¿Hay similitud entre la actividad eléctrica de los humanos y la de la Tierra?

Según un equipo de investigadores, la actividad eléctrica dentro de los humanos y otros animales es similar a los campos eléctricos observados en la atmósfera de la Tierra.

Las capacidades humanas en ocasiones son desconocidas para muchos, al punto de asombrarnos con solo imaginar que algunas pueden ser consideradas propias de un superhéroe o algún personaje de ciencia ficción.

Según un equipo de investigadores, la actividad eléctrica dentro de los humanos y otros animales es similar a los campos eléctricos observados en la atmósfera de la Tierra. Increíble, pero cierto.

Los científicos afirman que han encontrado un vínculo entre los campos eléctricos atmosféricos y la actividad eléctrica que se observa en muchas especies, incluyendo la humana.

«Demostramos que la actividad eléctrica en muchos organismos vivos, desde el zooplancton en los océanos hasta los tiburones e incluso en nuestros cerebros, es muy similar a los campos eléctricos que medimos y estudiamos en la atmósfera a partir de la actividad global de los rayos», dijo Colin Price,  autor del estudio de la Escuela Porter de Medio Ambiente y Ciencias de la Tierra en la Universidad de Tel Aviv, Israel.

La mayor parte de la actividad eléctrica en vertebrados e invertebrados ocurre a frecuencias extremadamente bajas, con un máximo de 50 hertzios (Hz).

Datos asombrosos

Según explican los expertos, en el sistema nervioso de los animales se puede observar actividad eléctrica. Estas señales eléctricas viajan por todo el cuerpo controlando todo tipo de funciones biológicas.

La mayor parte de esta actividad eléctrica en vertebrados e invertebrados ocurre a frecuencias extremadamente bajas, con un máximo de 50 hertzios (Hz).

A pesar de este conocimiento, «ni los biólogos ni los médicos pueden explicar por qué las frecuencias en los organismos vivos (0-50 Hz) son similares a las de la atmósfera causadas por los rayos. La mayoría de ellos ni siquiera son conscientes de la similitud que presentamos en nuestro artículo», dijo Price.

Con el objetivo de desentramar este misterio, los investigadores llevaron a cabo una revisión de estudios previos que analizaban el vínculo entre los campos eléctricos de frecuencia extremadamente baja (ELF) en la atmósfera: ondas de radio con frecuencias que oscilan entre 3 y 30 Hz, generadas por rayos y perturbaciones naturales en el campo magnético de la Tierra. – y la salud de los animales, incluidos los humanos.

La revisión de estudios anteriores reveló que los campos relacionados con los rayos pueden tener aplicaciones médicas positivas relacionadas con nuestro reloj biológico.

Conexión natural

Los especialistas dicen que es probable que la influencia de las frecuencias electromagnéticas naturales en la atmósfera generada por la actividad del rayo fue mayor en las primeras etapas de la evolución, cuando las especies tendían a ser relativamente simples y primitivas.

La revisión de estudios anteriores reveló que los campos relacionados con los rayos pueden tener aplicaciones médicas positivas relacionadas con nuestro reloj biológico, lesiones de la médula espinal y quizás otras funciones corporales relacionadas con la actividad eléctrica en nuestros cuerpos.

«La conexión entre los campos electromagnéticos siempre presentes, entre los rayos en la atmósfera y la salud humana, puede tener enormes implicaciones en el futuro para varios tratamientos relacionados con anormalidades eléctricas en nuestros cuerpos», dijo el especialista.

Los investigadores señalan que si bien los estudios que revisaron proporcionan evidencia de que la actividad eléctrica en la atmósfera influye en los procesos biológicos, se plantearon diseñar nuevos experimentos para ver cómo estos campos de frecuencia extremadamente baja del rayo pueden afectar a los organismos vivos, e investigar cómo estos campos pueden ser utilizados para beneficiarnos.

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