La economía de Estados Unidos no está logrando sostenerse

Los  analistas de Deutsche Bank hacen bien en diferenciar los datos para referirse al sector doméstico de EE

Por Wari

29/09/2015

Publicado en

Columnas

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Mario-BrionesLos  analistas de Deutsche Bank hacen bien en diferenciar los datos para referirse al sector doméstico de EE.UU., que separa el consumo de las familias como muy fuerte en agosto, diferenciado de los datos provenientes del sector manufacturero afectado negativamente por la caída de las exportaciones, para referirse al PIB de EE.UU., que anualizado es de 3%, con un II trimestre revisado esta semana de 3,9%. Esta forma de mostrar los datos para analizar los avances económicos requiere de una explicación más detallada sobre el significado de la tendencia.  Los intereses corporativos y los grandes bancos privados utilizan algunas cifras para crear realidades positivas, que son discrepantes con el lento empobrecimiento que vive la mayoría de los norteamericanos. Algunos analistas incluso niegan que pueda ocurrir una nueva recesión, siete años después  de la anterior, pese a la caída generalizada de los commodities, y la evidencia abismante que está afectando a casi ¾ partes de la economía mundial.

Para entender el giro que está ocurriendo en los datos de la economía norteamericana, debemos considerar que después del II trimestre, la aceleración en septiembre de los acontecimientos en Asia ha generado un sesgo que motivó a la FED a mantener la tasa en 0% a 0,25%. Los indicadores económicos de Estados Unidos están virando, con algunos que son optimistas como la disminución de la tasa de desempleo de agosto que fue de 5,1%, en contraste con las cifras negativas de  las ventas de viviendas de segunda mano que en agosto, cae a US$ 5,31 millones desde US$ 5,55 millones que era lo esperado por el mercado.

Respecto a los avances en el valor de los bienes y servicios producidos por Estados Unidos, estos aumentaron a una tasa anualizada de 3,9 %  en el  II  trimestre (Abr-Jun) de 2015 como indicamos más arriba, desde un 0,6% del primer trimestre (Ene-Mar), lo que también es positivo.  Sin embargo, el porcentaje de las importaciones cayeron  – 1,8 % en agosto, después de una disminución de un – 0,9 % en julio y de 0,1 % en junio. Respecto de las exportaciones estas disminuyeron en un – 1,4 % en agosto tras una caída del – 0,9 % en el mes de julio y 0,1 %  en el mes de junio,  que son cifras negativas con tendencia a la baja los últimos tres meses, según datos del U.S. Bureau of Labor Statistics.

Lo primero que se advierte en estas cifras, es que los datos publicados para el II trimestre no representan lo ocurrido recientemente en China, cuyos efectos están en desarrollo y son más significativos de lo que algunos esperaban, con datos para el 3er trimestre más lo estimado para el último trimestre, con tendencia a bajar. Según los economistas, es probable que los EE.UU. se expanda  un leve 2,5 % en el período julio a septiembre.  Lo segundo que se puede advertir es que aún no se produce una concordancia entre el mayor consumo interno (3,6% del II trimestre), la baja del desempleo en la manufactura, con la caída de las exportaciones e importaciones, debido a que el resto del mundo está disminuyendo su actividad, como lo demuestran los menores precios y volúmenes de los commodities, desmintiendo que  EE.UU., sea inmune a lo que ocurre en el resto del mundo o en  los países BRICS. Lo comprobó hoy Glencore PLC que cayó en la bolsa, por su gran deuda de US$ 30.000 millones.

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La concordancia se podría empezará a notar en los próximos meses si se mantiene la tasa de desempleo o aumenta, por la tendencia recesiva que se acelera en el resto del mundo. Ningún fabricante de Estados Unidos seguirá incrementando el número de empleos si están exportando menos. Recientemente, la multinacional estadounidense de maquinaria Caterpillar, ha rebajado sus previsiones anunciando una reestructuración que estiman en 10.000 despidos en todo el mundo, en los próximos tres años, lo que permitirá ahorrar US$ 1.500 millones de dólares.

