Carta del CECT al Director del INDH sobre migración haitiana en Chile

Señor Branislav Marelic Rokov Director Instituto Nacional de Derechos Humanos Presente Junto con saludarle, por medio de la presente, la Comisión Ética Contra la Tortura (CECT) quiere manifestar su mayor preocupación ante la situación en la que se encuentran los migrantes haitianos que masivamente han llegado a Chile en los últimos años, dada las dificultades […]

Por Wari

04/12/2016

Publicado en

Ciudadanos al Poder

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fotosSeñor

Branislav Marelic Rokov

Director

Instituto Nacional de Derechos Humanos

Presente

Junto con saludarle, por medio de la presente, la Comisión Ética Contra la Tortura (CECT) quiere manifestar su mayor preocupación ante la situación en la que se encuentran los migrantes haitianos que masivamente han llegado a Chile en los últimos años, dada las dificultades que deben afrontar al ingresar al país y la falta de iniciativas de apoyo y cooperación del Estado de Chile para su inclusión y desarrollo, como grupo altamente vulnerable.

A propósito de esto, un reciente artículo de la revista Qué Pasa N° 2.378, del 4 de noviembre del presente, pone en evidencia el crecimiento exponencial de la comunidad haitiana en nuestro país: “Según cifras de Extranjería, a agosto de este año ya habían ingresado 20.428 haitianos, representando un crecimiento de un 731% de su población en Chile. Son 110 los haitianos que llegan por día a nuestro país. De los 41.064 que han llegado, sólo 4.404 han vuelto a Haití”.

En particular, resulta muy grave la falta de voluntad de las autoridades chilenas y haitianas para permitir el reconocimiento y la convalidación de los estudios básicos y medios de los migrantes haitianos en su país de origen, lo que les impide un desarrollo pleno de su vida restringiendo su acceso al trabajo o la educación. De esta forma, muchos haitianos con formación profesional, técnica o con los papeles de bachillerato ya logrados, no tienen el debido reconocimiento de sus estudios y, por ejemplo, para ingresar a una universidad o un instituto los obligan a pasar dos años, y quizás más, en un colegio, como si nunca hubieran terminado la educación escolar.

A diferencia de otros países latinoamericanos, con los que Chile tiene suscripto convenios de convalidación de estudios, como el Convenio Andrés Bello y otros convenios bilaterales, no existe a la fecha un convenio educacional en esta materia entre Chile y Haití.

Asimismo, Chile es suscriptor de un conjunto de tratados internacionales en derechos humanos que consagran el acceso a la educación, la igualdad y no discriminación por razones de nacionalidad. Particularmente, Chile ratificó la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares, en virtud de la cual, como señala expresamente el Número 1 de su artículo 43: “Los trabajadores migratorios gozarán de igualdad de trato respecto de los nacionales del Estado de empleo en relación con: a) El acceso a instituciones y servicios de enseñanza, con sujeción a los requisitos de admisión y otras reglamentaciones de las instituciones y servicios de que se trate”. Por ello, debería facilitarse el acceso y ejercicio del derecho a la educación de los inmigrantes haitianos en el país, reconociendo y convalidando sus estudios básicos y medios.

Ante esta precaria situación a la que se ven sometidos los migrantes haitianos en Chile, la Comisión Ética Contra la Tortura (CECT) hizo llegar una carta, el día 7 de abril del presente, a la Comisión de Educación y Cultura del Senado y a la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, solicitando su urgente intervención en esta materia.

La Comisión de Educación de la Cámara de Diputados acusó recibo de la carta y, mediante Oficio 651/2016, del 11 de abril, solicitó información sobre lo anterior al Ministerio de Educación. Esta institución remitió su respuesta, mediante Oficio N° 09/33 del Mineduc, del 7 de octubre. No obstante, y dada la gravedad de la situación, nos parece insuficiente la respuesta emitida por el Ministerio de Educación, en la que reseña algunas escasas acciones hacia los migrantes haitianos en Chile, que no se hacen cargo en profundidad de esta materia. Para su conocimiento, se adjuntan estos dos documentos.

Chile dice ser uno de los países que más colabora para asistir a Haití, participando activamente con sus tropas en la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH). No obstante, no es capaz de avanzar decididamente en el reconocimiento de los estudios de los migrantes haitianos y en la creación de otras medidas de apoyo directo en materia educacional y laboral, como planes especiales para validar sus estudios, planes especiales de capacitación laboral, becas para iniciar o continuar estudios técnicos y/o universitarios. Para cuya postulación el Estado de Chile puede establecer el cumplimiento de obligaciones por parte de los interesados, que apunten a facilitar su integración social. Por ejemplo, la asistencia y cumplimiento de un número de horas en un curso de castellano, proporcionado por instituciones públicas.

Al observar el documento del Ministerio de Educación se hace evidente la falta de interés por dar solución a esta materia, ya que no se entregan fechas ni plazos de los trabajos oficiales para la redacción y entrada en vigencia del Convenio de reconocimiento de estudios entre Chile y Haití. Entonces, nos preguntamos: ¿Qué voluntad real existe para acoger y dar respuesta a los miles de migrantes haitianos que se encuentran en Chile?

Por todo lo anterior, a través de esta carta, hacemos llegar los antecedentes a Ud. y solicitamos con urgencia su intervención para llevar adelante las acciones que correspondan, especialmente ante las autoridades políticas y educativas del país, con el objeto de lograr una resolución positiva al reconocimiento y convalidación de los estudios de los haitianos que viven en Chile y la formulación de programas orientados a promover y apoyar su formación e integración en el país.

Sin otro particular, desde la Comisión Ética Contra la Tortura, esperamos que esta solicitud sea escuchada y respondida.

Se despide atentamente,

Juana Aguilera                                              Guy-Paul Guillaume

Presidenta CECT                                           Ciudadano haitiano Miembro CECT

COMISIÓN ÉTICA CONTRA LA TORTURA – CECT

Santiago, 18 de noviembre de 2016

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