PULSO SINDICAL Nº 365

Y murió un trabajador contratista

Del 1 al 16 de octubre de 2018.

Por Wari

19/11/2018

Publicado en

Columnas

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En el último mes hemos tenido dos huelgas en el TranSantiago, ambas vinculadas a la empresa  Subus. Llama la atención, según la información recabada, que más allá de las demandas remuneracionales, una de las principales exigencias sea contar con baños suficientes en calidad y cantidad, así como espacios para la alimentación y el descanso.

Y es que no solo resulta doloroso y terrible que un trabajador muera aplastado por la máquina en que trabaja, sino que tal hecho se produce porque el occiso no dispone de mínimas condiciones donde satisfacer sus necesidades fisiológicas.

La muerte de Luis Araya Flores es la muestra más clara de cómo la voracidad del capital y la displicencia de las autoridades son un todo. Regularmente se reclama por no cumplimiento de las normas de seguridad industrial –a principios de octubre murió un trabajador contratista en Pelambres– pero resulta inconcebible que no existan lugares donde descansar, comer y ni siquiera servicios higiénicos para los trabajadores.

Esto, que son cuestiones básicas para quien trabaja, no parece estar cautelado por las autoridades responsables y los patrones siguen sin cumplir la ley.

Estas y otras movilizaciones de los trabajadores del transporte de pasajeros, así como los accidentes y carencias que los afectan, dejan al descubierto un problema aún mayor.

La carencia de organización única entre los trabajadores del trasporte.

No vamos a desconocer que la legislación vigente permite la duplicidad sindical, pero no es menos cierto que estas leyes están hechas por los que manejan el poder en nuestro país.

Es a los patrones y a los que hicieron las leyes que no les interesa la unidad de los trabajadores ¿Seguiremos dándoles en el gusto?

¿Cuántas muertes deberán producirse para que el concepto UNIDAD cuaje definitivamente entre los trabajadores  y se depongan los cuestionamientos y desconfianzas, para poner en primer plano las demandas de los trabajadores y su plena satisfacción?

No sirven las huelgas así como están desarrollándose. No sirven porque mientras unos trabajan, otros en el mismo lugar están cumpliendo labores porque negociaron en tiempos distintos. Comprendamos de una buena vez que esta ley de sindicalización y negociación colectiva no va a sufrir cambios profundos en nuestro beneficio.

Esta es la ley de los patrones, la ley del capital y solo se le echa abajo con millones de trabajadores organizados, negociando en mismos o similares periodos de tiempo, por rama o sindicatos únicos de empresa.

Las muertes de Alejandro Castro y Luis Araya, se suman a las de Nelson Quichillao, Juan Pablo Jiménez y Rodrigo Cisternas. Más allá de las causales de estas y de la solución o no de cada caso, hasta ahora es evidente que la desunión se mantiene y los patrones junto al gobierno siguen tomando palco. ¿Hasta cuándo lo toleramos?

Por eso vale la pena analizar los resultados de la huelga en Enjoy Castro entre el 8 y el 12 de octubre recién pasado. Existen allí dos sindicatos -uno en el casino y otro en el hotel- pero siempre han negociado juntos y  las resoluciones las toman en colectivo las dos asambleas. No es menor el hecho de que la empresa ofreció un 1,5% de aumento real mientras los trabajadores demandaban 6%,  lo que en definitiva forzó la huelga. Y es que todos tenían claro que el principal elemento para el aumento del sueldo está en el reajuste real.

Luego de cuatro días de huelga y una marcha apoteósica, resolvieron retornar a sus funciones con un 5,4% de reajuste, además del pago de la previsión por los días de huelga de cargo del empleador y el acuerdo de que los beneficios se extiendan solo a quienes ingresen al sindicato después de seis meses de ese ingreso. Hubo algunos descontentos con este arreglo, sin embargo primó la decisión de la mayoría y eso debe ser valorado siempre. Es el resultado de unidad entre los trabajadores. Como corolario valga mencionar que más del 80% de los trabajadores de la empresa es socio de los sindicatos.

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El Movimiento NO + AFP ha convocado a una jornada de protesta  para el 24 de octubre. Nadie podrá negar que la demanda de NO + AFP caló profundamente en la ciudadanía, particularmente en quienes se acercan al momento de pensionarse y que producto de bajas remuneraciones y fallidas inversiones de quienes tienen cautivos sus fondos, solo recibirían exiguos recursos que les imposibilitarán vivir dignamente.

Si a esto sumamos a los miles y miles que se han pensionado con el discriminador sistema vigente y reciben pensiones miserables, disponemos de todos los elementos necesarios para dar curso a una movilización, que no debe detenerse hasta obtener resultados.