Respecto al consumo y considerando los datos actuales conocidos, el aumento del consumo no provendría  del aumento salarial, por cuanto sabemos que la tasa de crecimiento salarial se mantiene plana en un 2% anual y por lo tanto el consumo provendría de un mayor endeudamiento  o de la descapitalización familiar que está consumiendo sus ahorros. No olvidemos que la inflación de 1,2% reduce parte del aumento salarial, dejando sólo un aumento neto de 0,8%. En consecuencia, si el consumo se está financiando con más crédito (deuda), este sí es un factor vital que podría estar presionando a la FED para subir las tasas (aumentar  el costo del dinero), porque los bancos estarían creando un mayor desequilibrio monetario con el nuevo crédito en consumo que están creando. Aún así, podríamos preguntarnos, ¿de dónde más podría provenir el aumento del consumo de las familias norteamericanas, si los salarios no han mejorado?  Si no es del crédito ni de los otros factores, correspondería al consumo de la gente que se ha incorporado al trabajo, lo que estaría en riesgo si suben las tasas o la economía mundial sigue declinando.

En Chile también el consumo se está volviendo negativo. La inflación de 4,7% está reduciendo el poder adquisitivo de la población, debido a que el crecimiento salarial en el mejor de los casos es de 3%. Si restamos la inflación de 4,7% nos deja un perdida de  – 1,7%, lo que es grave porque está afectando a los sectores de menores ingresos.

Después de siete años de crisis tanto el comunicado oficial de la FED, como el de su presidenta, Janet Yellen en rueda de prensa, se esfuerzan en hacer ver que la FED no ha cambiado su visión positiva sobre la economía de Estados Unidos, pero el trasfondo social muestra, como veremos a continuación, que la fortaleza americana no es tal, salvo los grupos de poder y mucho dinero que están disminuyendo su deuda, para cubrirse de las tasas altas.

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Un informe de  Enterprise Community Partners, un grupo sin fines de lucro sobre vivienda económica, en conjunto con la U. de Harvard para estudios de la vivienda, señala que el costo del alquileres de  11,2 millones de viviendas que existían en el 2013, están aumentando más rápido que los salarios, agobiando gravemente a los hogares que están gastando más de la mitad de sus ingresos en arriendo, cuando dicho gasto, como regla general, no debiera ser más del 30 % de los ingresos, lo que reduce el consumo familiar. Incluso en el mejor de los casos postula el informe, que si los salarios crecen 1% por año más rápido que los alquileres, el número de hogares gravemente recargados con costos de alquiler, bajará apenas de 11,8 millones en 2015 a  11,6 millones en 2025. Ahora, con un escenario base, donde los alquileres y los salarios (y la inflación) aumentan en un 2 % cada año, los investigadores esperan que el número llegará a  13,1 millones, donde el ítem alquiler sobrepasará casi la mitad de sus ingresos. En resumen, la simple suposición de que los pobres están gastando más no solo es errónea sino ilusoria.

El último PMI manufacturero de septiembre, fue de 53, y el punto más alto del 2015 de dicho índice fue en abril de 55,7. Estos indicadores como muchos otros, van demoliendo la visión de fortaleza de la tendencia de la economía real, porque los grandes grupos de personas mantienen los bajos ingresos sin cambios. Son los que deben destinar el 50% del ingreso en pagar el alquiler con ingresos salariales que no crecen, o son parte de los 46,7 millones que viven baja la línea de la pobreza a nivel tal, que un promedio de 40 millones de personas deben recurrir al programa de ayuda en alimentos SNAP (Estampillas) del Gobierno, porque no les alcanza para comer. Cuando estas familias gastan un 30% de los ingresos en alimentos, un 50% en arriendo, con el 20% restante es imposible pagar el seguro en salud, calefacción, educación, ropa, o pagar una cuota para comprar un vehículo. La tasa oficial de pobreza fue del 14,8 %, con 46,7 millones de personas en la pobreza, y los cambios son negativos desde el 2013, porque la tasa es 2,3 % más que en 2007, en una economía centrada en un 70% en los servicios, donde el consumo se perfila mal.

