¡Ni perdón ni olvido!: Hoy se cumplen 48 años del brutal y cobarde asesinato de Víctor Jara por la dictadura

Tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, Jara fue detenido el día siguiente, miércoles 12 de septiembre, junto a cientos de estudiantes y profesores en la Universidad Técnica del Estado. Después de cuatro días de brutales torturas, fue asesinado, tras recibir 44 impactos de bala.

Por Leonardo Buitrago

16/09/2021

Publicado en

Chile / Derechos Humanos / Portada

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Hoy se cumplen 48 años de la muerte del revolucionario, cantante, poeta, director y el actor de teatro, Víctor Lidio Jara Martínez, quien fue asesinado por las fuerzas de la dictadura el 16 de septiembre de 1973.

Tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, Jara fue detenido el día siguiente, miércoles 12 de septiembre, junto a cientos de estudiantes y profesores en la Universidad Técnica del Estado. Después de cuatro días de torturas, fue asesinado por disparos en el antiguo Estadio Chile.

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El cuerpo del cantautor fue encontrado días después por vecinos de la Población Santa Olga en las cercanías del Cementerio Metropolitano, junto a los cuerpos de Littré Quiroga, director de Gendarmería, y Eduardo «Coco» Paredes, director de la Policía de Investigaciones. Posteriormente, se estableció que Víctor Jara tenía 44 impactos de bala, producidos por disparos a quemarropa. ​

Según numerosos testimonios, entre el 12 y 16 de septiembre Víctor fue sometido a múltiples torturas hasta que finalmente fue acribillado.

Al ingresar al Estadio Chile, con las manos en la nuca, como el resto de los prisioneros, Víctor fue reconocido por uno de los oficiales. «A ese hijo de puta me lo traen para acá», gritó y el cantautor fue sacado de la fila con un golpe de culata tan brutal, que cayó ante el militar, quien comenzó a pegarle. 

«Lo golpeaba, lo golpeaba. Una y otra vez. En el cuerpo, en la cabeza, descargando con furia las patadas. Casi le estalla un ojo. Nunca olvidaré el ruido de esa bota en las costillas. Víctor sonreía. Él siempre sonreía, tenía un rostro sonriente, y eso descomponía más al facho (fascista). De repente, el oficial desenfundó la pistola. Pensé que lo iba a matar, pero siguió golpeándolo con el cañón del arma. Le rompió la cabeza y el rostro de Víctor quedó cubierto por la sangre que bajaba desde su frente«, recoró uno de los detenidos testigo, Boris Navia.

Esa noche fue interrogado y torturado, permaneciendo después bajo custodia en uno de los pasillos del lugar, sin ingerir alimentos ni agua. 

Psteriormente, entre el 13 y 14 de septiembre, el militar que lo vigilaba abandonó su puesto, y los otros prisioneros aprovecharon ese instante para ayudarlo. 

Lo arrastraron desde los pasillos de los camarines hasta la cancha principal, y lo escondieron entre las gradas con los otros miles de detenidos. Según cuentan quienes estuvieron con él, se encontraba muy mal herido. Uno de los compañeros le cortó el cabello con un corta uñas para intentar camuflar sus característicos y abultados rizos. 

Otro de los detenidos, sabiendo que Víctor no había comido ni bebido, consiguió que un militar le regalara un huevo crudo, que le pasaron a Víctor. Él le hizo un orificio por uno de sus costados y bebió su contenido. «Ahora mi corazón late como campana», dijo, y habló de Joan y sus dos hijas.

Fue allí cuando se enteran que dos compañeros saldrían libres y todos comienzan a escribir mensajes para ser llevados a sus familiares. En una pequeña libreta, Víctor escribió sus últimos versos: «Canto que mal que sales cuando tengo que cantar espanto. Espanto como el que vivo, espanto como el que muero».

Pese al intento de los presos, los efectivos del ejército lo descubrieron y lo golpearon, frente a todos, con mayor intensidad, y lo llevaron de regreso a los pasillos donde vuelven a interrogarlo, insultarlo y torturarlo.

Durante la noche del 16 de septiembre los prisioneros fueron trasladados desde el Estadio Chile al Estadio Nacional. Al salir, debieron atravesar un recinto en el que había entre 30 y 40 cadáveres, consignó Telesur.

Boris Navia reconoció el rostro de Víctor Jara entre la pila de cuerpos. «Todos están acribillados y tienen un aspecto fantasmagórico, cubiertos de polvo blanco que cubre sus rostros y seca la sangre. Reconozco a Víctor en primer lugar», relató.

