Eventos como Premios Juventud, Premio Lo Nuestro o el Grammy Latino son un respiro y distracción para la comunidad latinoamericana indocumentada en Estados Unidos. Un respiro porque sirve de pretexto para una reunión familiar o con los amigos y conocidos que en las circunstancias se vuelven la familia del corazón. Trabajar más de 13 horas al día, y dividirse hasta en tres turnos los siete días de la semana, y que debido al temor a la deportación –que es real- solo van de su casa el trabajo y del trabajo a su casa. Esclavitud moderna, agregado el estrés, la depresión, la añoranza y el cansancio físico y emocional.
Así es pues que eventos como estos con el alto nivel de mediocridad que existe en la industria del entretenimiento, vienen a ser para los indocumentados una ilusión, porque les alegra el corazón escuchar a un cantante paisano que mencione a su país, que dedique el premio a su país, por ser coterráneos lo sienten propio, la imaginación vuela y se olvidan por un instante de la deplorable realidad del indocumentado. No importa la baja calidad en el entretenimiento que ofrezca la industria, eso no es pensar y analizar, es para revolver las emociones y saben muy bien darle al público lo que necesita, lo que ha sido creado como una necesidad, una ilusión fantasmagórica.
En este tipo de eventos están las manos de conspiradores y oportunistas que aprovechan el bajo nivel de escolaridad que existe en la comunidad latina indocumentada, para el engaño y la manipulación de las masas, hablo de rufianes de la calaña de Emilio Estefan, anti progreso y conciencia, estos que no aman ni una gota a su patria, a la Latinoamérica que se defiende de los arañazos del capitalismo. Estos que desde Miami hostigan a la matriz que los parió. No es de asombro entonces que el nivel del entretenimiento sea mezquino y una plataforma promover la ordinariez que por popular es exitosa.
Para no olvidar y refrescar la memoria, el año pasado en Premios Lo Nuestro, se vio el desfile del “ejército de alcahuetes”, -en palabras de Arjona- que salieron con bandera venezolana en mano y por poco hasta se hincaban y derramaban lágrimas de cocodrilo, pidiéndole al mundo voltear la vista hacia Venezuela que según ellos está bajo una dictadura militar. Ahí se vieron puertorriqueños, mexicanos, cubanos, colombianos, españoles, todos con su consigna de liberar a Venezuela de las garras de Maduro.
Este año callados todos y ni uno solo mencionó a los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, vea usted el nivel de doble juego que se anda manejando esa peste artística que en Miami encuentra el nutriente que los propaga como gusanos de yogur. Debido al adormecimiento colectivo la comunidad latinoamericana dan por sentado que todo que escupen estos artistas estercoleros es verdad absoluta.
Hablando propiamente de Arjona, que nunca se había asomado a recibir un premio de esos, -porque es obvia la bajeza- de pronto aceptó –ahora que no necesita de plataformas-. Demostrado quedó que él y Gaby Moreno son demasiado para el público de Premio Lo Nuestro, y para la comunidad artística que se alimenta de la peste Estefan. Arjona no es santo de mi devoción, lo fue y también asistí a uno de sus conciertos en Chicago, es increíble el amor que le tiene el público latinoamericano. No tengo ninguna autoridad para criticar su talento y si sus canciones son mediocres, aquí nadie está en posición de andar tirando piedras. Lo que sí es que muchas de éstas tienen un peso machista muy bien trabajado que se vuelve sublime y que entra en las venas de sus seguidores y lo confunden con ese romanticismo barato y misógino.
Como indocumentada que soy, su canción Mojado, me da en la pura vena. A otros serán otras las canciones que les gusten. Arjona ya no es el soñador que de pronto uno imaginó trovador, y el porrazo nos lo llevamos –los atarantados a los que el despertar nos viene con lentitud- cuando aceptó dar aquel concierto “gratuito” en Paseo Cayalá, y nos terminó de matar cuando recibió La Orden del Quetzal, de manos de un genocida como lo es Otto Pérez Molina. Cómo olvidar aquella su propaganda con Pepsi Cola. Aquella su inauguración de su escuela musical con Otto Pérez Molina. Lo personal es político.
Con esto queda claro que si aceptó la Orden del Quetzal, de manos de Otto Pérez y en tiempo de dictadura militar en Guatemala, ¿por qué no iba a aceptar el Premio a la Excelencia, de una industria politizada como la de Miami y Univisión?
Doble juego el suyo el cantar Habana en Miami. Quedar bien con la comunidad cubana en Miami, que de sobra de sabe que es anti Cuba. Sutil, la letra de esa canción lanza dardos contra Fidel y la Revolución, a toda resistencia de dignidad, eso de “ y la ideología no se meta más en lo que no le importa,” son patadas de ahogado de alguien que rechaza la lucha de los pueblos en resistencia, sin ideología un ser humano es un pedazo de alcornoque, por no tener ideología las masas obedecen el adoctrinamiento de los traidores, del fascismo, del imperio capitalista, se vuelven marionetas que cavan sus propias tumbas y se matan unos a otros obedeciendo órdenes de rufianes. No tener ideología es como ser una hoja seca arrastrada por el viento. Habana es un escupitajo a la Patria Grande. Cada palabra lleva veneno.
El detalle fue cantar con Gaby, eso fue hermoso. La otra cara de la moneda. Las contradicciones. Los seres humanos somos seres de luz y sombra.
