¿Quién reemplaza a Dominique Strauss-Kahn?

El gran argumento para que se designe nuevamente a un europeo como director gerente del FMI, en reemplazo de Dominique Strauss-Kahn (DSK), es la crisis de la eurozona

Por Director

08/06/2011

Publicado en

Economí­a

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El gran argumento para que se designe nuevamente a un europeo como director gerente del FMI, en reemplazo de Dominique Strauss-Kahn (DSK), es la crisis de la eurozona.  Es una fundamentación que no resiste ningún análisis serio.  Esta crisis, desatada ya hace más de un año, se agravó por las draconianas políticas de ajuste que acompañaron a los planes de rescate en Grecia, Irlanda y Portugal y sin llegar por lo menos a ello hasta ahora en España.  Pero, estos planes han sido impulsados prioritariamente por europeos, ya que son fruto de decisiones concordadas entre la Unión Europea, a iniciativa del Eurogrupo, el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI.  Pues bien, el Eurogrupo en lo fundamental actúa siguiendo los pasos decididos entre Angela Merkel y Nicolás Sarkozy.  El BCE ha sido dirigido por un francés y el FMI también.  Desde luego, lo fundamental no es la nacionalidad sino las políticas a implementar, si se afirman algunos rasgos positivos registrados en el Fondo durante la dirección de DSK o siguen imperando los viejos estilos como el impuesto a los países en crisis –también con el respaldo de Strauss-Kahn- y si se modifican las estructuras del Fondo que en lo fundamental continúan siendo las mismas de hace 60 años atrás y que ya no se corresponden con el mundo de hoy.

La obligada renuncia de Dominique Strauss-Kahn (DSK) al cargo de director gerente del FMI puso en el tapete inmediatamente el tema de su reemplazo, que reviste importancia dado que durante su mandato el organismo internacional creado en la conferencia de Bretton Woods retomó protagonismo internacional, después de enfrentar una profunda pérdida de influencia luego de sus desacertadas intervenciones en las crisis del sudeste asiático y de Argentina.  El directorio ejecutivo del Fondo rápidamente anunció que su reemplazante estará designado para el 30 de junio en un proceso que sería “abierto, transparente y basado en los méritos”, lo cual en las nominaciones precedentes no se dio.  Los requisitos formales a cumplir son “tener destacados antecedentes profesionales, demostrar las habilidades administrativas y diplomáticas que se necesitan para liderar una institución global y ser ciudadano de cualquier país miembro del Fondo”.

En diciembre, DSK en entrevista con periodistas de India expresó: “Vamos a ser  honestos el acuerdo tácito  entre EE.UU y Europa”, para encabezar el FMI y el Banco Mundial, “ha expirado, ese pacto ya está roto” (22/05/11).  El acuerdo ha consistido en la nominación en el Fondo permanentemente de un europeo en su dirección y un segundo norteamericano y designaciones nuevamente  en orden inverso  de un estadounidense y un europeo en el Banco Mundial.  Para ello aprovechan que su poder de voto en las designaciones, que permanece solo con ligeras modificaciones desde  su constitución, les garantizan amplia mayoría.  La democracia no llega al Fondo, que sigue actuando con las normas de las sociedades anónimas en que las resoluciones se adoptan de acuerdo al porcentaje de votos que se tenga, en función al capital aportado.  Los países europeos cuentan con más de un 30% de los votos y  EE.UU. con un 17,75 %.  Durante las presidencias de Rodrigo de Rato y DSK se incrementó la participación de países emergentes y se redujo la europea, pero sin hacerla realmente representativa del peso de cada país en la economía mundial actual.

 

Porcentaje de cuotas en FMI 

(Fuente:  FMI.  En porcentajes de cuotas pagadas por los 187 países miembros)

% %
UE (*) 27,7 Canadá 2,7
EE.UU. 17,8 Suiza 1,5
Bric 10,8 Australia 1,4
Japón 6,6 Noruega 0,8
Otros emergentes (**) 11,1
(*) Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Holanda, Bélgica, España, Suecia, Austria, Dinamarca y Polonia. 

(**) Arabia Saudita, México, Corea, Venezuela, Argentina, Indonesia, Sudáfrica, Malasia, Nigeria.

