando Letelier, ultimado en Washington D.C. el 21 de septiembre de 1976.
El proceder traicionero de Pinochet fue retratado por Orlando Letelier en su alocución ante la Comisión Internacional Investigadora de los Crímenes de la Junta Militar en Chile, en reunión sostenida en Ciudad de México en febrero 1975.

Lucía Hiriat tampoco tuvo piedad con su familia, en la que habían destacados militantes de los izquierdistas partidos Radical y Comunista. “Varios familiares –señaló Matus en la entrevista- sufrieron en los días inmediatamente posteriores al golpe, la represión de la dictadura y la indiferencia de Lucía frente a esa situación”.

La periodista expresó –en relación con esto- que uno de los principales descubrimientos de su investigación fue constatar que el padre de Lucía, el abogado, exsenador y exministro de Interior, Osvaldo Hiriart Corvalán, “reprobó privadamente la dictadura”. Y que luego del golpe este “no hablaba a su hija ni a su yerno, salvo situaciones de fuerza mayor, como cuando tuvo que intervenir por algún familiar víctima de la represión”.

Según la escritora, fue Osvaldo Hiriart –y no Lucía- quien intervino en favor de sus sobrinas Mónica y María Luz Hiriart, y de su hermano Jorge, todos los cuales sufrieron persecución política.

Hiriart comenzó a forjar su posición de poder apenas iniciado el régimen militar. Según se manifiesta en el mencionado libro: “ella tenía una fuerza y ambición para las que no fueron obstáculo las esposas de los demás comandantes en jefe, resignadas como eran a tener un papel secundario en la vida de sus maridos”.

Lucía se ocupó en aclararles que, “por ser la esposa del comandante de la rama más antigua (de las fuerzas armadas) ella siempre entraría primero a las ceremonias públicas y ocuparía el primer lugar en las testeras”, como se consigna en el libro de Alejandra Matus.

Asimismo, Hiriart logró que su marido la posicionara –según el protocolo del Gobierno- como segunda autoridad de la República, incluso por sobre los jefes castrenses.

Celadora de la moral y malversación en Cema Chile

Durante su rol como primera dama, estuvo al frente de la institución de voluntariado femenino Cema Chile, que disfrazado de labor social era una instancia que buscaba blanquear los horrores de la dictadura.

En el Cema, fundación que presidió por más de 40 años, Lucía Hiriart reprodujo la estructura jerarquizada del Ejército -donde ella era la mandamás- y que llegó a tener 35 mil voluntarias y casi un millón de socias. Las voluntarias –que sostenían esta organización- eran reclutadas en forma casi obligatoria entre las esposas de oficiales de las fuerzas armadas y funcionarios del Estado. La negativa de una mujer a participar en Cema implicaba truncar la carrera militar o administrativa de su marido.

Según Matus, la esposa de Pinochet “asumió el papel de celadora de la conducta moral de los integrantes no solamente del Ejército, si no que de ministros, asesores, alcaldes”.

Si ella tomaba conocimiento que alguno de ellos había sido infiel con su mujer, exigía su remoción inmediata, sin importar ninguna otra consideración”, a lo que Pinochet le hacía caso.

Matus relató que Lucia Hiriart convirtió a Cema en un mini reinado que no fue fiscalizado por la justicia por más de 10 años.”El patrimonio que acumuló Cema durante la dictadura no ha sido fiscalizado y hay 10 años en que ella pudo comprar y vender los bienes sin ningún tipo de fiscalización”, aseguró la periodista.

En enero de 2016, el Consejo de Defensa del Estado solicitó reabrir el caso Riggs, que sucumbió en 2004 cuando se encontraron una serie de sociedades que tenía el ex dictador en este banco, donde se acreditó más de 27 millones de dolares malversados, en los que estaría involucrada la fundación Cema Chile.

Hiriart habría concretado suculentos negocios vendiendo terrenos de Cema Chile en el sur del país. El último se registró en Chillán, en la región de Ñuble, el 2014, por más de 760 millones de pesos.

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Lucía la derrochadora


En su afán de grandeza, la esposa del dictador no dudó en utilizar recursos del Estado para construir grandes y lujosas viviendas. En la mansión de El Melocotón los Pinochet-Hiriart gastaron un millón de dólares sacados del erario público. Pero pronto Lucía se aburrió de este lugar. Lo encontró muy campestre. “Ella deseaba más. Quería una casa en un lugar con estatus social” y decidió hacer la casa de Lo Curro, sin reparar en gastos.

“Pidió que el hall de entrada en el primer piso fuera de mármol verde. La piedra fue traída desde Italia, pero una vez instalada no le gustó. La hizo sacar y reemplazar por mármol rosa de Alicante, haciendo juego con la escala de mármol rojo con la que se accedía al primer piso”.


Confirman fallecimiento de Lucía Hiriart, viuda del dictador Augusto Pinochet

“¡Milico de mierda!”

