Teatro chileno: Vivo y luchando

No es novedad que estamos en un mundo globalizado y el intercambio cultural y artístico es parte de ello. La mirada intencionalmente conducida del artículo "El teatro extranjero invade los escenarios chilenos", publicado en El Mercurio con fecha 26 de octubre, sólo da cuenta de una visión oportunista y sesgada, que subestima la calidad y la identidad artística del teatro en nuestro país.

Por seba

03/11/2014

Publicado en

Artes / Columnas

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andreagutierrezComo trabajadores y trabajadoras del sector valoramos que el público nacional pueda acceder a espectáculos internacionales cuando tenga la posibilidad de hacerlo. Del mismo modo, sabemos del enorme reconocimiento que nuestras compañías teatrales tienen cuando han salido a giras y festivales en el extranjero, lo que lamentablemente carece de la cobertura comunicacional que tiene este artículo. Esta presencia internacional se da a pesar de la precariedad en el apoyo para estos creadores en materia laboral, fomento e internacionalización, con un valioso pero insuficiente compromiso del estado y prácticamente nulo aporte de la empresa privada, lo que es una realidad completamente opuesta a la de las grandes producciones que llegan a nuestro país.

Este tipo de artículos sólo generan una comparación dañina en un país que busca la transformación en el rol que las artes y la cultura tienen en su sociedad, un país que avanza en garantías sociales y que está próximo a lo que esperamos sea una profunda reforma educacional. Desde nuestra perspectiva, este ejercicio resulta útil cuando nos permite confrontarnos con la realidad del trabajo teatral en Chile, para analizarlo en profundidad, sin comparaciones gratuitas e infundadas, ya que ésta resulta injusta cuando ponemos en contexto la realidad de las artes escénicas en nuestro país y las de otras latitudes, inclusive aquellas más cercanas o vecinas.Por otra parte delinean el rol de un crítico teatral confrontado con su teatro, como si fuese un ente ajeno al proceso teatral que vive un país, visión obsoleta incluso en los países que ellos tanto alaban, donde la crítica especializada es una contribución que realmente orienta a las audiencias de manera adecuada.

Buscamos una sociedad en que el teatro y sus realizadores sean importantes para fortalecer su identidad y bienestar. En definitiva, el arte como un bien social. Quisiéramos medios de comunicación comprometidos con la transmisión de lo que ocurre en la escena nacional y no con generar contenidos que levantan falsas polémicas. Hemos tenido un año cargado de estrenos de alto contenido,un aumento de públicos y un avance organizativo sin precedentes,que nos lleva ad portas de una legislación para las Artes Escénicas que fortalecerá el sector y que permitirá, de una vez por todas, que este trabajo se desempeñe con dignidad.Por ello, los trabajadores/as teatrales, valoramos la llegada del teatro extranjero, porque nos permiten confrontarnos con un país que aún está al debe en políticas públicas para el teatro nacional.

 

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