FUCK THE USA

El gobierno estadounidense debe hacer un acto de reparación histórica y política por haber puesto a Pinochet en el poder. O al menos, pedir perdón públicamente, y de manera oficial, por ello.

Por El Ciudadano

25/05/2023

Publicado en

Columnas

0 0



Por Fabio Salas Zúñiga

En este año que se cumple medio siglo de acaecido el golpe de estado que inició la dictadura de Pinochet, hay un detalle que ha sido omitido por todos los sectores que hablan de “conmemoración”: el rol central que desempeñaron la CIA y el gobierno de Richard Nixon en el derrocamiento de Salvador Allende y la instalación de la peor pesadilla histórica y social que vivimos los chilenos.

Henry Kissinger, el todopoderoso secretario de estado del gobierno norteamericano de entonces lo dijo sin asco en sus memorias: iban a hacer todo lo posible para derrocar un gobierno inamistoso y que atentaba contra los intereses norteamericanos elegido por “la irresponsabilidad del pueblo chileno”.

Kissinger es hoy un viejo centenario que viaja por el mundo dictando cátedra sobre el bien y el mal en los principales foros de la sociedad neoliberal, como hizo el año pasado en Davos. Nadie lo ha llevado a juicio ni la Corte Penal Internacional que acaba de formular una risible y patética orden de arresto contra Vladimir Putin, jamás lo sometió a proceso alguno por la responsabilidad que le cabe en el derrocamiento del gobierno popular chileno como también en el rol que jugó en otros actos de genocidio ante el pueblo palestino y otras dictaduras latinoamericanas y mundiales.

Lo que planteo es lo siguiente: el gobierno estadounidense debe hacer un acto de reparación histórica y política por haber puesto a Pinochet en el poder. O al menos, pedir perdón públicamente, y de manera oficial, por ello. Nunca lo han hecho por haber tirado bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, como tampoco por los genocidios cometidos en Viet-Nam, Irak, Siria, Afganistán, Cuba y en muchas otras naciones, como acaban de hacerlo en el reciente golpe de estado en Perú.

Tal vez nunca tengan la decencia ni el coraje ni la dignidad para hacerlo. No importa. Son gringos y sabemos a qué atenernos con respecto a ellos.

Pero el pueblo chileno, que sufrió como un todo el latrocinio de la dictadura neoliberal de Pinochet, debe exigir a través de sus autoridades, es decir el actual gobierno y su canciller, una reparación y un acto de contrición del gobierno estadounidense por haber saboteado y usurpado el poder soberano de un gobierno elegido democráticamente, como lo fue el del doctor Allende.

Si vamos a conmemorar los cincuenta años del golpe como nación, digamos las cosas por su nombre y llevemos al paredón de la historia a los culpables verdaderos, aunque la mayoría de ellos ya no estén vivos: Richard Nixon, Henry Kissinger, Agustín Edwards, Onofre Jarpa, Eduardo Frei Montalva, Patricio Aylwin, entre muchos más.

Memoria histórica es decir la verdad y la verdad es esa: Pinochet se hizo con el poder a través de una conspiración en la cual todos los mencionados más arriba tuvieron un rol preponderante. Y el costo lo pagamos la gran mayoría.

Si los gringos no pedirán perdón, que al menos Boric y su equipo tengan la honestidad política- en medio de tanta admiración por Zelensky y su verborrea por los derechos humanos en Nicaragua- de exigir ese acto de reparación pendiente que los gringos nos deben desde hace más de cincuenta años.

Y si no lo exigen, que no nos convoquen a una conmemoración que ya se adivina negociada para jugar al eterno empate del mal menor.

FUCK THE U.S.A!!!!!

Sigue leyendo:

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones

Comparte ✌️

Relacionados

Comenta 💬