 

No es la primera vez que se habló de modificar esta forma de elección, que se encuentra obsoleta, como indicaron los Brics en un comunicado.  Voces similares se escucharon ya tras los nombramientos del español Rodrigo Rato y el germano Horst Köhler, que por diferentes razones tampoco terminaron sus períodos.  Rápidamente Angela Merkel, el Reino Unido y Bruselas –sede de la UE- manifestaron que reconociendo el derecho de que el director gerente pudiese ser de otras nacionalidades no era el momento de hacerlo por la crisis que se vive en Europa y la inserción del Fondo en enfrentar sus problemas, en que ha colocado recursos en los planes de rescate y desempeñado un papel activo en los duros y regresivos planes de ajuste.  Finalmente, la ministra francesa de Economía y Finanzas, Christine Lagarde, presentó su postulación con el apoyo de la Unión Europea.

Paralelamente, el conjunto de países que conforman los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) llamaron a “abandonar la obsoleta convención no escrita que requiere que el jefe del FMI proceda necesariamente de Europa”, señalando que actuar así “debilita la legitimidad” del organismo.  Recordaron en su comunicado que al designarse a DSK al presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, adelantó que “el próximo director gerente ciertamente no será europeo”.  Insistiendo en que el proceso de selección sea “verdaderamente abierto, basado en méritos y competitivo” y demandando una “adecuada representación de los mercados emergentes y países en desarrollo” (25/05/11).

Si se considera el peso económico de las diferentes regiones del mundo, tampoco surge la conclusión de que necesariamente debe ser un europeo quien encabece el FMI.  Sus votos en la elección  de director gerente no se corresponden con su peso global.  Más aún, según el propio FMI la participación de la UE en el producto global, en paridad de poder de compra, se reducirá entre los años 2000 y 2015 de un 25% a solo un 18%, una baja muy pronunciada.  Las economías que aportan y aportarán más en el futuro próximo al crecimiento de la economía mundial son las de grandes economías emergentes.  Un estudio de la revista inglesa The Economist estimó que entre abril de 2011 y septiembre de 2013, el crecimiento global será de US$10 billones, llevando el PIB  mundial a US$75 billones.  De ese monto de incremento, China, Rusia, Brasil e India aportarán un 32%, ocupando cuatro de los seis primeros lugares por países.  Los otros dos son EE.UU. y Japón.

 

Economías de mayor crecimientos entre abril 2011-septiembre 2013 

(Fuente:  The Economist.  En billones de dólares)

País Aporte País Aporte País Aporte
China 1,65 Rusia 0,70 Japón 0,41
EE.UU. 1,43 Brasil 0,46 India 0,39

 

El interregno en el FMI se produjo cuando frente a la crisis europea deben adoptarse decisiones importantes.  DSK al ser detenido, antes que partiese el avión en que viajaría a Europa, tenía pactada una reunión con Angela Merkel precisamente para decidir la actitud a seguir frente a la crisis griega.  ¿Estaría a favor de proceder a una reestructuración de la deuda en alguna de las formas que se han mencionado o seguiría a favor de rescates para ganar tiempo?

La demora de tomar una resolución  desató presiones de diferentes signos.  La delegación de la UE, el BCE y el FMI en Atenas se resiste a dar curso a un nuevo giro de fondos del rescate mientras no se apruebe el virulento plan de ajustes que propician.  “El FMI solo puede participar –declaró Jean-Claude Juncker-  cuando hay una garantía de no refinanciación durante doce meses” (27/05/11).  De no hacerlo aumentaría la exigencia de recursos a los países europeos.  A su turno, el ministro de Finanzas helénico,  Yorgos Papaconstantinou, enfatizó:  “Si no recibimos el dinero el 26 de junio nos veremos obligados a cerrar la tienda y declarar la imposibilidad de pagar nuestras obligaciones” (25/05/11).  Mientras, se produce una fuga de fondos de Grecia hacia Suiza, se anuncia la décimo sexta huelga general en algo más de un año, comienzan a desarrollarse, al igual que en España, manifestaciones de los “indignados” y crecen las objeciones al plan de ajuste al interior del partido gobernante, el Pasok, cuando la calificadora de riesgos Moody’s afirmó que la reestructuración de la deuda generaría un cuadro impredecible, tomando así abiertamente la causa de los acreedores.