«Cada década, se toma más tiempo para que los pobres se recuperen de la recesión”, dijo Arloc Sherman,un investigador del Centro de Presupuesto y Prioridades Políticas en Washington.  Los estadounidenses más ricos están ganando la recuperación económica. Según datos de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, que subrayan cuán mal ha sido la recuperación si no eres rico. Los hogares en los percentiles 95 y 90 más ricos tuvieron mayores ganancias hasta el año 2014, el último año del que se dispone de datos. De acuerdo a un artículo en Bloomberg de Victoria Stilwell y Alexandre Tanzi, señalan que, “El ingresos para todos los demás estaba por debajo de los niveles de 2006, lo que indica que todavía están arañando la manera de salir del agujero causado por la recesión más profunda de la era posterior a la II Guerra Mundial”. De la próxima, los que se salvarán serán muchos menos.

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El fraude o la estafa global instalada consiste en una doble mirada, que persigue decir que en el tiempo se está a punto de lograr la “zanahoria”, mientras detrás de bambalinas los mercados financiero operan con grandes traspasos de riqueza sobre la base del dinero “express”  o instantáneo que asciende a US$ 12 billones impreso por los Bancos Centrales, que ha sido multiplicado por la banca en miles de billones de dólares, euros y yenes que se dirigieron a crear burbujas. La inflación la crearon en  los mercados financieros, hinchando el precio de las acciones y los bonos que ha sido el impulsor de los mercados bursátiles, mientras la economía real yace en la deflación y la parálisis.

La sustentación de este modelo neo liberal de economía requiere del concurso del resto del mundo para extraer ganancias del precio de los commodities en el suelo, socializar la carga del financiamiento del consumo en los países más ricos, vendiendo deuda, acciones, bonos  y concediendo créditos en dólares con bajas tasas, los que serán recuperados con creces cuando suban las tasas. A los grandes grupos financieros que componen la elite mundial no les importa la inestabilidad financiera, la baja inflación, la situación económica global, el fortalecimiento del dólar para  exportar, etc.  Más grave que todas esas razones, sería reconocer la debilidad secular de la economía de EEUU y la ineficacia de la emisión. La FED no pudo subir las tasas de interés en su última reunión del 17 de septiembre, en un básico y modesto 0,25%, y seguirán las especulaciones si subirán en octubre, diciembre o el año 2016.

Por el momento, no hay manera de escaparse de la globalidad, incluso al costo que está pagando el pueblo griego liquidando sus islas y entregando numerosos sectores de propiedad pública a los privados, transnacionales, en especial las empresas alemanas. Es una utopía creer que volverá la riqueza al país si siguen en el euro.  Existe el factor deuda que está agobiando al mundo y que sigue creciendo.  Algunos países recurren al recorte de tipos que hoy vemos en Noruega, Taiwán, Ucrania, Hungría, etc.,  una estructura que permite traspasar la riqueza sin que la humanidad note quién se beneficia y quiénes se perjudican. El BCE ha dicho que si China, Brasil y Rusia no crecen, difícilmente puede hacerlo la zona euro, y la advertencia se empieza a notar también para Estados Unidos.

A siete años de la segunda mayor crisis financiera de la historia mundial, que obligó a utilizar recursos públicos por valor de US$ 16 billones para rescatar a la banca, cabe preguntarse, ¿cuántos miles de billones costará rescatar a la banca de una gran crisis global, si las burbujas creadas por los bancos en activos financieros como los derivados suman miles de millones de millones de dólares?  No es descabellado pensar que el fin de la historia del neo liberalismo en Estados Unidos también está más cerca que antes.

Por Mario Briones R.

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