Desafío Río Cuervo

Nuevamente hemos sido testigos de una polémica evaluación del megaproyecto hidroeléctrico Río Cuervo en la Región de Aysén.

Esta central es consecuencia del proyecto Alumysa que, a través de tres represas –Río Cuervo, Río Blanco y Río Cóndor–, pretendió obtener aluminio en el área próxima al Fiordo Aysén. Los riesgos de las centrales y la incompatibilidad con las plantas de procesos de los recursos hidrobiológicos de pesca y cultivo, y otras actividades en el fiordo, que es el principal acceso marítimo de esta Zona Austral, hicieron inviable el proyecto, pese a los bajos costos de electricidad. Los nuevos propietarios de los proyectos de Alumysa repotenciaron Río Cuervo, aumentando la altura del muro y hundiendo la casa de máquinas. El proyecto se ubica en la falla geológica Ofqui-Liquiñ, rodeado de volcanes activos cerca del Cai, Maca y volcanes menores. El cercano Hudson ha tenido erupciones importantes en los años ’71, ’91 y una menor en 2011.

La ley impide evaluar proyectos por partes, ya que éste considera otras dos centrales, más la línea de transmisión en forma paralela a la pretendida por HidroAysén. El aprobar proyectos sin participación ciudadana y exigiendo condiciones y estudios a futuro previos a la construcción, no es legal. Es el caso de estudios sociales y de riesgo sísmico, volcánico y de remociones en masa. Hace cinco años, por un enjambre sísmico, se derrumbaron 21 millones de metros cúbicos al fiordo produciendo un tsunami y cobrando 11 vidas, pese a las advertencias que se le hicieron a Onemi.

Se puede desarrollar este proyecto como una central de pasada logrando más de 300 MW por etapas y proponiendo que la energía sea un motor para mejorar la calidad de vida y de elaboración y agregación de valor de recursos naturales y servicios de la Patagonia. Esto es posible armonizándola con su condición de privilegio ecológico.

Las ERNC aprobadas por el Senado están en la Cámara y requieren de un pronto despacho, así como el Reglamento de la Ley Net Metering.

Conocimos un invento de Doyle Brewington que aprovecha las diferencias de temperatura de la tierra creando la energía geomagmática, el que abre una visión más constructiva y optimista que es la que necesitamos en este Siglo XXI.

Por Antonio Horvarth

Senador por Aysén

Mayo 14, 2012

Publicado en aquiaysen.cl