FMI: Economía de 90 % del planeta se verá perjudicada por Trump y su guerra comercial

Gracias a Donald Trump, todos pierden

El organismo financiero advirtió que el efecto acumulado de la guerra comercial entre Estados Unidos y China podría suponer una pérdida para la economía mundial de unos 700.000 millones de dólares para 2020


Aunque el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insiste en que su país está ganando la guerra comercial emprendida contra China, la realidad es que las medidas proteccionistas implementadas por su gobierno han generado conflicto de alcance global, en el que no hay ganadores y sí muchos afectados, como es el caso de la economía del 90 % del planeta.

Así lo advirtió la nueva directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, quien ocupó el cargo  el pasado 1 de octubre, en sustitución de la francesa Christine Lagarde, que pasará a presidir el Banco Central Europeo (BCE).

En una intervención previa a la reunión anual que el organismo internacional celebrará en Washington la próxima semana, Georgieva destacó que actualmente se espera una ralentización del crecimiento en el 90 % del mundo, fenómeno al que describió con la expresión «desaceleración sincronizada», que es contraria al «auge sincronizado» de hace dos años, cuando el 75 % de la economía mundial se expandía.

“Esta desaceleración generalizada significa que el crecimiento caerá este año a su tasa más baja desde principios de la década, cuando la crisis estaba todavía afectando de lleno a Europa”, indicó la directora del FMI, que dará a conocer la próxima semana sus nuevas perspectivas económicas, las cuales mostrarán revisiones a la baja para 2019 y 2020.

En su última previsión, publicada en julio, el FMI preveía un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial de 3,2 % para este año y de 3,5 % para el próximo. Esta cifra era una décima menor que la proyectada tres meses antes. Sin embargo,  ante el incremento de las tensiones comerciales entre EE. UU. y China, es más que probable que se anuncie una nueva revisión a la baja. Ahora, la gran cuestión es si el crecimiento caerá por debajo de la barrera del 3 %.

Los efectos de la guerra comercial podrían suponer una pérdida para la economía mundial de 700.000 millones de dólares para 2020. Foto: Web.

¿Cuánto perderá la economía mundial?

Kristalina Georgieva planteó que la economía mundial ha entrado en una fase de «desaceleración sincronizada», como consecuencia de la paralización del comercio y a raíz de las tensiones comerciales, lo que ha provocado el deterioro sustancial de los sectores manufacturas y servicios, así como  de la inversión y el consumo.

En este sentido, advirtió que «en una guerra comercial todos pierden» y señaló que las estimaciones del FMI apuntan a que el efecto acumulado de los conflictos comerciales para la economía mundial «podría suponer una pérdida de unos 700.000 millones de dólares para 2020«, alrededor del 0,8 % del PIB mundial.

«Esto es aproximadamente el tamaño de toda la economía de Suiza«, explicó, tal y como reseña Europa Press.

La economista búlgara considera que, aún cuando el crecimiento repunte en 2020, las grietas actuales podrían provocar cambios que duren toda una generación, y llamó a evitar riesgos como «la ruptura de las cadenas de suministros, sectores comerciales encerrados en silos y un ‘muro de Berlín digital’ que obligue a los países a elegir entre sistemas tecnológicos diferentes», fundamentalmente uno estadounidense y otro chino.

Respuesta fiscal sincronizada

En su análisis, la nueva directora del FMI dejó claro que las políticas monetarias y financieras no pueden dar respuesta por sí solas a un empeoramiento de la coyuntura económica ante el que las políticas fiscales deberán desempeñar un papel central.

“Si la desaceleración de la economía mundial es más pronunciada de lo que se prevé, puede ser necesaria una respuesta fiscal coordinada (…) O, dicho de otro modo, si la desaceleración sincronizada empeora, posiblemente deberemos dar una respuesta de política económica sincronizada», dijo.

Al respecto, indicó que para poder impulsar el crecimiento se deben implementar reformas estructurales que permitan incrementar la productividad.

“La pérdida de puestos de trabajo derivada de la automatización y de los cambios demográficos requiere que los países reformen la estructura de sus economías», dijo, al tiempo que advirtió que si no se actúa ahora, muchos países se verán estancados en un «crecimiento mediocre».

Los problemas de la industria de la Eurozona, con epicentro en Alemania, contagian al resto de la economía y amenazan con una recesión. Foto: Televisa.

Europa, la gran afectada

Cuando potencias como Estados Unidos y  China se enfrentan en lo comercial, la economía de la Eurozona es la que más se ve afectada,  y sobre todo la de  Alemania, cuyas manufacturas suponen el 22 % de su aparato económico.

En medio de la guerra comercial, la economía china trata de reorientarse hacia un mayor consumo interno para depender menos de las exportaciones. Lo cual hace que baje su demanda de la maquinaria fabricada en Alemania o el norte de Italia.