Mucha del proceder y la soberbia de Lucía Hiriart, encuentra su raíz en su procedencia familiar. No sólo su padre había ocupado destacadas posiciones en el Estado y en la sociedad chilena. Entre sus antecesores se cuenta el abogado masón Dominique Garat Hiriart –nacido en 1735 en Ustariz- quien en abril de 1789 fue elegido diputado en los estados generales y llegó a ser secretario de la Asamblea Nacional Constituyente entre 1790 y 1791.

Entre sus familiares radicados en Chile, destaca su abuelo Luciano Hiriart Azócar, que combatió en la Guerra del Pacifico (1879-1883) que enfrentó a Chile contra Perú y Bolivia. En 1905 fue alcalde de Talca. Su tío –hermano de su padre- el abogado Luciano Hiriart, fue intendente de la Provincia de Antofagasta entre 1921 y 1923, y más tarde notario.

La madre de Lucía Hiriart, Lucía Rodríguez Auda, era hija del rico abogado Eduardo Rodríguez Ramírez: “(Ella) llamaba la atención en su época porque fumaba, conducía y usaba pantalones”. De familia católica, “descendía del hermano de un obispo de Santiago, José Antonio Rodríguez Zorrilla, militante de la causa realista que se opuso fervientemente a la independencia de Chile”.

Este contexto familiar contribuyó a que la futura esposa de Pinochet Ugarte desarrollara desde muy niña un alto concepto de sí misma. Según se narra en el libro de Matus, siendo una preadolescente y mientras se encontraba en casa de familiares avecindados en Quillota “aquella chiquilla se paraba en medio de las calles, levantando el brazo para que los pocos vehículos que circulaban entonces se detuvieran cuando decía; ‘Paren. Yo soy la hija del senador Hiriart’”.

Por todo lo anterior y considerando que Augusto Pinochet provenía de una familia poco influyente, costó mucho que los Hiriart Rodríguez lo aceptaran. En su fuero interno, su propia esposa lo despreciaba.

Según reveló Alejandra Matus, en la entrevista realizada por Francisco Marín, Lucía Hiriart “maltrataba verbalmente bastante” a Pinochet, “sobre todo en la primera etapa de su matrimonio –verificado en Santiago el 30 de enero de 1943- porque estaba muy amargada y sentía que él no estaba la a altura de las aspiraciones o fantasías de lo que debía haber sido su marido”.

“’¡Milico de mierda!’, comenzó a gritarle a su marido cada vez que discutían. Y cuando empezaba los insultos manaban de su garganta como una cascada imparable. ‘Destinación de mierda que te tocó, ¡inútil!. ‘Yo no fue criada para esto, poca cosa’. ‘¿Cómo fue que se me ocurrió casarme con un milico’? ‘Nunca vamos a salir de este hoyo’. ‘Que distinto eres a mi padre’”.

Esta impactante cita -contenida en Doña Lucía- fue narrada a Matus por la periodista Patricia Lutz, quien departió mucho con sus entonces vecinos Pinochet Hiriart, cuando su padre el entonces mayor Augusto Lutz, era subcomandante del regimiento Esmeralda de Antofagasta, y Pinochet era jefe de Inteligencia y Operaciones del Cuartel General de la Región Militar Norte, con sede en dicha ciudad. Lutz moriría en noviembre de 1974, en extrañas circunstancias, pocos días después de haber tenido una fuerte discusión con Pinochet.

El final de la dictadora

Sin embargo, durante su último discurso como comandante en jefe del ejercito, el 10 de marzo de 1998, Augusto Pinochet agradeció a su esposa por el apoyo y comprensión.

“A mi querida esposa, a ella mis cariñosos sentimientos de amor y gratitud porque ha sido para mi fuente inagotable de apoyo y comprensión”, dijo el dictador en esa oportunidad.

El 8 de julio de 2016, Lucía Hiriart renunció a la presidencia del directorio de la Fundación de Apoyo Social, heredera del patrimonio de Cema Chile.

El 14 de diciembre de 2016, tras la reapertura del caso Cema Chile, Doña Lucia fue interrogada por primavera vez como imputada de las indagaciones por presunta apropiación indebida.

En 2017, un artículo de La Tercerea, reportó que la viuda de Pinochet recibía una pensión de 3 millones 119 mil pesos por parte de la Caja de Previción de la Defensa Nacional (Capredena). Al poco tiempo, mientras era atendida en el Hospital Militar, se reveló que padecía de demencia senil y una serie de trastornos digestivos.

Su última aparición pública fue en abril de 2020, luego del fallecimiento del exministro y fundador de Renovación Nacional (RN), Sergio Onofre Jarpa. Según los presentes, Hiriart presentana dificultades para caminar. A partir de allí solo se tuvo noticias de sus constantes ingresos al Hospital Militar por problemas de salud, hasta su fallecimiento este jueves.



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