El “gran pecado” de ser independiente

A la recolección de firmas de patrocinio en plena época navideña, se sumó el cerco informativo, nadie tenía cómo saber quiénes eran los y las candidatas a patrocinar. Luego nos encontramos con el mínimo financiamiento en relación a lo que pueden optar los partidos políticos, y también al hecho de que 457 candidatos y candidatas independientes debemos repartirnos, entre todos, menos de un segundo de la franja electoral.

Por El Ciudadano

16/02/2021

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Por Andrea Gutiérrez Vásquez, candidata constituyente por la lista de Movimientos Sociales: Unidad de independientes del Distrito 10

Este es un momento histórico, probablemente el más importante desde la llegada a la democracia. La revuelta social nos entregó la posibilidad de escribir una nueva Constitución, algo que nunca pudo concretar el mundo político, pese a la evidente necesidad de hacerlo. Todo indica que este es nuestro momento. Un momento 100% ciudadano, conquistado en la calle por nosotras, nosotros y nosotres. Incluso lo dejamos en claro en el plebiscito donde decidimos no delegar más nuestra opinión a quienes no la han estado escuchando. En virtud de esto, parece lógico que el mundo social organizado, en completa independencia de los partidos políticos, debiésemos protagonizar este proceso constituyente. Sin embargo, quienes decidimos ser parte desde ese lugar de independencia, sólo nos hemos encontrado con obstáculos permanentes. 

A la recolección de firmas de patrocinio en plena época navideña, se sumó el cerco informativo, nadie tenía cómo saber quiénes eran los y las candidatas a patrocinar. Luego nos encontramos con el mínimo financiamiento en relación a lo que pueden optar los partidos políticos, y también al hecho de que 457 candidatos y candidatas independientes debemos repartirnos, entre todos, menos de un segundo de la franja electoral.

Que no podamos participar de la franja política en igualdad de condiciones es un acto de invisibilización no sólo del mundo independiente, sino que del mensaje que se levantó en las calles a través de movilizaciones y en el mismo plebiscito: que las cúpulas políticas se hicieran a un lado y abrieran el espacio a las mayorías organizadas. Esta invisibilización es una violencia más ejercida por la élite que se aferra al poder y que ha sido incapaz de corregir este sesgo. Una élite política y económica que ha hecho todo lo posible por desarticular la fuerza social organizada y que incluso la ha tachado de apolítica, como si las formas de organización trazadas fueran de los partidos no se articularan y expresaran desde la política, una política que los partidos se niegan a reconocer.

En los próximos días el Consejo Nacional de Televisión citará a un consejo para abordar este tema. Algo que tendrá que tomar en cuenta es que esta invisibilización es un atentado al derecho a la Información, derecho reconocido por el sistema internacional de Derechos Humanos y ampliamente profundizado por la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La invisibilización de las candidaturas de independientes es, sin ninguna duda, una manera de seguir otorgando privilegios a quienes siempre los han tenido, a los mismos que nos hablan de meritocracia cuando esta no existe. Este gesto, que nos borra en parte de la información pública, expulsa a la fuerza social organizada de un lugar central que le pertenece. Es por lo que nos hemos movilizado desde hace tanto, y es por eso que, pese a todo, vamos a seguir disputando.

A pesar de todo lo anterior, este camino cuesta arriba no es nuevo. Como trabajadora de la cultura, como mujer que no lleva el apellido de las familias más poderosas del país y, por supuesto, desde el feminismo y la organización social, seguiremos en esta tarea obstinada de ir conquistando los espacios y seguir articulándonos como lo hemos estado haciendo con los y las compañeras de nuestra lista de Movimientos Sociales: Unidad de independientes, (Coordinadora Feminista 8M, No+AFP, Coordinadora Nacional de Inmigrantes, Territorio Constituyente, Movimiento por el Agua y los Territorios y la Defensoría Popular de las y los Trabajadores) y a quienes se nos quieran sumar.

No seremos una candidatura testimonial. Vamos a seguir trabajando para no delegar nuestra voz a quienes no tienen interés en representarnos.

Nos pueden seguir poniendo en el camino más obstáculos, pero olvidan que somos muchas, muches y muchos empujando este cambio social que no estaríamos viviendo sin nuestra energía. Olvidan que este es nuestro momento y que nos seguiremos viendo en las calles.

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