Todo mal que me hagas a ti te lo harás, pues la Tierra es tu hogar

"Interactuamos con otras formas de vida, nos relacionamos de manera profunda con nuestro entorno, integramos juntos el nivel nivel superior de organización biológica: la biósfera, aquella porción del planeta que alberga la vida..."

Por Absalón Opazo

12/10/2021

Publicado en

Chile / Columnas / Medio Ambiente

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Por Juan Tirado, Profesor de Estado, candidato a diputado por el Distrito 5, Región de Coquimbo

El antropocentrismo reinante nos convence que somos la medida de todas las cosas: creemos que los individuos son una exclusividad de la vida, cuando en realidad, somos producto de múltiples interacciones a menor escala y seguimos formando organización en niveles mayores.

Los niveles de organización biológica corresponden a una manera de jerarquizar los distintos bloques de construcción de lo vivo, de lo más pequeño a lo más grande, mostrándonos cómo desde lo simple y mediante la colaboración, pueden surgir estructuras complejas. Los átomos se agrupan originando moléculas, y estas al juntarse forman células, tejidos, órganos… Todo se entrelaza formando orden desde el caos, surgiendo con esto “propiedades emergentes” o nuevas cualidades que aparecen en determinados niveles, producto de la cooperación.

No suena extraño pensar que, en nuestra constitución individual, estamos formados por diferentes sistemas de órganos que coordinados permiten que podamos desarrollarnos como organismos, tomar sustancias del ambiente, integrarlas, y devolver al medio materia transformada, que seguirá el eterno retorno en los ciclos naturales. Interactuamos con otras formas de vida, nos relacionamos de manera profunda con nuestro entorno, integramos juntos el nivel nivel superior de organización biológica: la biósfera, aquella porción del planeta que alberga la vida.

La cosmovisión andina, milenios antes que las ciencias biológicas, describió esta misma realidad: lo vivo y lo no vivo interactúan esculpiendo el hábitat en las más diversas formas. “Todo mal que me hagas, a ti te lo harás, pues la Tierra es tu hogar” versaba un grupo de Folk Rock a principio de siglo, sonidos que de alguna forma impactarían en la pubertad temprana de quien hoy escribe este texto. La música es parte también de la cultura, una propiedad emergente en las poblaciones de animales como nosotros. La invitación es a superar al individuo y entender que somos parte de algo mayor: Todo es Pacha.

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