Pacha

Uno sabe donde las papas queman

Por Wari

25/04/2012

Publicado en

Columnas

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Uno sabe donde las papas queman. Y cuando te empieza a gustar, no sólo quieres mirar de lejos, sino que quemarte con la papa. Lo sabroso del asunto, resulta engullir con más sigilo que cuidado, en un afán más de supervivencia que de goce. Ser periodista es un poco eso, meterse en el suceso, no entenderlo totalmente, pero encontrar la pista, y perderla entre tus tontas o menos tontas conjeturas.

Estando desde el lado del sueldo fijo, me interesa sobre todo aprender. Y lo que he aprendido estos últimos tres meses es invaluable, más que mis desayunos en la cafetería La Nona en San Martín, pensando en los síntomas reales de una enfermedad inexistente.

Metiéndome desde la aventura en las notas verdes, pude obtener una certeza, una opinión: La Naturaleza se venga por medio de la muerte. Se hace trizas, sólo para dar una lección. Igual que todo lo viviente, no acepta derrota alguna, simplemente se acaba de una vez y por todas. No le interesa el conflicto. Simplemente lo disuelve.

Y para acabar con este misterio, no queda más que decirles a todos los conchasdesumadres, hijos de puta sufriente, con vagina estrecha de doble penetración, que la tierra se venga.

Que es sabia, por eso los hizo más feos que la cresta. Ratas. Modelos nauseabundos de monstruos verdaderos. Réplicas, sucedáneos, chantas come vergas.

La tierra se venga, WINCAS SACO DE WEAS. La tierra, whasowashiturriaodebarrioalto, leguleyoinfelizdeunorigenqueocupasynoentiendes, ZAFIO, se venga. Humanos que no saben vivir, melón y melame, me chupín y me chupai, a ustedes les digo: Rodrigo, Sebastián, acá no fue el carbón artesanal, tampoco los peñis, ni los que están pica’os con Celco por patrones inmundos y asquerosos que los explotan hasta reventarles el alma; la única responsable del incendio es la Pacha. La que sabe.

Entonces eso que los capuchones mapuche cabezas de pistola, que ‘losotros’ los anarkowinketamorfoviolentos somos los culpables de la mansazorra en Quillón, es simplemente inaceptable. Piñera, Hinzpeter, no sean estúpidos. La tierra se venga.

Ese eucalipto, ese pino, tiene avispas taladradoras, que rompen la corteza y adentro ponen huevos con veneno para que el árbol se seque y se muera, mientras se mama todas las napas subterráneas, dejando la Pacha pa’l loly. Entonces el fuego la purifica, la sana, para que la semilla de cretácico vuelva, como de milagro, y el origen se aparezca siempre como un hijo pródigo aguardando por volver.

Es tan simple que puedo ser vulgar y explicarte alumno del Verbo Divino, que la naturaleza se venga. Y los incendios en Quillón son eso. La Pacha sabe. Como supo cuando entró el virus Isa al salmón, y el tsunami del fiordo de Aysén. Las plagas llegan cuando el hombre caga fuera del tiesto.

Niñitos listos de la U, miren que facilito. La naturaleza se venga, porque ya dios se murió hace rato, y ya no le compra más esa frasecita que le otorga potestad al hombre sobre la Pacha “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”. Y porque en realidad nunca creyó en que tenía un padre, bueno, malo, perverso o como fuera. La Pacha, es pulenta.

Así que relajen. Lo más seguro es que Shawarma, el fiscal nacional, va a entender, porque no es tan idiota como el par de enfermos que nos gobierna. Y por último, si le siguen dando a la CAM, la Pacha más se va a emputecer. Porque espérense, aún no han comenzado los fuegos de artificio, gentileza del Cordón Caulle.

Se viene el estallido, porque las cosas están siendo demasiado falsas, y hay que poner orden, hay que entender ahora, quién es la que manda.

Por Karen Hermosilla Tobar

Twitter: @karestroika

El Ciudadano Nº118, segunda quincena enero 2012

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