Zapatos terroristas

Desde hace un tiempo los zapatos vuelan por los aires convertidos en proyectiles en conferencias de políticos y burócratas

Por Mauricio Becerra

09/11/2009

Publicado en

Columnas

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Desde hace un tiempo los zapatos vuelan por los aires convertidos en proyectiles en conferencias de políticos y burócratas. El último zapato volador iba dirigido contra Dominique Strauss-Kahn, director del FMI. El lanzador: un estudiante de periodismo turco que continuó la tradición inaugurada por su colega iraquí.

El nuevo zapatazo ocurrió cuando el director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, terminaba una conferencia en la en la Universidad Bilgi, Estambul. Pasó que el estudiante de periodismo Selcuk Ozbek, aburrido de tanta cháchara neoliberal,  bajó corriendo de las gradas al grito de “FMI, vete de Turquía”, lanzando a su vez una zapatilla deportiva blanca contra el burócrata.

El gesto fue bautizado por el  periodista iraquí Muntazer al Zaidi, quien lanzó sus dos zapatos contra el ex Presidente George W. Bush en diciembre de 2008 en Bagdad. El periodista hoy es un héroe nacional e incluso en la ciudad de Tikrit fue inaugurado un zapato monumento en memoria de su acción. Claro que las autoridades de Irak lo retiraron al poco tiempo para no caerle mal a los gringos.

Otro zapato voló en una conferencia del primer ministro chino, Wen Jiabao, en la Universidad de Cambridge, Reino Unido, en febrero de este año. En la oportunidad un estudiante inglés fue el terrorista descalzo.

El problema es que en Turquía, Irak y Reino Unido ¡ningún tirador ha dado en el blanco!

A los pocos días, otro par de zapatos darían, por fin, en el blanco. Estos fueron lanzados junto a un libro por un par de activistas pro Palestina contra Benny Dagan, embajador israelí en Suecia, cuando realizaba un discurso en Estocolmo. Por la fecha Israel invadía la Franja de Gaza y bombardeaba asentamientos palestinos.

A estas alturas los zapatos voladores son un quebradero de cabeza para los guardaespaldas de los burócratas de turno. Quizás con el tiempo al arsenal de detectores de metal, revisiones y cámaras de vigilancia se sumará que en cada conferencia de algún personaje detestable tengamos que sacarnos los zapatos. Quien sabe. O, tal como prohibieron andar encapuchados, quizás a los legisladores se les ocurra ahora una ley que nos obligue a andar descalzos

Por mientras afinemos la puntería y usemos por días los mismos calcetines antes del atentado.

por Mauricio Becerra R.

Periodista El Ciudadano

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