«No lo hicimos tan mal», un final digno de Scola

Todos anoche, los que habíamos seguido por largos siete años las distintas temporadas de “Los ’80”, supongo habremos visto tan digno y magno final con el pecho apretado, luchando con esa lágrima que terminó por caer.

Sabemos que esta serie fue mucho más que una película que recorrió algunos inviernos de la última década. Cada temporada tuvo su foco y la fuimos siguiendo con intensidad. Cada período fue removiendo variados hilos de nuestra existencia. Fue volver a recordar y sentir emociones en distintos niveles, como un lente fotográfico que va desde lo más amplio, mostrando la historia de nuestro país hasta acercarnos mediante un zoom muy largo que nos conecta con lo más profundo de nuestro ser. ¿Qué habrá sido de aquellos? Los que lograron sobrevivir, los que se abandonaron, los que se traicionaron, a los valientes que siguieron luchando, a los que crecieron muchísimo o a los que se siguen sintiendo igual de vulnerables como en aquella época.

Al recordar esa dura dictadura y mirar a nuestro alrededor, observo cómo el país ha cambiado y que, por muchas críticas que tengamos, por mucho que hubiéramos preferido otros cambios o que los mismos fuesen más rápido, finalmente no podemos negar que caminamos libres por estas calles y, aunque sigamos lamentándonos –algunos- del capitalismo furioso que cayó sobre nosotros, podemos alegar, decirlo y gritarlo. Eso antes no se podía, o sí… pero se arriesgaba la vida, que no era menor. Finalmente, y con todo el compromiso que ello implica, vivimos en un país libre, aunque la libertad asusta como decía Sartre, ya que implica mucha responsabilidad, y no todos están dispuestos a asumirla.

Se me quedan en la retina y en los oídos conversaciones del bronce, como la de Martín y “la Claudita” cuando él le mostró su incipiente documental y hablaron sobre la familia y de las consecuencias de las decisiones que se toman en un determinado momento. Parece que esta película tuvo harto de eso … de las consecuencias en la vida … También recuerdo esa frase de que “la verdad libera al que la dice y al que la escucha”, el certero consejo de la señora que le dijo a Félix que el tiempo para gozar y disfrutar a sus hijos es hoy, no mañana, porque el mañana es incierto y quizás cuántas más …. En tanto tiempo, los cajones de mi memoria se atoran.

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Las últimas escenas, fantásticas, dignas del gran cineasta italiano, Ettore Scola, se me fundieron con las últimas imágenes de su obra “La Familia”. La historia de un par de generaciones completas, aunque condensadas en dos horas, donde también hubo separaciones, amores nunca olvidados, crisis y donde también los “abuelos” terminan juntos. Gracias, guionistas, por no haber traicionado al personaje de Juan Herrera, porque eso asustó a Chile completo, ja. Pero el país puede estar tranquilo porque los Juan Herrera … siempre vuelven al hogar.

Recordar cómo era nuestra vida cuando comenzó la serie, tampoco es menor. Personalmente estaba embarazada. Hoy mis dos hijos dormían plácidamente junto a mí mientras veía este capítulo y pienso en mi madre. Cuán difícil era ser una mujer separada en los ’80. Cuánto me hubiera gustado compartir con ella este final, pero la vida es así, ahora a esta generación nos toca ser la madre-matriarca y verlos crecer. Quizás algún día estaremos todos juntos, compartiendo con sus respectivas familias, sean del estilo que sean porque ahora todo es posible y eso es maravilloso …. Ya no será la foto familiar de “La Familia”, ni el diaporama de “Los ‘80”. Quizás qué tecnología nos traerán los siguientes 25 años y qué imágenes mostrarán el recuerdo de la historia de nuestra familia … me encantaría vernos felices, realizados, cariñosos como ahora. Me gustaría poder sentirlo y cuánto me gustaría, de verdad, poder decirlo …. “No lo hice tan mal ….”

Por Mariana Assis Garibaldi

Diciembre 22 de 2014