La brutal desigualdad salarial en Chile

Debemos alegrarnos y felicitarnos por lo hecho en Empleo, creamos más de 1 millón de nuevos puestos de trabajo durante nuestro gobierno, fueron las palabras llenas de orgullo con las que Piñera se comenzaba a despedir de la Moneda

Por Director

10/04/2014

Publicado en

Columnas / Trabajo

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leonel

Debemos alegrarnos y felicitarnos por lo hecho en Empleo, creamos más de 1 millón de nuevos puestos de trabajo durante nuestro gobierno, fueron las palabras llenas de orgullo con las que Piñera se comenzaba a despedir de la Moneda.

Falso en Cantidad y Calidad, basta con ver algunas cifras:

Sólo el 26% de los empleos creados los últimos 44 meses corresponde a  asalariados/as de planta contratados/as directamente por la empresa. El 32,3% son trabajos “por cuenta propia” y “familiar no remunerado”. El 50% de las trabajadoras subempleadas gana menos de $78.438. El subempleo ha llegado a 663 mil personas que trabajan jornada parcial y quieren trabajar más horas, pero no encuentran ese tipo de empleo.(Fuente Fundación Sol)

Estas cifras nos ponen los pies sobre la tierra y nos indican la ineficiencia de las Políticas Públicas, en cuanto a cobertura real, al sistema de protección del trabajo y el incentivo a la precarización de los nuevos empleos.

Es más, a modo general vemos que Chile, miembro de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos), se da la “licencia” de pagar a millones de trabajadores menos de $168.000 (Sueldo Mínimo $210.000 menos descuentos legales), un aberrante “mini sueldo” incapaz de satisfacer las necesidades mínimas de una persona.

Entonces, no debía causarnos ninguna sorpresa, cuando en época de Medallas, nos premiaran con Oro en Desigualdad, dentro de nuestros pares de la OCDE, de la cual somos miembros, basados en las macro cifras económicas (Admirables) sustentadas sobre la base de sueldos miserables, condiciones laborales precarias y acumulación desmedida de unos pocos montones, en definitiva quienes trazan los caminos que el país debe y “debe” seguir.

Todo gracias a La Institucionalidad actual que ha creado las condiciones necesarias para el Bienestar superior del  empresariado y el Malestar generalizado del trabajador, quien carga con una jornada laboral excesivamente extensa, de hecho el 16% de estos trabaja en promedio 2.047 horas al año, es decir, jornadas de 58 horas a la semana. Ante lo cual sería muy humano preguntarnos:

¿Qué tipo de relación, Estado, Empresa y Trabajador estamos legitimando?

Pues claramente Un Código del Trabajo redactado en Dictadura, y fortalecido sostenidamente durante los últimos 5 gobiernos. Un ejemplo, es la modificación legal a la subcontratación del año 2006.

En definitiva, estructuras que consagran: La ganancia del capital, la precarización de  la mano de obra y profundizan fuertemente la desigualdad nacional. Pilares claves dentro del Estado Subsidiario que niega una y mil veces los derechos sociales.

Por lo tanto debe ser la Sociedad Civil quien se alze y empuje las transformaciones tan necesarias, como comprender que No es normal que seamos así de Desiguales, No es normal que el trabajo y esfuerzo de millones de trabajadores, viviendo esta triste y amarga situación, cree la riqueza vergonzosa del empresariado. Es apremiante entender y valorar el aporte fundamental de la mano de obra, porque si como sociedad no somos capaces de considerar esto, y mucho menos la dignidad humana, las macro cifras seguirán siendo una fantasía con cuerpo de pobreza y vestimentas mentirosas.

Los salarios mínimos y máximos,(indicador por excelencia, de desigualdad), deben ser fijados con una Ética Dialógica y Humana, es decir, situando al ser humano desde su complejidad en el centro del desarrollo , el desarrollo a escala humana del que nos habla, Manfred MaxNeef o el Desarrollo Humano del que nos habla el Premio Nobel Amartay Asen, economistas que han dedicado sus investigaciones y propuestas a entregar otra forma de entender la economía, ya no desde las alturas del olimpo, sino más bien, para el bienestar y felicidad humana.

Ante esta realidad brutal, la pregunta frecuente es ¿Quién Crece cuando Chile Crece?, la cual se ha formulado una y mil veces, con resultados claros y concretos. Ahora bien, si queremos mirar la realidad laboral desde una óptica Humana, más bien nos debemos cuestionar

¿Quiénes pierden cuando Chile Crece? Ya que es una situación escandalosa.

¿Cuánto tiempo más permitiremos y legitimaremos este modelo de desarrollo?

Un genio de la humanidad ya nos decía:

“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.” Albert Einstein

Quizás necesitemos otro escándalo del retail, o esperar unos 10 años para sentir en carne y hueso como millones de cotizantes se despiden de toda una vida laboral, con la alegría de poder descansar, y al poco andar se encuentran con pensiones miserables.

Otra arista dentro de este círculo vicioso son precisamente las encargadas de entregar pensiones, luego de recibir y trabajar por  años nuestras cotizaciones: las AFPs, maquinas creadoras de pobreza, que hace unos días nos mostraron, las pensiones pagadas en conjunto con las compañías de seguro $184.541 y paralelamente rentabilidades históricas (En el año 2013. $341.567.285.000)  (Fuente Superintendencia de Pensiones)

¿Sabía usted?  Que por ejemplo AFP Cuprum el año 2013 (En.2013- Dic.2013), obtuvo una rentabilidad del 68.08% (sobre el patrimonio) en condiciones que la rentabilidad de los cotizantes no superó el 5.362 %, es decir, ¿Quién gana y quien pierde en este juego? (Fuente Superintendencia de Pensiones)

En vista de los datos, la respuesta es clara: Los Trabajadores y Pensionados, quienes crean la riqueza del país son en su mayoría quienes pierden cuando Chile crece.(En este Modelo)

Algunos analistas funcionales  insistirán en la mantención de esta estructural laboral, en defensa de la estabilidad a largo plazo, algunos parlamentarios seguirán discutiendo por largos días aumentos vergonzosos al salario mínimo, y otros empresarios seguirán decidiendo cuanto quieren pagar de impuestos y que condiciones laborales están dispuestos a aceptar. Mientras que otros Presidentes seguirán felicitándose y alegrándose por esta sombría realidad.

“Un principio básico del capitalismo del estado moderno, es que los costos y riesgos están socializados hasta donde es posible, mientras el beneficio  (lucro o ganancia) está privatizado”  Noam Chomsky.

Éste es nuestro escenario actual, lleno de inhumanidad y falsedad, donde el Estado favorece el bienestar económico de unos pocos, a la vez que consagra el malestar humano de mayorías despojadas de protección, derechos y dignidad.

Se potencia y maquilla el Modelo, ese invasor amigo de los poderosos y enemigo de los humillados. Se disfraza, la realidad (a la medida) mostrando al mundo macro cifras que excitan a especuladores y hacer llorar a los abandonados, dominados, abusados y violentados.

Por Leonel Acuña

El Ciudadano

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