La importancia de las medidas a adoptar frente a la crisis de la Eurozona fue usada para defender la propuesta de que nuevamente se nomine a un europeo.  “En ese escenario –señaló el director de Cieplan, Alejandro Foxley-, creo que la gravedad del cuadro terminará inclinando la balanza hacia un europeo otra vez, y en ese sentido la ministra francesa Lagarde suena como la mejor opción” (22/05/11).  Los temas centrales deberían ser otros, ¿si el FMI se adapta o no a los nuevos escenarios? ¿Cómo  el Fondo abordó la crisis europea?  ¿Se seguirá orientando frente a ella  por los mismos criterios regresivos que no han dado hasta ahora resultados?

“El argumento de los europeos para que uno de los suyos reemplace a DSK –criticó Sebastián Edwards– es tan simple como incorrecto:  nos dicen que tan solo un ciudadano de ese continente sería capaz de guiar al FMI en sus esfuerzos por ponerle fin a la crisis de la zona euro.  Esto es equivalente a decir que solo médicos blancos pueden tratar a pacientes blancos, médicos asiáticos a enfermos asiáticos y médicos negros a enfermos de esa raza” (22/05/11).  La argumentación europeísta busca mantener el statu quo.  ¿Y si la próxima crisis tiene como centro a un país emergente?  ¿Por qué europeos encabezaron el FMI en los años de la crisis de la deuda externa latinoamericana, la  de Argentina o la de Brasil?

Por lo demás, el plan aplicado por la UE, el BCE y el FMI en los países en dificultades de la eurozona fracasó.  “El planteamiento oficial –señalan Nouriel Roubini y Stephen Mihn– (…) ha sido el de fingir que esas economías padecen una crisis de liquidez, no un problema de solvencia, y que la facilitación de préstamos de rescates, junto con austeridad fiscal y reformas estructurales, puede restablecer la sostenibilidad de la deuda y el acceso a los mercados.  Esa actitud de “prolongar y fingir” o de “prestar  y rezar” está condenada al fracaso (…)” (22/05/11).  De otra parte, el FMI en su accionar arriesga recursos de terceros no europeos.

Ahora bien, ¿Quiénes han encabezado este plan fracasado?  En la UE la posición acordada proviene en primer lugar de acuerdos entre Alemania y Francia, las dos mayores economías de la eurozona, el BCE lo dirige un francés, Jean Claude Trichet, y el FMI lo hacía hasta ahora otro francés, DSK. ¿Qué hicieron?  Los líderes europeos, como resumió Paul Krugman, ofrecieron “préstamos de emergencia a las naciones en crisis, pero solo a cambio de imponer programas de austeridad salvaje, principalmente con enormes recortes del gasto.  Las objeciones de que estos programas se autodestruyen –no solo causaron un gran daño directo, sino que también podrían, por el empeoramiento de la crisis económica, reducir los riesgos- se descartaron (…)” (24/05/11).  Para enfrentar la crisis, en consecuencia, el mejor camino es aplicar otra política encabezada o no por un europeo que empiece por gravar a quienes se han favorecido con los rescates y no se descargue con fuerza sobre la gran mayoría de la población de los países afectados.  En Argentina, en la década pasada, la drástica reestructuración de la deuda, fue un factor determinante para volver a crecer.

El tema específico principal a consideración del Fondo es la crisis de la eurozona, en la cual la institución participa directamente tanto aportando fondos para los diferentes rescates como en determinar las condiciones a cumplir por el receptor de los recursos.  “Se supone –comentó The Economist- que el organismo debería ser un arbitro imparcial de buena política económica.  Ya había temores –añadió- de que las ambiciones presidenciales de Strauss-Kahn llevaran al Fondo a ser suave respecto a Europa.  Lagarde ha jugado un rol central en armar la respuesta de la zona euro a la crisis de la deuda y, cualquier sea su visión privada tiene un record público de defender lo indefendible.  Aún no es demasiado tarde para que las economías emergentes se puedan unir –concluyó- en torno a un candidato diferente y que Estados Unidos lo apoye.  El monopolio europeo sobre el FMI ha sido por mucho tiempo una anormalidad.  Es tiempo de que esto acabe” (27/05/11).