Horas antes, Víctor Jara había sido llevado por última vez a una de las habitaciones de los camarines del recinto. Allí, le quebraron las manos a pisadas y culetazos, lo obligaron a intentar tocar una guitarra, se burlaron del músico, lo abofetearon, lo torturaron.

«¡Cantante marxista, comunista conchadetumadre, cantor de mierda». Quien más lo insultó fue el teniente Edwin Dimter Bianchi, conocido como El Príncipe. Los militares comenzaron a jugar a la ruleta rusa, poniéndole un arma en la sien y dejando cada intento a la suerte, hasta que una de las balas se descarga acabando con su vida.

El soldado José Paredes Márquez testificó que el cuerpo del músico cayó de costado y con convulsiones. El Príncipe ordenó que lo acribillaran, y así, le clavaron otros 43 tiros.

El cuerpo del cantautor sufrió 44 impactos de bala: 2 en la cabeza, 6 en las piernas, 14 en los brazos y 22 en la espalda.

Homenaje a Víctor Jara en las redes sociales

A 48 años del asesinato de Víctor Jara, distintos actores políticos y agrupaciones rindieron un homenaje al cantautor chileno.

Desde el Partido Comunista manifestaron en su cuenta de Twitter que “un día como hoy en 1973 son encontrados los cuerpos de los compañeros Víctor Jara y Littré Quiroga. Militantes comunistas, cantautor y abogado, respectivamente, fueron detenidos tras el golpe de Estado, siendo posteriormente torturados y asesinados. ¡Honor y gloria!”.



A ello, sumaron la estrofa de una canción y poema no titulado, pero acreditado a Jara: “’¡Qué espanto causa el rostro del fascismo! Llevan a cabo sus planes con precisión artera sin importarles nada, La sangre para ellos son medallas; La matanza es acto de heroísmo’. Compañero Víctor Jara, siempre en la memoria del pueblo. ¡Ni perdón ni olvido!”.



El excandidato presidencial comunista y alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, manifestó que “a 48 años del brutal asesinato de Víctor Jara su legado sigue vivo en Chile y el mundo. Aún esperamos justicia para Víctor, mientras tanto nosotros seguiremos manteniendo vigente su obra para las nuevas generaciones a través del Mil Guitarras Para Víctor Jara”.



La diputada comunista, Camila Vallejo, también se sumó al homenaje en las redes sociales, donde comentó: 48 años sin Víctor Jara 48 sin su canto valiente. Ni perdón ni olvido. Víctor Jara vive».



Desde el Frente Amplio, en tanto, el diputado Gonzalo Winter (Convergencia Social), comentó que “Víctor Jara, cuando nací tú ya no estabas, pero te quiero mucho. Hoy, a 48 años de tu asesinato, honramos tu memoria de artista, luchador social, militante, e intérprete de los más íntimos pasajes del alma de tu pueblo a través de la música”.



Su par de Comunes, Camila Rojas, rindió honores al artista recordando la estrofa de una sus más clásicas canciones: Luchín. “’Si hay niños como Luchín; Que comen tierra y gusanos; Abramos todas las jaulas Pa’ que vuelen como pájaros; Con la pelota de trapo; Con el gato y con el perro; Y también con el caballo’. Con Víctor Jara en la memoria. 1932-1973”, publicó.

Desde el mundo artístico, el grupo Illapu expresó su homenaje compartiendo la red del pajarito un cover de la canción de Víctor Jara, La Partida, acompañando la publicación diciendo que “¡Hoy rendimos homenaje al cantor del pueblo, a nuestro querido Víctor Jara!”.

“¡A 48 años de tu asesinato, tu canto, tu ejemplo y consecuencia siguen presentes en nuestro pueblo y se han multiplicado en millones de voces por todo el mundo para siempre! ¡Víctor Jara presente!”, añadieron.

Finalmente, el grupo Inti Illimani publicó en su cuenta de Facebook: ’Pongo en tus manos abiertas, mi guitarra de cantor…’ Hoy 16 de septiembre recordamos uno de los crímenes más alevosos y cobardes de la dictadura”.

“En esta fecha, en 1973, en la morgue de Santiago, entre centenares de cadáveres de jóvenes, trabajadores y estudiantes, un funcionario del registro civil reconocía el cuerpo de Víctor Jara… El resto es historia”, comentaron.

“’Cuando la muerte me lleve por los caminos del pueblo, desde ahora y para siempre…’ Hasta el día de hoy y a pesar de conocerse a los culpables Víctor no obtiene justicia, pero el pueblo de Chile ya escribió su nombre junto al de Salvador Allende en el muro de la memoria popular. ‘…abramos todas las jaulas, pà que vuelen como pájaros…’”, expresaron.

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