Tranvías ocupando áreas verdes

En un diario de circulación nacional se han estado publicando cartas a favor y en contra de construir sobre la ribera sur del río Mapocho, entre Tobalaba (Sanhattan) y La Dehesa, un medio de transporte colectivo denominado “Tren del Río” por el particular que se lo propuso al MOP, proyecto que este ministerio lo habría […]

Por Wari

01/09/2010

Publicado en

Columnas

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En un diario de circulación nacional se han estado publicando cartas a favor y en contra de construir sobre la ribera sur del río Mapocho, entre Tobalaba (Sanhattan) y La Dehesa, un medio de transporte colectivo denominado “Tren del Río” por el particular que se lo propuso al MOP, proyecto que este ministerio lo habría calificado de interés público. Quien apoya esta iniciativa de tranvía ligero es un ingeniero especialista en transporte y quien lo objeta es un arquitecto y urbanista y ambos han desplegado todos sus conocimientos adquiridos en las aulas universitarias y sus experiencias en el diario vivir dentro de sus actividades profesionales, para respaldar sus propios puntos de vista.

En cartas posteriores también han intervenido en este debate vecinos de Vitacura. Como constatamos, este medio de transporte público está dirigido a quienes se desenvuelven en su vida cotidiana entre las comunas de Providencia, Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, es decir, el proyecto “es de lo más que hay”, siendo sus potenciales usuarios habitantes con un alto poder adquisitivo, quienes por ello mismo, disponen de varios automóviles por vivienda.

El ingeniero, tipo esencialmente práctico, manifiesta que utilizando esa faja desperdiciada (sic), refiriéndose desdeñosamente al área verde ribereña, se facilitarían las circulaciones vehiculares privadas reduciéndose las congestiones que se observan en los horarios punta, lo que es rebatido por el arquitecto quien aduce que en nuestro país se ha hecho costumbre llevar los trazados de transporte público por el medio o costado de las áreas verdes o por singularidades geográficas, como son los ríos y bordes de cerro, entregando ejemplos concretos.

Este profesional, que se desenvuelve como asesor urbanista de la municipalidad de Providencia, ante la ausencia de un estudio de rentabilidad social, llamó al Gobierno a no intervenir esa área verde de valor natural, lo que fue refutado inmediatamente por su contradictor, quien, hombre de números y profesor en una universidad privada, con cierta dosis de insolencia, trata de ignorante al urbanista, pretendiendo darle una clase magistral acerca de cómo se calcula la rentabilidad social de los proyectos, enfatizando que con ese trazado se mejora la calidad del transporte público, generándose una alternativa real para los automovilistas.

Enseguida, entra al ruedo de la polémica un residente de la zona que enfrenta el área verde, a la orilla del río Mapocho, criticando que se le llame faja desperdiciada a la ribera. El vecino alega que ese tramo de 5 km, entre el puente Centenario y la Rotonda de Vitacura, está muy bien consolidado con parques efectivos, clubes deportivos, mercados de distintos bienes, bibliotecas, restaurantes y otras actividades de equipamientos que enriquecen la vida de los vecinos. En razón a los criterios contrapuestos, propuso que operara la democracia de tal forma que, en un plebiscito bien informado a la comunidad, sea ésta la que decida cómo desea vivir.

También se está promoviendo la ejecución de otro tranvía con origen-destino avenidas Apoquindo y Kennedy, comuna de Las Condes, cuyo trazado está previsto sobre la calle Rosario Norte, perpendicular a dichas avenidas, fraccionando el Parque Araucano, área  verde muy bien materializada, que sirve de esparcimiento a miles de vecinos. Tendría un km de largo y sería alimentador del Metro, con capacidad de transportar 5.000 pasajeros por hora y sus beneficiados directos serían el centro comercial Parque Arauco y los modernos edificios de oficinas construidos en el terreno en donde estaba la Villa San Luis. Suponemos que los financistas de, por lo menos el 50% del costo de este proyecto de transporte, serán sus beneficiados, porque sería hasta de mal gusto que, con exclusivos fondos públicos, se acorten los viajes de los clientes de ese mall y de los empleados y ejecutivos del centro de oficinas llamado Nueva Las Condes. Si se trata de una obra concesionada, ya sería otra cosa, pero por ningún motivo deberían garantizarse ingresos mínimos.

Por lo anterior y dado que estamos ante un intento, bueno para algunos y malo para otros, de intervenir parques públicos (áreas verdes), debemos recapitular acerca de los usos de suelo consagrados en los instrumentos de planificación territorial : residencial, equipamiento, actividades productivas, infraestructura, área verde y espacio público. El uso de suelo de infraestructura se refiere a las de transporte, sanitaria y energética, las que, ahora, a raíz del pasado episodio ilegal de la planta de Metrogas en Peñalolén, siempre están admitidas en los sectores rurales fijados en los planes intercomunales.

Por otro lado, ambas riberas del río Mapocho, al igual que su caja, están definidas en el Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS) como Parque Metropolitano, área verde en donde se pueden desarrollar en el 1% de su superficie, actividades recreacionales, deportivas, de culto, cultural, científico, de esparcimiento y turismo al aire libre, usos que deben ser compatibles con el carácter de área verde. El Parque Araucano, situado en Las Condes, que se desea seccionar con la prolongación de una vialidad, forma parte de los llamados Parques Intercomunales en el PRMS, los que siendo también áreas verdes no pueden alterar su valor paisajístico y en ellos se pueden ejecutar en el 5% de sus superficies los mismos tipos de equipamientos de los Parques Metropolitanos.

A la luz del déficit de áreas verdes consolidadas disponibles, será necesario que el Colegio de Arquitectos, quien debiera ser un celoso guardián del desarrollo urbano sustentable, emita un juicio respecto de la utilización de esas tipologías, como sostenes de infraestructuras de transporte público, las cuales, en todo caso, son necesarias para que los habitantes dejen los contaminantes automóviles en sus casas.

También nos gustaría escuchar la opinión del Minvu respecto de las áreas verdes, a sabiendas que el MOP no tiene mayor sensibilidad por los equilibrios urbanos y ambientales.

Por Patricio Herman

Fundación “Defendamos la Ciudad

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