Y seguiremos saltando los torniquetes desde lo destituyente, lo constituyente y hacia lo constituido

Lo vivido este fin de semana marca sin duda un hito primordial, la caída en picada de la derecha en la conformación de la Convención Constitucional (CC), y la presencia mayoritaria de la oposición al gobierno de Piñera, pero no podemos olvidar, la oposición no es un campo homogéneo ni menos anti-neoliberal

Por Wari

18/05/2021

Publicado en

Columnas

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Lo vivido este fin de semana marca sin duda un hito primordial, la caída en picada de la derecha en la conformación de la Convención Constitucional (CC), y la presencia mayoritaria de la oposición al gobierno de Piñera, pero no podemos olvidar, la oposición no es un campo homogéneo ni menos anti-neoliberal.

Fui parte de la disputa en un distrito, el 10 (La Granja, Macul, Ñuñoa, Providencia, San Joaquín y Santiago), con gran dispersión, en que figuras emblemáticas de la derecha fueron electas (ni siquiera les quiero nombrar) o personas que si bien pueden ser un gran aporte en lo Constitucional, como Atria, no responden a proyectos comunitarios. Habría sido un gran asesor, pero como constituyentes queríamos a personas de los movimientos sociales ahí presentes, y no lo logramos, y además, en su inicio, apoyó la figura del 2/3.

La paridad, a nivel mundial, ha sido uno de los ejes centrales que ha posicionado este proceso, producto de la movilización de diversas organizaciones feministas y movimientos sociales, pero también desde feminismos territoriales y comunitarios hemos sido enfáticas en señalar que la paridad no asegura la transversalización ni una mirada feminista, sino más bien responde a un sentido común, somos más.

De esos vaivenes impredecibles, si bien de los 155 escaños para la Convención más de la mitad lo ocupan mujeres, tendríamos aún mayor presencia ya que en muchos distritos las mujeres electas fueron muchísimas más, como es el caso de los escaños reservados para pueblos indígenas, en que las primeras mayorías mapuche fueron de mujeres.

Quizás uno de los elementos más esperanzadores es ver la posibilidad de sesionar la plenaria de la Convención en mapudungun, aymara y rapa nui, con mujeres tan potentes como la Machi Francisca Linconao, quien fuese presa política y hoy constituyente, Natividad Llanquileo, vocera de la huelga de hambre de 2010, o Elisa Loncón, gran maestra y defensora del mapudungun, ante un país que ha invisibilizado y criminalizado a los pueblos originarios.

La gran deuda seguirá siendo hacia el pueblo afrodescendiente, a quienes se les negó un escaño reservado, los pueblos migrantes, quienes viven una de las peores persecuciones en el marco de una ley migrante criminalizadora, y a quienes viviendo en el extranjero se les privó de la posibilidad de conformar un distrito internacional.

La otra gran deuda es en torno a quienes saltaron los torniquetes, las y los estudiantes secundarios, quienes dieron el primer impulso a nuestra Revuelta, y que también se les negó la posibilidad de participación en la Convención ante la exigencia de que solo podían votar, y participar, mayores de 18 años. Tampoco podemos olvidar a quienes por estar presas y presos se les niega esta posibilidad, o quienes por enfermedad no pudieron asistir ante la inexistencia de otras modalidades de votación.

No hay duda, insisto, estamos ante un hito, pero también debemos analizar los límites del proceso.

Este fin de semana participó casi menos de un millón de personas en relación a la votación del apruebo/rechazo, lo que significa la abstención de aproximadamente un 60% de la población con posibilidad de votar. Todavía nos queda mucho por recorrer en procesos realmente transformadores desde la raíz.

Votar fue el llamado, pero también no votar por parte de quienes se han movilizado ha sido una forma de posicionar una crítica urgente, aún hay presas y presos de la Revuelta, no hay justicia en torno a la violación a los DDHH, y el Acuerdo de Paz suscrito tanto por la derecha hasta sectores del Frente Amplio nos impidió consolidar nuestro marco de referencia para este proceso, la asamblea constituyente.

Otra contradicción, el Frente Amplio logró una importante presencia en la CC, siendo que algunos de sus partidos apoyaron un acuerdo que permitió la intensificación de la violencia estatal, y que estuvieron a favor de la Ley Anti-saqueos, la misma usada para criminalizar a quienes se movilizaban. Claro, luego buscaron derogar varias de las medidas que habían suscrito, apoyando incluso propuestas de indulto a las y los presos. En fin, estamos esperemos que la historia no se repita (tengo mis serias dudas al respecto).

Y ahora pasaremos a esas alegrías, que son imprescindibles, la elección para la CC de integrantes del Movimiento por el Agua y los Territorios, de la Plataforma Feminista Constituyente y Plurinacional, de candidaturas eco-constituyentes por el buen vivir, de nuestra compañera Alondra Carrillo de la Coordinadora Feminista 8M, el fuerte posicionamiento de la Lista de Pueblo y el ingreso de compañeras y compañeros de listas de movimientos sociales.

Ya sabemos el primer desafío de la CC, la reglamentación, donde se establecerán los criterios de organización, deliberación y temporalidad de la Convención, en que se tendrán que analizar las alianzas entre los sectores que hemos decidido “no más a la medida de lo posible” de estos 30 años de mal gobierno, pero no olvidando quienes somos ni que voces se portan, no podemos volver a una política de los consensos que reinstale la lógica del privilegio.

Pero también no olvidar los compromisos, como exigir la libertad de los presas y presos de la Revuelta. La destitución de Piñera y su juicio, deben seguir siendo nuestros horizontes de lucha. Lo destituyente, lo constituyente y lo constitucional, para que impliquen cambios reales, deben ser espacios a disputar de igual manera, pero sobre todo en la calle, donde nos reencontramos con nuestros compañeros y compañeras de lucha que decidieron no votar.

El proceso constituyente, en tanto consolidación de nuestras demandas y reivindicaciones como horizontes emancipadores, ya lo habitamos, ahora debemos seguir movilizados y movilizadas para destituir lo imperante, para que realmente las voces presentes en la CC den cuenta de esos mandatos populares que hemos construido, para que el poder comunitario, de los territorios, encaminen la CC hacia una asamblea constituyente, y de no ser así, insistir, hasta el cansancio, en habitar esos otros mundos que queremos. Y nunca olvidar “ninguna democracia se puede levantar sin terminar primero con tanta impunidad” y a construir una bancada de los pueblos.

LIBERTAD A LXS PRESXS POR LUCHAR!

ARRIBA LXS QUE LUCHAN!

Por Francisca Fernández Droguett

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