Paraguay: El 'estronismo demócrata'

Las alianzas que construye Abdo

Llevamos dos semanas desde que asumió el gobierno nuevamente colorado de Mario Abdo Benítez en Paraguay, para el periodo 2018-2023, y es posible deducir de sus hechos la realidad y estrategia que pretende instalar, ya que los gobiernos explicitan sus estrategias mediante sus hechos

Por Wari

25/08/2018

Publicado en

Columnas

0 0


Llevamos dos semanas desde que asumió el gobierno nuevamente colorado de Mario Abdo Benítez en Paraguay, para el periodo 2018-2023, y es posible deducir de sus hechos la realidad y estrategia que pretende instalar, ya que los gobiernos explicitan sus estrategias mediante sus hechos. Gobiernan desde la actualidad entendida como acto y como momento y mediante esa actualidad construyen la realidad que quieren y pueden.

En estas dos semanas hemos vivido la instalación del estronismo demócrata. Si algo faltaba para liquidar las esperanzas de sacudirse la herencia estronista es que éste se presente ahora como un adalid de la democracia y la ley. Y esto es justamente lo que ha venido haciendo este nuevo mismo gobierno colorado.

Es la normalización del estronismo, mediante su versión democrática, puesto que no hay nada más estronista que el actual presidente: por sus dos apellidos, por ser heredero, por estar educado en el más rancio estronismo, entre otras cosas. Por tanto, no es alguien que deba ni está obligado a justificar su estronismo. Abdo Benítez es el estronismo y eso le asegura un punto de partida, un ahorro, para tomar iniciativas no estronistas.

Una de esas iniciativas la expuso su ministro del Interior, el abogado Juan Ernesto Villamayor: es un gobierno colorado que pretende hacer cumplir la ley. Esto es toda una novedad en la reciente historia del Paraguay. Hasta el momento los gobiernos colorados hacían las leyes y las violaban, cumplirlas no era su estilo. Villamayor dio un ejemplo de esto respecto al tema Lince. Forzó que al menos en lo formal, esos policías encapuchados y sin identificación cumplieran con la ley y la Constitución: deberán mostrar el rostro y hacer visible su identificación.

En ese mismo sentido es la contradictoria presión para que jueces y fiscales dejen de ser simples operadores de sus jefes políticos. Lo que construyen esas políticas es un gobierno colorado que cumple la ley y ordena cumplirla logrando la normalización del estronismo como una corriente demócrata. Un lavado de cara con todos los componentes de la sinceridad que da la certeza de que quien gobierna es un hijo sano del estronismo.

Para ello este gobierno hace una alianza con las oposiciones mediante la construcción de una agenda política de cambio, que ha pasado de lo constitucional a lo electoral, en una muestra de flexible priorización que atiende a los intereses de esas alianzas en construcción.  Estas alianzas le permiten salir de las limitaciones que impone haber obtenido la mitad más uno de apoyo electoral en un escenario de dos candidaturas fuertes y al mismo tiempo asegurar apoyos para desprender al coloradismo de su desgastada faceta narco-corrupta-fácticoempresarial, encabezada por el ex presidente Horacio Cartes.

Las alianzas las construye mediante una agenda de diálogos (ya delimitada en el caso de lo electoral-constitucional) y las fortalece mediante una serie de nombramientos que neutralizan críticas y suman adhesiones dentro del espectro progresista, como los casos de la SNNA y de la Secretaría de Cultura.

El perfilamiento del ministro del Interior como un vocero de los derechos humanos (ddhh),  con símbolos muy fuertes de ello como su primera entrevista con la reconocida luchadora de ddhh Guillermina Kanonnikoff y su compromiso con esclarecer (dentro de sus posibilidades) la masacre de Marinakue, Curuguaty, así como la resolución que dio a las críticas respecto a la actuación del grupo Lince de la Policía Nacional, en la que se adhirió a las tesis de las organizaciones de derechos humanos, suman también adhesiones y neutralizan críticas en el ámbito progresista, adhesiones reforzadas por la resistencia y boicot que estos posicionamientos han tenido en la Policía y en el Ministerio Público.

Es entonces una construcción de alianzas que pretende dejar sin causas ni banderas a sus aliados, haciéndolos suyas comunicacional y políticamente. Un gobierno que cumple las leyes, que defiende los derechos humanos, que tiene un perfil cultural progresista, que es sensible al tema medioambiental y que reduce sus bravatas respecto al servicio militar, difícilmente será tildado de estronista por nadie, o a nadie importará esa herencia estronista o, peor aún, dejará instalado que hay un estronismo demócrata y es éste.

Por Pelao Carvallo

23 de agosto de 2018

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones

Comparte ✌️

Comenta 💬