Experimento: unos 184 cadáveres criogenizados esperan en un futuro volver a la vida

Una empresa estadounidense desarrolla el proyecto con personas que manifiesten su deseo de sumarse al experimento una vez que mueran de un paro cardiaco y las autoridades lo declaren legalmente fallecido.

Los cadáveres de unas 184 personas permanecen almacenadas a muy bajas temperaturas con la promesa de despertar en un futuro, gracias a los servicios de una empresa que brinda la posibilidad de conservar los cuerpos hasta que la ciencia encuentre la forma de devolverlos a la vida.

El trabajo está a cargo Alcor Life Extension Foundation una de las grandes organizaciones estadounidenses que ofrecen servicio de criogenización y que le ha ‘prometido’ a más de un centenar de personas mantenerlos con vida luego de la muerte, citó El Tiempo.

El objetivo de la organización es “preservar la vida al detener la muerte”, según se lee en la página oficial de la organización sin ánimo de lucro y que tiene planes mensuales de 55 dólares para ingresar al proyecto.

El proceso consiste en congelar los cuerpos de los seres humanos para que en el futuro -sin fecha específica- puedan retirarse de las cápsulas y someterse a procedimientos científicos con tal de recuperar su vida.

La justicia británica permite a una niña de 14 años ser crionizada tras  morir de cáncer
El proceso de criogenización gana adeptos en el mundo. (Foto:WEB)

Es un «experimento», según señala Alcor, pues no está garantizado que regresen al plano terrenal. Si la tecnología de las próximas décadas o siglos lo permite, tal vez los latidos del corazón se retomen.

La fundación sigue una serie de etapas para llevar a cabo la criónica. La primera consiste en visitar a la persona en sus últimos días de vida o cuando está moribunda para verificar que puede ser parte del programa.

El sujeto debe morir por un paro cardiaco y las autoridades deben declararlo legalmente fallecido.

Tan pronto eso sucede, el personal de Alcor toma control del cuerpo: restablece artificialmente la circulación sanguínea para proteger el cerebro, lo transporta hasta Arizona, Estados Unidos, le introduce en la sangre una sustancia y lo enfría durante el quinto y sexto día de fallecido a -196 grados Celsius.

Por tanto, “el paciente estará protegido del deterioro durante teóricamente miles de años y el proceso de muerte se ha detenido de manera efectiva”, aseguran.

El cadáver se dispone dentro de unacápsula, la cual no necesita de electricidad para funcionar porque con la inyección de nitrógeno líquido se mantiene a temperaturas frías.

“Actualmente, ninguna organización puede revivir a un paciente criogenizado, pero en Alcor confiamos en que la reactivación puede ser posible”, comentan en su página web.

El caso de Matheryn

Uno de los casos más curiosos de este experimento es el de Matheryn Noavaratpong, una niña tailandesa de dos años, que murió el 8 de enero de 2015 a causa de un tumor cerebral de 11 centímetros. 

Según relató la prensa en ese momento, tras varias intervenciones quirúrgicas que le supusieron la pérdida del 80% del lado izquierdo del cerebro, los padres de la niña, ambos doctores, decidieron congelarla criogénicamente con la esperanza de poder revivirla en un futuro en el que la ciencia haya encontrado una cura para su enfermedad. Para realizar esta práctica los padres contactaron con la empresa Alcor Life.

Una niña de dos años se convierte en la persona criogenizada más joven
El caso de Matheryn es contado en una producción de Netflix. (Foto: WEB)

Tras ser aceptada como paciente, el cerebro de Matheryn fue extraído y conservado al vacío en un contenedor de acero inoxidable lleno de nitrógeno líquido en Arizona (Estados Unidos). Mientras que su cuerpo se encuentra en un criorefrigerador donde permanece a muy baja temperatura.

A pesar del doloroso proceso, la familia se mantiene positiva, a la espera de que se encuentre una cura para su cáncer y un sistema que permita regenerar su organismo. «Al menos hemos dedicado su vida y su cuerpo al progreso y desarrollo de la ciencia», cuenta su padre, Sahatorn Naovaratpong.

Su cuerpo y su cerebro están sumergidos en tanques separados especiales de acero inoxidable rellenos de nitrógeno líquido, algo que cuesta a sus padres alrededor de 80.000 dólares al año.

Ahora, Netflix ha decidido contar su historia en el documental ‘Hope Frozen: A Quest To Live Twice’ (‘Criogenización: vivir dos veces’ en castellano).

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