Según los registros, es un hecho que las ventas europeas a China se han contraído en los últimos meses, los pedidos han caído, las empresas reducen gastos y el avance de los servicios se ha enfriado, por lo que la recesión de la Eurozona, más que una amenaza, parece una realidad.

El crecimiento de la Eurozona se frenó en septiembre y los estudios describen el panorama más oscuro desde que comenzó el período actual de expansión, a mediados de 2013. Parece que el PIB aumentó, como máximo, 0,1 % en el tercer trimestre, a la vez que se observaron indicios de que el crecimiento se está ralentizando a medida que avanzamos hacia el cuarto trimestre, lo que significa que el riesgo de recesión ahora es muy real”, indicó Chris Williamson, analista de la firma IHS Markit, citado por El País.

Haya o no recesión, en cualquier caso, la economía europea experimentará un crecimiento bajo que puede afectar la calidad de vida de los habitantes del viejo continente.

El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, alertó esta semana que los mercados deben estar atentos al impacto de un Brexit sin acuerdo. “Hay preocupación porque la salida abrupta convierta una recesión suave o un bache temporal en algo más duro”, dijo.

La desaceleración en la economía estadounidense se ha dado principalmente en el sector manufacturero. Imagen El Economista.

¿Estados Unidos en recesión?

Desde un principio, Donald Trump consideró que en una guerra comercial la economía de EE. UU. sufriría menos que la de China, ya que  le daría poder para presionar en las negociaciones bilaterales y reducir el déficit comercial de Washington respecto a Pekín.

El inquilino de la Casa Blanca apostó que China claudicaría pronto ante el costo económico y financiero de la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos.

Conforme se ha hecho más claro que el verdadero objetivo de la cruzada comercial emprendida por su administración es evitar que el gigante asiático asuma un papel más activo como potencia económica y política a nivel global, también se ha hecho evidente que la nación norteamericana camina rumbo a la recesión.

Hasta ahora, la desaceleración en su economía se ha dado principalmente en el sector manufacturero, mientras que las cifras de  empleo y consumo han mitigado el impacto sobre la actividad económica en general.

Sin embargo, el efecto de las medidas proteccionistas en el comercio internacional y en el sector de manufacturas a nivel global está pesando cada vez más en Estados Unidos.

La actividad manufacturera en Estados Unidos, medida por el Índice ISM de Manufacturas, registró en septiembre una caída inesperada por el mercado, y se ubicó en territorio de contracción por segundo mes consecutivo, y en su nivel más bajo desde la gran recesión del 2009.

Esta noticia cayó como un balde de agua fría en los analistas y encendió las alarmas dentro de los mercados accionarios, incrementando la percepción de vulnerabilidad de la economía estadounidense ante la desaceleración global.

https://www.youtube.com/watch?v=zdYhG892_iI

Aunque la actividad manufacturera sólo representa el 11 % del PIB de Estados Unidos, la gran pregunta es si la desaceleración de la industria se va a extender a los servicios, que representa alrededor del 80 % del PIB.

Desde el punto de vista político este escenario es paradójico, dado que uno de los ejes de la administración Trump ha sido la defensa del sector manufacturero y el fomento de las exportaciones y el fracaso de una recesión podría pasarle factura en sus aspiraciones de ser reelecto.

Estados Unidos decidió esta semana incluir en su lista negra a otras 28 compañías chinas. Imagen: Web.

Trump aviva la guerra contra China

Lo cierto es que el republicano parece seguir confiado en aplicar su receta de guerra comercial, y este martes prohibió cualquier tipo de operaciones en Estados Unidos – incluyendo compra de equipos – a 28 empresas tecnológicas chinas, por su supuesta “colaboración” con Pekín en la represión contra «uigures, kazajos, y otras minorías musulmanas» en la nación asiática.

El Departamento de Comercio incluyó en su selección a varios gigantes tecnológicos, entre los que se encuentran destacadas empresas como Hikvision, el fabricante de equipos de videovigilancia más grande del mundo, y SenseTime Group Ltd., la start-up de inteligencia artificial más grande del globo. También compañías dedicadas a la tecnología de reconocimiento facial, como Dahua Technology y Megvii Technology Ltd.

La selección de Washington prevé asestar un duro golpe al sector tecnológico del gigante asiático y minar su expansión en este campo.

https://www.youtube.com/watch?v=6FcKdT7Xjfs

«Estas acusaciones no son más que una excusa para interferir deliberadamente en los asuntos internos de China (…) No existe tal cosa como los llamados ‘problemas de derechos humanos’ como alega Estados Unidos», dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Geng Shuang.

La decisión de Trump se produce a pocos días de que Washington y Pekín reinicien las conversaciones sobre la guerra comercial y antes de que entre en vigor la imposición de nuevos aranceles sobre los bienes chinos, previstos para  el 15 de octubre.

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