Esas ansias de cambio fueron capturadas por el movimiento NO + AFP, iniciado desde la Confederación Bancaria, quienes fueron capaces de articular un movimiento de carácter nacional, casi totalmente horizontal en su gestión y dirección, lo que hizo sentir a todos como parte de un mismo equipo con un fin claramente definido.

Esa frescura inicial parece un poco diluida, si consideramos los últimos meses y más claramente si analizamos lo que fue el movimiento hasta antes de que apareciera la última campaña  presidencial y parlamentaria.

Por tal razón es necesario retomar la esencia del Movimiento y exponer la demanda a la población, pues ésta y no otra será la forma en que el pueblo, cansado de un sistema injusto, se movilice y presione por un cambio profundo.

Todos hacemos nuestra la demanda de NO + AFP, pero creemos importante decir que para que ésta avance se debe promover el cambio del sistema previsional, cambiando la ley.

O sea, la exigencia debe hacerse al Presidente de la República instándolo a la presentación de un proyecto de ley que DEROGE el DL 3.500 y las leyes que con posterioridad lo han fortalecido. No hay otra forma legal de avanzar en la exigencia.

Anexo a esto -teniendo claro que por ahora la derogación de la ley 3.500 es una posibilidad lejana- debemos trabajar con profesionales clasistas que busquen los caminos y mecanismos para la elaboración de un proyecto de ley, que establezca que ninguna pensión tendrá un monto inferior al Ingreso Mínimo Legal.

Finalmente y sin perder de vista que ambas demandas expuestas serán rechazadas por el capital y sus administradores,  tenemos que llamar a los trabajadores a transformarse en artífices de los cambios a los que aspiramos, promoviendo la constitución de sindicatos y de proyectos de contratos colectivos en los que se demande a la patronal que al menos el 50% de la actual carga previsional será de cargo del empleador.

Con estas clarificaciones, solo podemos decir que hacemos nuestra la convocatoria del Movimiento NO + AFP a movilizarse y protestar  en todo el país y de las más diversas formas el próximo 24 de octubre.

Solo la movilización masiva y popular podrá ayudar a cristalizar nuestras demandas.

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Buscando mantener vigente su fallida tradición, la CUT ha convocado a un nuevo paro nacional para el mes de noviembre.

Una paralización que no levanta ninguna demanda específica de los trabajadores, como el pago de locomoción y colación por día trabajado, y que se fundamenta en el llamado a estar alertas frente a, como dice la CUT, “una contrareforma del Ejecutivo que atenta gravemente contra el valor del trabajo humano” (como si lo que tenemos fuera muy bueno).

Es cierto que Piñera y su gobierno vienen anunciando reformas al Código del Trabajo, pero, ¿se pretende siquiera insinuar que las actuales leyes son las que hay que defender contra el intento regresivo del gobierno de derecha?

Resulta a lo menos extemporáneo que se convoque a un paro contra posibles reformas laborales, más aún cuando se toleraron sin chistar los cambios impuestos a la legislación en el gobierno de la Nueva Mayoría.

La huelga y el paro son y serán instrumentos a los que los trabajadores no deben renunciar. Podrá ser legal si se enmarca en el proceso de negociación colectiva o ilegal -como eufemísticamente le llaman las autoridades- cuando va por fuera del marco legal, pero es la paralización de actividades la herramienta que puede obligar a los representantes del poder a conversar y negociar sobre aquello que no quieren.

Con la huelga los trabajadores obtuvieron las ocho horas diarias de trabajo hace 132 años en Chicago, con la huelga y la movilización se avanzó en leyes que permitieron a los trabajadores chilenos una vida más justa y digna hasta 1973. Con la huelga legal o ilegal, los trabajadores del subcontrato, portuarios, forestales, fiscales y de otras áreas, han conseguido de la patronal y los gobiernos, parte de sus conquistas más sentidas.

Los trabajadores tienen claro que hasta ahora poco o nada se ha hecho por ellos, ni desde los gobiernos que se comprometieron a terminar con la regresivas normas, ni desde las organizaciones sindicales que morigeraron las demandas y prefirieron servir al gobierno de turno o acatar a rajatabla las ordenes de partido.

El llamado entonces es a organizarse. A construir instrumentos que asuman las más sentidas reivindicaciones de la clase trabajadora, instrumentos que declaren la imposibilidad de negociar ni buscar acuerdos o consensos con nuestras demandas irrenunciables.

Lo demás, incluidos los paros y movilizaciones sin demandas claras, son simples ejercicios de distracción en los que los trabajadores no deben caer.

Por Manuel Ahumada Lillo

Presidente C.G.T. Chile

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