La sombra de Allende

Tal como en el drama de Shakespeare, donde la sombra del padre fallecido se hace visible a su hijo Hamlet, Allende se manifiesta a través de su discurso, dirigido a la Historia y a su pueblo: “Es este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes

Por Wari

08/11/2013

Publicado en

Columnas

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René DintransTal como en el drama de Shakespeare, donde la sombra del padre fallecido se hace visible a su hijo Hamlet, Allende se manifiesta a través de su discurso, dirigido a la Historia y a su pueblo: “Es este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes. Espero que aprovechen la lección. El capital foráneo, el imperialismo, unido a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición: la que les señaló Schneider y que reafirmara el comandante Araya, víctima del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena conquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios”. (1)

De este modo, la traición, el crimen y la felonía, dejan huérfano al pueblo de Chile; pasan los militares haciendo la pega sucia, son desplazados en su momento por la necesidad de desarrollo del capitalismo para finalmente instalarse la Concertación. Los “herederos” de Allende, en concubinato con los golpistas democratacristianos encuentran la forma de llegar al poder, un poder restringido ciertamente, pero que marcha siempre en sentido contrario al deseo de los electores que confían en sus palabras.

La sombra es a Hamlet, como las palabras de Allende son al pueblo de Chile: “En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en nombre de la patria los llamo a ustedes para decirles que tengan fe. La historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen. Ésta es una etapa que será superada, éste es un momento duro y difícil. Es posible que nos aplasten, pero el mañana será del pueblo, será de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de una vida mejor”. (2)

Hoy por hoy, después de la aventura de la Derecha sentada al sillón presidencial, los llamados poderes fácticos advierten el peligro que en el próximo gobierno el pueblo logre modificar el orden actual de las cosas provocando la convergencia de un nuevo pacto social materializado en una Asamblea Constituyente que dé lugar a una nueva Constitución. Y tal parece, la candidata natural de la Derecha, seleccionada en el quinto rebote, la señora Matthei, no da garantías de mantener el status quo en el caso de salir elegida.

Las 40 medidas del programa de la Unidad Popular, que eran el núcleo del programa presidencial de Allende en 1970, dan cuenta de cuánto ha retrocedido el pueblo en sus justas aspiraciones después de 40 años en que no ha existido un contrapoder oponible a la clase dominante. La Concertación jamás tuvo la determinación de restaurar los derechos que fueron expropiados al pueblo por la fuerza de las armas, y renunció al sueño de conquistar el poder para realizar los cambios necesarios que reclamaba Allende. La lucha política de los “herederos de Allende”, se materializó al final de cuentas, en una lucha del poder por el poder vacía de contenido.

La Historia abre hoy la chance a otros hombres de convocar al pueblo a respaldar la iniciativa de un plebiscito que la Constitución permite bajo ciertas condiciones excepcionales. El pueblo tiene el imperativo de trabajar esas excepcionales condiciones.

(1) Fragmento del último discurso antes de morir en la mañana del 11 de septiembre de 1973.

(2) Idem.

Por René Dintrans

El Ciudadano Nº146 / Clarín Nº6.923

Septiembre 2013

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