Pronto los medios de comunicación en Guatemala lo proclamaron guatemalteco, “Arjona es nuestro,” “Arjona es de Guatemala,” “Guatemala esto es para ti.” Repitiendo las palabras que pronunció el cantante cuando recibió el Premio. Gente de gobierno felicitándolo en las redes sociales.
La pregunta del millón es, ¿qué le dio Guatemala a Arjona, para que digan “Arjona es nuestro”? No le dio nada, lo echó con una patada en el culo. Guatemala expulsa a los talentos que curiosamente florecen en otros países. Guatemala no brinda oportunidades de desarrollo, en lugar de horizontes ofrece rejas, muros. Le corta las alas a los soñadores. Es el sistema, es la sociedad, somos todos. Pero ven que alguien triunfa y entonces sí, nunca falta quién cuente que conoció a esa persona cuando no era famosa, no falta que los medios lo utilicen, que las pestes de gobierno se cuelguen de la fama de esta persona. Que el pueblo se sienta identificado y lo aplauda y lo vitoree, porque no es común que un guatemalteco triunfe, que vuele tan alto.
Así como Arjona hay miles de talentos guatemaltecos en Estados Unidos, cortando grama, lavando platos en los restaurantes, en la pizca de frutas y verduras en los campos, están de jornaleros, trabajando en fábricas, partiéndose el lomo en la albañilería, a estos indocumentados también lo sacó Guatemala de una patada en el culo. ¿Quién los aplaude? ¿Quién los valora? Si esos pobres diablos para lo único que sirven es para enviar remesas, que mantienen el país a flote. Los talentos no se van porque quieren, a los talentos Guatemala los echa, anónimos, fracasados. Pero cuando triunfan los reconoce como hijos legítimos y los premia y los alardea.
El caso de Arjona –independientemente que sea santo de nuestra devoción o no- debe servir de ejemplo, no como artista, hablo de su emigración, de su búsqueda, porque su sueño era demasiado grande para un país con un sistema tan mediocre como lo tiene Guatemala.
Para el público en general, que siente a Arjona su hermano, su primo, su agarre…, también les informo que hay tantos talentos en las calles, limpiando carros, vendiendo chicles, lustrando zapatos, cargando bultos. Son seres anónimos e invisibles por nosotros como sociedad y por el sistema. ¿Nos sentimos orgullosos de ellos? ¿Los aplaudimos? ¿Seremos capaces de valorar sus talentos? Preguntarnos, ¿cómo los pueden desarrollar si el país no ofrece oportunidades? ¿Y si es usted? ¿Si es su hijo, su hermano, su pareja? Todos absolutamente todos tenemos talentos, ¿los hemos logrado desarrollar? ¿El país nos ha brindado las herramientas para hacerlo? ¿Se las ha brindado a otros? ¿Por qué a unos sí y a otros no? Y por favor, aquí no cabe aquello “es que son huevones y no trabajan, no buscan sus sueños.” Que ésa es frase populista de la derecha extrema que nos trata como mamarrachos.
Para terminar pregunto, ¿si Arjona es de Guatemala, por qué no lo son los miles de migrantes que trabajan en oficios en Estados Unidos? ¿Por qué el sistema los trata tan mal cuando regresan deportados? Para un ejemplo, la petición del gobierno a que Portillo –delincuente confeso- regrese en vuelo comercial y no con los deportados –gente honesta, talentosa y trabajadora- porque para el sistema los deportados son los delincuentes y los ladrones un orgullo presidencial.
Bueno, este es un artículo que parte de la pregunta, ¿Arjona es de Guatemala? Y da para sentarnos a tomar –una bebida espirituosa- un atolito de tres cocimientos y desglosar con nuestros variados puntos de vista, ¿qué es Guatemala? ¿Cómo es el sistema guatemalteco, la sociedad?, ¿por qué echa a los talentos? ¿Por qué el descaro de llamarlos propios cuando fueron invisibles e ignorados cuando estuvieron en territorio nacional? ¿Por qué nosotros como sociedad tenemos el descaro de rechazar a los que se fueron y tildarlos de desertores? ¿Con qué derecho? Pero eso sí, triunfan y lo primero que queremos es colgarnos de ellos. Y para esos que andan diciendo Arjona es nuestro, recuerden que jamás hubiera volado tan alto de no haber salido de Guatemala. ¿Seguiremos permitiendo que el sistema eche con una patada en el culo a los talentos y que los reciba con los brazos abiertos cuando triunfen? ¿Qué es el triunfo pues?
Posdata: antes de que me pelen, como comprenderán yo también soy indocumentada, y también ese tipo de eventos son un distractor en mi realidad. Me quedé con las ganas de que cantara Mojado, hubiese sido hermoso y en cierto modo un tanto revolucionario, dado que estaba en Miami, en territorio estadounidense, con varios del partido Republicano en el público, dado que se ha bloqueado la Acción Ejecutiva. Pero bueno, para qué pedirle peras al olmo, nos quedamos con la gota amarga de Habana.
-¿Y usted qué tal, cómo amaneció?, aquí a -13 grados centígrados, con el cubilete congelado-.
Por Ilka Oliva Corado / En twitter: @ilkaolivacorado.
Febrero 20 de 2015.
Estados Unidos
revisa su blog : Crónicas de una inquilina