Organizaciones ambientales del Maule, Ñuble y Biobío rechazan proyecto de carretera eléctrica Itahue-Hualqui

Iniciativa forma parte del Plan de Expansión del Sistema de Transmisión Zonal del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), decretado por el Ministerio de Energía.

Por Absalón Opazo

24/05/2021

Publicado en

Chile / Medio Ambiente / Regiones

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Este lunes 24, un grupo de organizaciones ambientales del Maule, Ñuble y Biobío, agrupadas en la recientemente formada Coordinadora Interregional Libres de Alta Tensión, convocaron a una concentración a las afueras de la Superintendencia del Medio Ambiente en Concepción, para interponer la primera acción legal pública para denunciar el fraccionamiento de un nuevo proyecto extractivista, que además de afectar la salud humana, intervendrá gravemente territorios naturales y culturales en su trazado, que atraviesa más de 20 comunas de las regiones anteriormente mencionadas.

Desde la Coordinadora explicaron que el proyecto «consiste en la construcción de una nueva línea de transmisión entre la futura subestación Hualqui, ubicada en la Región del Biobío, comuna de Hualqui, y la existente SE Itahue, ubicada en la Región del Maule, comuna de Molina. Este proyecto de transmisión cuenta con una longitud aproximada de 318 km, en una tensión de 220 kV y una capacidad de 485 MVA por circuito. Adicionalmente considera de la construcción de 5 nuevas subestaciones (Mataquito, Nva. Nirivilo, Nva. Cauquenes, Dichato y Hualqui) y 4 líneas de transmisión en 66 kV que totalizan 74 km».

El proyecto forma parte del Plan de Expansión del Sistema de Transmisión Zonal del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) decretado por el Ministerio de Energía, según consta en las Bases de Licitación para la adjudicación de los derechos de explotación y ejecución de las Obras Nuevas Zonales contempladas en el Decreto Exento N°418 de 2017 del Ministerio de Energía.

En ese sentido, las organizaciones territoriales recordaron que «las líneas de alta tensión generan impactos ambientales significativos. Por una parte se produce una segmentación y fragmentación del territorio, que impacta en los suelos y la masa vegetal y arbórea. La eliminación sistemática de vegetación debajo de las líneas de alta tensión provoca la proliferación de especies herbáceas, que, a causa de la sequía, resultan altamente pirófilas, incrementando el riesgo de incendios».

Asimismo, añadieron, «existen importantes impactos sobre la avifauna. Según las estimaciones realizadas por distintas asociaciones ecologistas, cada año más de 30.000 aves mueren por colisión o por electrocución con cables de alta y baja tensión en el Estado español».

«Las líneas de alta tensión producen la ionización del aire situado alrededor del cable de la línea. Este fenómeno se denomina efecto corona. Aumenta con la humedad y tiene múltiples consecuencias: emisión de ruido, interferencias de radiofrecuencia o la generación de ozono troposférico. Además, el efecto corona provoca la atracción y concentración de aerosoles contaminantes y gas radón, sobre todo en las inmediaciones de zonas industriales», agregaron desde la Coordinadora.

Otro punto importante tiene que ver con la desvalorización de terrenos y propiedades, «afectando a sitios de interés turístico, agrícola, patrimonial y arqueológico, interviniendo indebidamente en el ecosistema tanto natural como sociocultural. Sólo por mencionar algunos ejemplos, se intervendrán reservas naturales como Nonguén, bosques nativos de keule en el Biobío, y sitios patrimoniales mapuche en cerros y quebradas».

«Ante esta nueva amenaza de un proyecto extractivista que pretende atravesar veinte comunas del país, es que hemos decidido conformar un espacio organizativo autónomo del Estado y empresariado, como expresión de lucha y movilización, y a la vez como motor de organización popular y articulación de tejido social en nuestros territorios», concluyeron desde la Coordinadora.

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