DSK fue nominado al frente del FMI el año 2007, en consecuencia le tocó dirigirlo durante la Gran Recesión.  Ante el agudizamiento de la crisis el organismo se sumó decididamente a impulsar políticas fiscales anticíclicas, alejándose claramente de sus recomendaciones anteriores que privilegiaban reducir los déficits presupuestarios.  Nominó como economista  jefe al también francés Oliver Blanchard que durante el año 2010 publicó un trabajo recomendando aceptar niveles de inflación transitorios más elevados permitiendo  así continuar con las políticas fiscales anticíclicas.  DSK no avaló estas formulaciones.  Se pronunció, de otra parte, claramente porque “el empleo y la igualdad son los pilares de la estabilidad y la prosperidad”, aunque en la eurozona, a la vez, se continúo insistiendo en los viejos métodos de ajuste propiciados por la organización con elevados costos sociales.  Su cortada gestión en medio de la crisis regional estuvo a favor de rescates que no condujeron  a los resultados esperados [1].

Igualmente durante su dirección el Fondo se pronunció a favor de aplicar transitoriamente controles de capitales financieros, que antes la organización había rechazado cerradamente, como aconteció con su uso por Chile en la primera mitad de la década de los noventa.  Por tanto, una disyuntiva que está planteada es sí los pasos positivos dados por el FMI durante la dirección de DSK se incrementan o se vuelve atrás, predominando las ideas neo conservadoras, que se han expresado en los duros ajustes impuestos en la crisis de la eurozona y en la táctica dilatoria seguida con los rescates.  Desde luego, ello no queda condicionado a si el máximo personero del organismo internacional es o no europeo.  El ministro brasileño de Finanzas Guido Mantega, dice que su país divide a los candidatos en dos grupos: más conservadores y menos conservadores.  “Queremos uno –explicitó- que sea menos conservador.  Por menos conservador nos referimos a uno menos ligado al viejo FMI.  Tenemos un viejo FMI y un nuevo FMI.  No queremos a nadie ligado al viejo FMI” (26/05/11).

Joseph Stiglitz, en un artículo escrito antes de la detención de DSK, valoró que la asamblea de primavera del Fondo “marcó el esfuerzo de éste por distanciarse de su propios dogmas sobre el control de capitales (…).    La crisis demostró  -agregó el premio Nobel- que los mercados libres y descontrolados no son ni eficientes ni estables.  Ahora, el FMI bendice –insistió- este tipo de intervenciones, pero como una concesión (…) sugiere que se les debería utilizar solamente como último recurso.  Por el contrario –concluyó- deberíamos haber aprendido de la crisis que los mercados financieros necesitan regulación y que los flujos de capital transfronterizos son particularmente peligrosos.  (…) recurrir a ello como último recurso es una receta para una continua inestabilidad” (15/05/11).

El FMI, ante todo necesita asumir los cambios producidos en el mundo.  Ello plantea la obligación de modificar su estructura y las formas de elección de sus autoridades dominante hasta ahora.  Entre los cambios que deben rápidamente producirse está también terminar con el no explicitado derecho a veto de la Casa Blanca.  Las decisiones importantes a adoptar por el Fondo requieren la aprobación de un 85% de los votos.  EE.UU. cuenta con el 17,7%.  La UE tiene aún más.  De otra parte, la nominación de director debe hacerse cuando la palabra reestructuración dejó de ser tabú en las altas esferas de la UE al hablarse de la crisis en la eurozona.  El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, se manifestó a su favor públicamente, con la condición puntualizó que el BCE y el FMI avalen la opción.   El economista jefe del FMI, Oliver Blanchard, reconoció que Grecia al menos necesitará de una década para salir de la crisis.  Por ello la necesidad de una reestructuración se hace más urgente.

Es el momento de dar el paso, que los bancos acreedores, el BCE y el FMI se resisten.  El presidente del BCE se ha negado rotundamente a la idea de una reestructuración.  Otros integrantes de su consejo han señalado, constató Financial Times, “que si los políticos dan un paso modesto hacia la reestructuración, el BCE cortará la liquidez a los bancos griegos y desencadenará un colapso financiero (…).  Es –agregó la publicación- una disuasión nuclear:   desafíennos y haremos volar el mundo” (30/05/11).  El BCE sería afectado directamente por una reestructuración, dado que tiene en su poder bonos soberanos griegos por más o menos 45.000 millones de euros.  Por ello presiona por un nuevo rescate vinculándolo a un profundo proceso de privatizaciones.

Por Hugo Fazio


[1] Véase, Carta Económica 15/05/11.

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