Sobre las movilizaciones en Brasil

Hace tres semanas ha explotado en Brasil una centena de manifestaciones callejeras, en principio, manifestaciones contra la subida del pasaje de los transportes públicos y ahora con un carácter más amplio

Por Wari

10/07/2013

Publicado en

Ciudadanos al Poder

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Hace tres semanas ha explotado en Brasil una centena de manifestaciones callejeras, en principio, manifestaciones contra la subida del pasaje de los transportes públicos y ahora con un carácter más amplio.

Muchas de estas manifestaciones juntaron más de millones de personas en la calle, nada visto hace mucho acá. Fueron organizadas por el MPL (Movimento Passe Livre) que insistiendo en las luchas callejeras lograron revocar la subida del precio de los transportes públicos en muchas municipalidades, incluso en San Pablo, Rio de Janeiro, Porto Alegre, Goiânia, etc.

El MPL nació en 2004, momento en que surgieron diversas manifestaciones luchando contra el aumento del pasaje, pero también por la gratuidad de los transportes, para estudiantes y trabajadores/as. Este movimiento tuvo una fuerte influencia de los anarquistas y libertarios, pero nunca se ha posicionado como un movimiento de esta línea. Es señalar que fueron justamente estos motivos, los que dieran la posibilidad de construir un movimiento tan fuerte, con principios de horizontalidad, apartidismo y anticapitalismo (entre otros principios), y que está y estuvo presente en distintas municipalidades del país. Los militantes del MPL apuntan a que el movimiento es un medio de transformación de la sociedad, no un fin en si.

Fue con esta finalidad que en principio se salió a las calles. En San Pablo fueron cuatro manifestaciones duramente reprimidas por la policía, y por los medios. Que encontraban en los manifestantes una resistencia y «agresividad» en contra de la violencia ejercida por la policía, es decir, la gente no tenía más miedo de ésta ni tampoco de sus armas (bombas de gas lacrimógeno, spray de pimienta, balas de goma, caballería). Los medios decían que eran vándalos, que confrontaban a la policía, que estaban depredando la ciudad con graffitis, entre otras cosas. El asunto llegó al límite de que antes de empezar la cuarta manifestación, la policía ya había detenido a más de 40 personas por estar con vinagre. Es importante decir que la policía también destacó un grupo de la Tropa de Choque de la policía militar para dispersar a los manifestantes antes del comienzo de la marcha. Y fue lo que pasó, muchos reporteros de los grandes medios fueron lastimados por las balas de goma, por los gases lacrimógenos, así como gente que apenas pasaba por la calle, que estaba volviendo del trabajo. Fue una de las más duras represiones.

Esto hizo que los medios también cambiasen su discurso, que pasó de criticar el movimiento para apoyarlo, pero «sin violencia». Fue unos de los coros cantados en las marchar a partir de este momento. En los periódicos y en la televisión se empezó a convocar a la gente a salir a las calles, a manifestar por un «Brasil mejor», sin corrupción, por la educación, por la salud, contra los gastos de la Copa.

Hay que decir que la policía también cambió su abordaje, hay mucho infiltrados, policías que se juntan a los manifestantes para tirar piedras, incentivar la violencia por parte de las policías. Tanto que los medios lograron dividir a la gente entre los «vándalos» y los manifestantes pacíficos.

A partir de la quinta manifestación (en San Pablo) se canta el himno de la «patria», y cantos como «sou brasileiro, com muito orgulho, com muito amor» y las cosas se fueron perdiendo.

Todavía hay mucha gente en la calle, todos los días de esta semana, hay centenas de ciudades con millones de personas en la calle, pero en la metropolis de San Pablo la gente parece salir a la calle por el Brasil, por una «patria» mejor. Es un movimiento apartidario que no admite banderas y que está reprimiendo hasta las banderas de los movimientos sociales (como de los movimientos negro y sin-techo). Y que en este momento no esta más siendo convocado por el MPL, pero surge como manifestaciones llamadas por la población, y que también está siendo aprovechada por la derecha. Para tener una idea, hay gente que está llevando carteles en favor de la reducción de la mayoría de edad penal (que en Brasil es de 18 años).

Lo que se nota es que hay una insatisfacción con los gobiernos gigantes, por eso las palabras de orden «sin banderas» y «sin partidos», «sin violencia», pero igual la gente en general no está sabiendo distinguir lo que los libertarios dicen con apartidismo. Porque hay que apoyar los movimientos sociales, que están en lucha hace mucho tiempo. Y la gente en general no logra percibir la diferencia entre la izquierda no partidaria y la derecha. Parte de la gente va a la manifestación contra el pasaje y vuelven a su casa pagando el pasaje, con acciones de denuncia de los que están pintando u otras cosas. Los medios utilizan las marchas para hablar de los manifestantes como «pueblo brasileño» que construye una «patria» mejor, con su himno y banderas.

Entre los militantes de la izquierda autónoma, en estos momento tenemos muchas críticas a los que está pasando, el trabajo más de base se hace necesario, pero igual estamos pensando en cómo aprovechar el momento, al mismo tiempo que hacer que la derecha no tome el liderazgo de las marchas. Porque hay mucha gente que no cree en el Gobierno en este momento y son personas que no tienen una postura política clara, no saben lo que es derecha o izquierda, y tampoco saben que hay otras posibilidades más allá de estas dos.

Es importante decir que esto es lo está pasando San Pablo, y que en otros lugares, las cosas pueden ser distintas. Aún es temprano para analizar por completo lo que pasa, pero ya podemos sacar las primeras impresiones, hacer la crítica y pensar propuestas de lo que hacer, de cómo intervenir, dentro de nuestros límites y posibilidades.

Por Nina Rebelle

Fuente fotografía

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