No todo termina en el neurólogo

Ha comenzado un nuevo año escolar

No todo termina en el neurólogo

Autor: Wari

Ha comenzado un nuevo año escolar. Tanto estudiantes como padres se vuelven a conectar con procesos y desafíos detenidos en diciembre pasado. Para algunos, el mayor de estos desafíos se relaciona con cómo abordar la constante “inquietud” de sus hijos, su falta de concentración o de control de impulso, temas cada vez más recurrentes, también, para las instituciones educativas.

En este período, en los colegios, se retoman las solicitudes de derivación para el apoyo escolar a alumnos con dificultad en la conducta y/o en el aprendizaje. En muchos casos estas solicitudes se dirigen únicamente a evaluaciones neurológicas y, si bien en ocasiones responden al temido “Déficit Atencional”, no necesariamente todos lo son. Una evaluación integral, en lo posible multidisciplinaria, nos puede orientar en el tratamiento adecuado a cada situación y así disminuir considerablemente los síntomas que presenta el niño, tan disfuncionales para el sistema escolar. A continuación mencionaremos algunos de los especialistas que nos podrían ayudar a complementar esta evaluación.

Terapeuta ocupacional: Muchas veces la inquietud motora se produce por algún problema de “integración sensorial”, cuando hay alteraciones en ella, se pueden generar síntomas como la hiperactividad y desconcentración permanente. El terapeuta ocupacional trabaja con ejercicios corporales, un par de veces a la semana, en el cual el niño va equilibrando su sistema sensorial y, con ello, van disminuyendo los síntomas.

Otorrinolaringólogo: Para realizar cualquier actividad, todos debemos escuchar y respirar bien. En ocasiones, los niños pueden tener problemas auditivos que no son detectados a tiempo, y que no le permiten entender las instrucciones, el profesor lo atribuye muchas veces a “desobediencia”, lo que le produce al alumno gran ansiedad y repercute en su conducta.

Por otra parte, hay un porcentaje de niños que son “Respiradores Bucales”, a los cuales, el hecho de estar respirando siempre por la boca no les permite una buena oxigenación, ni un buen dormir. Tanto para el primer o segundo problema el otorrino hace un diagnóstico donde determina las causas y recomienda el tratamiento más adecuado, el que muchas veces involucra, además, la intervención de un Fonoaudiólogo.

Nutricionista: Cada vez los estudios son más concluyentes en que una mala alimentación basada en excesos de colorantes, aditivos, azúcares y grasas saturadas, repercuten significativamente en el desarrollo normal de los niños. Una evaluación con nutricionista puede darnos luces de cuánto puede estar influyendo la alimentación en su conducta y cómo podemos ayudarlos.

Terapeuta Floral: La terapia con esencias florales consiste en ver el mapa emocional de cada niño. A través del proceso terapéutico el niño aprende a conectarse consigo mismo, a expresar sus emociones, cuáles son sus miedos, sus frustraciones, por qué siente rabia. El terapeuta es un guía que escucha, acompaña y selecciona las esencias florales adecuadas a las necesidades de cada niño.

Psicólogo: Los factores emocionales intervienen de forma muy significativa en el rendimiento de los niños. Muchos estudiantes no pueden desplegar todos sus talentos porque están interferidos emocionalmente. Las causas de esto las puede evaluar un psicólogo que, mediante un diagnóstico, determina si es necesario o no seguir un trabajo terapéutico que aborde las problemáticas identificadas.

Es imprescindible que en este proceso, mientras el escolar logra controlar mente y cuerpo, tanto el niño como el adulto se vistan de paciencia, porque no son procesos cortos. Lo que sí sabemos es que mientras antes se consulte es mejor. Que no suceda que en este afán de que “aprenda” rápido a comportarse, vayamos a mermar su tesoro más rico, su capacidad de explorar, de reírse a carcajadas, de inventar juegos locos, de girar y girar. Los tiempos han cambiado y viéndolo desde este punto de vista, los niños de hoy, en general, son distintos, quizás más inquietos, quizás más cuestionadores, pero por qué mirarlo como un retroceso, tal vez sea un logro. Con el tiempo pareciera que la reflexión debiera ir tomando otros ribetes y quizás todos debamos adaptarnos, cada uno a su manera, a los nuevos ritmos, para construir un mundo más tolerante a la diversidad, a las distintas formas de ser y a los niños de hoy.

Por Mariana Assis

Psicóloga

Abril 1 de 2013

Publicado originalmente en Momwo


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