Religioso Mauro Ojeda ya tenía una investigación anterior

Obispado prohíbe ejercicio público a sacerdote de Casablanca acusado de abusos sexuales

El Obispado de Valparaíso anunció la prohibición del ejercicio público del ministerio sacerdotal al religioso Mauro Ojeda, uno de los párrocos de Casablanca, región de Valparaíso, tras conocerse dos nuevas denuncias en su contra por abusos sexuales

Por Absalón Opazo

04/10/2018

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El Obispado de Valparaíso anunció la prohibición del ejercicio público del ministerio sacerdotal al religioso Mauro Ojeda, uno de los párrocos de Casablanca, región de Valparaíso, tras conocerse dos nuevas denuncias en su contra por abusos sexuales.

“Con fecha 3 de octubre, se inició una investigación previa contra el sacerdote Mauro Ojeda Videla tras haberse recibido dos denuncias por presuntos actos de connotación sexual a menores que habrían ocurrido los años 1990 y 1992″, indicaron desde la Iglesia en un comunicado.

“Este Obispado ya había estudiado dos causas en años anteriores contra el sacerdote Mauro Ojeda teniendo como resultado la inocencia tanto en los Tribunales de la Iglesia como del Estado”, añade el texto.

En tanto, uno de los denunciantes de Ojeda y ex seminarista, Sebastián del Río, indicó a radio Cooperativa que “todos esperamos que se compruebe una vez más que es un tremendo abusador, es un criminal por donde se le mire“.

Recordemos que Sebastián del Río Castro denunció en 2011 a Ojeda por acoso sexual. En aquella ocasión, el ex seminarista envió una carta directamente al Vaticano para contar su experiencia mientras realizaba sus estudios sacerdotales en 2004, donde reveló también cómo se vio obligado a salir del seminario en agosto de 2007 porque no se le ordenó como diácono.

«Él me pidió que le hiciera masajes, que le sacara los zapatos, que le sacara la ropa, que estuviera más tiempo con él, que le gustaba estar conmigo», afirmó el ex seminarista, quien también involucró en este caso a tres autoridades eclesiásticas, a quienes acusa de tener antecedentes de su caso, pero no hacer nada por investigarlo.

Se trata del ex obispo de Valparaíso, Gonzalo Duarte; el titular auxiliar de la misma diócesis y el secretario de la Conferencia Episcopal Latinoamericana, Santiago Silva; y el obispo emérito de Rancagua, Javier Prado.

«En el mes de noviembre de 2004 el propio monseñor Silva me declaró: ‘El padre Mauro tiene problemas afectivos que han desembocado en tu persona’. Yo no entendí a qué se refería, por lo que le pedí me explicara: ‘Mauro, al parecer, se ha enamorado de ti y, por lo tanto, tú debes enfrentarlo’», relató el ex seminarista a la emisora.

“Claramente la figura o el rol de los obispos Duarte y Silva es de encubridores y no sólo de encubridores, sino que da la sensación de que están constituidos para dejar que opere el mal en la Diócesis de Valparaíso“, concluyó del Río.

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