Descubren que el krill es capaz de digerir microplástico, pero no es una buena noticia

Una de las preocupaciones es que los microplásticos digeridos por el krill son demasiado pequeños para ser detectados en la mayoría de los estudios oceánicos que buscan medir la cantidad de plástico en este medio, lo que significa que podría haber mucho más de lo que suponemos.

Krill (Euphausia superba)

Un estudio pionero, realizado por investigadores australianos, descubrió que el krill puede digerir ciertas formas de microplástico en fragmentos más pequeños -pero no menos invasivos.

Publicado en Nature Communications, el estudio encontró que el krill antártico (Euphausia superba) puede descomponer bolas de polietileno de 31,5 micras en fragmentos de menos de un micrón de diámetro.

El estudio se realizó con nuevos plásticos en condiciones de laboratorio. La investigadora principal, Dra. Amanda Dawson, de la Universidad Griffith, dijo que en el océano era probable que los microplásticos fueran aún más fáciles de digerir, porque ya deberían estar degradados por la radiación UV.

En cinco días, en un entorno libre de plásticos, ya no había plásticos en los sistemas de los krills, lo que significa que estos no llegarían a acumularse en los animales que están en lo más alto de la cadena alimenticia, como las ballenas.

Los fragmentos digeridos quedaron un 78% más pequeños, en promedio, que los fragmentos originales. Algunos incluso midieron hasta un 94% memos.

Pero Dawson dijo que lamentablemente era poco probable que el krill fuera una solución a los niveles de plásticos y microplásticos que contaminan los océanos.

«No necesariamente está ayudando [contra] la contaminación plástica, solo hace que para los animales pequeños [el plástico] sea más fácil de comer», dijo. «Podría ser una nueva fuente de plásticos para las profundidades del océano».

Un estudio del año pasado, realizado por la Universidad de Newcastle, encontró microplásticos en los estómagos de animales de aguas profundas en el Océano Pacífico.

Dawson también destacó que los microplásticos digeridos por el krill eran demasiado pequeños para ser detectados en la mayoría de los estudios oceánicos, lo que significa que el nivel de micropartículas plásticas en el océano podría ser más alto de lo que suponemos.

El coautor del estudio, Dr. So Kawaguchi, biólogo especialista en krill de la División Antártica Australiana, dijo que el krill había convertido efectivamente los microplásticos en nanoplastos. «Es una nueva vía para que los microplásticos interactúen con el ecosistema y ​​necesitamos aprender más sobre cómo [funciona esto]», dijo Kawaguchi.

El krill no puede consumir nada mayor a 2 milímetros de diámetro y los microplásticos suelen ser más pequeños que 5 mm. Los plásticos que consumen son destruidos por el sistema gástrico del animal, que según Dawson funciona como un mortero.

No está claro si también pueden digerir microplásticos fibrosos, como el hilo de pescar o las hebras que se desprenden de la ropa. Según Dawson, en el medio silvestre este tipo de partícula ocupa una mayor proporción de microplásticos que el krill.

El año pasado un análisis global, realizado por académicos estadounidenses, encontró que los desechos de plástico en el océano eran tan abundantes que amenazaban con una «contaminación casi permanente del medio ambiente natural».

El Ciudadano, vía The Guardian

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