Las ambiciones de la derecha para el mundo del trabajo

Una carta de parlamentarios UDI y RN a la Ministra del Trabajo, desnudó las verdaderas intenciones que tienen respecto a los trabajadores, exigiendo más “flexibilidad” y cambios que beneficien a los patrones, como terminar con las indemnizaciones y pago de horas extraordinarias

Por Wari

20/06/2011

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Una carta de parlamentarios UDI y RN a la Ministra del Trabajo, desnudó las verdaderas intenciones que tienen respecto a los trabajadores, exigiendo más “flexibilidad” y cambios que beneficien a los patrones, como terminar con las indemnizaciones y pago de horas extraordinarias.

Dirigentes sindicales denunciaron que la derecha está en una ofensiva para imponer su agenda laboral. Quieren aprovechar que están en el Gobierno.

Entre los objetivos, está aprobar proyectos como flexibilidad laboral, “banco de horas”, término de indemnizaciones por años de servicio, término escalonado del 7% que se descuenta por salud a los pensionados, posnatal de bajo costo para las empresas, etcétera.

Un ejemplo de la ofensiva fue la carta titulada “Una agenda para más trabajo y mejor productividad”, enviada por los diputados Cristián Monckeberg, de Renovación Nacional (RN), y Ernesto Silva, de la Unión Demócrata Independiente (UDI), a la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei. Los legisladores pidieron a la Ministra alentar la agenda laboral de la derecha para generar, según ellos, un “mercado laboral dinámico, justo y productivo”.

La manera de lograrlo, de acuerdo al criterio de los legisladores, es terminar con el pago de indemnizaciones por años de servicio, establecer el “banco de horas” y el teletrabajo -que entre otras cosas permite terminar con el pago de horas extras-, llevar adelante la flexibilización laboral y regular el descanso dominical. Los firmantes califican las modificaciones como “urgentes” y por tanto el Gobierno debería enviar al Parlamento las iniciativas y tomar las medidas del caso.

Tanto en las colectividades de la derecha como en el mundo empresarial, existe el convencimiento de que restando derechos y beneficios a los trabajadores, se aumenta el margen de ganancia, se bajan los costos y se garantiza “estabilidad económica”. Por eso en la carta de Monckeberg y Silva se liga la posibilidad de que el país crezca a un 6%, sólo con el avance de las medidas pro empresariales.

La misiva va en el mismo rumbo de las reivindicaciones patronales que han sido planteadas por la Sofofa (Sociedad de Fomento Fabril) y la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC). Y sus contenidos, no es menor, se contradicen con los criterios de la CUT y diversas organizaciones sindicales del país.

La carta de los parlamentarios se motivó después de una reunión en que Matthei comunicó a los diputados y senadores de la Alianza que el Gobierno no impulsaría iniciativas laborales sin “piso político”, cosa que habría incomodado a muchos en la coalición oficialista, que desplegó un fuerte lobby.

A la mencionada carta se sumaron, entonces, artículos y editoriales en la prensa privada sobre las bondades de la liberalización del mercado laboral.

AUNQUE SE VISTA DE SEDA…

Antes de llegar al Gobierno, la derecha, los empresarios y sus entes doctrinarios venían planteando modificaciones en el mundo del trabajo. No por nada el programa de la “Coalición por el Cambio” planteaba críticas al manejo económico y laboral de los gobiernos de la Concertación, sosteniendo que “se han puesto trabas a la innovación y el emprendimiento, se han introducido restricciones a la creación de empleos y no se ha fomentado la inversión”.

El diseño de la derecha apunta a reducir las regulaciones y beneficiar la gestión empresarial. Según expertos del sector, flexibilizar el mercado laboral es lo que el país necesita: “Esta medida ayudará a incorporar principalmente a los estudiantes y a las dueñas de casa, que tienen una limitación horaria que les dificulta la posibilidad de conseguir un trabajo”, dice el gerente de servicios laborales de la multinacional KPMG, Gonzalo Lira, abriendo la puerta a la mano de obra barata, dispersa y sin capacidad de negociación.

En Libertad y Desarrollo (LyD), centro ligado a la UDI, el documento “Indemnizaciones por años de servicio: Mal negocio para todos” -ya el título dice mucho- plantea que “un trabajo eficiente, necesariamente, requiere condiciones flexibles y es en este aspecto que la legislación de Indemnizaciones por Años de Servicio (IAS) introduce costos de eficiencia muy elevados en la economía, sin que logre el objetivo buscado de beneficiar a los trabajadores”. Es el garrote a la cabeza de un derecho histórico y beneficioso de los trabajadores.

Trascendió también que el gobierno de Piñera plantearía la instalación de un “Banco de horas”, que contempla la eliminación del máximo de 2 horas extra de trabajo al día y del derecho a dos domingos libres al mes, para crear un banco de 2.880 horas anuales. Es decir, terminar con las horas extras, dejar que los empleadores fijen y ordenen los horarios para saltarse beneficios laborales y relativizar las jornadas.

En otro asunto, la Sofofa y la CPC, se oponen al proyecto de MultiRut que fijaría el “concepto de empresa” para terminar con la mala práctica de que una empresa tenga varias razones sociales y así contratar de manera disgregada a los trabajadores, evitando sindicatos, salas cunas, contratos colectivos, etcétera. La derecha se opondrá en el Parlamento a fijar ese concepto y apuesta por la autorregulación de los empleadores.

También en estos días, los legisladores de RN y UDI están por sacar un proyecto de posnatal que flexibiliza el prenatal y que tiene el menor costo posible para las empresas, estableciendo lo que la dirigenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), María Rozas, definió como la “mirada economicista” del tema.

Va quedando claro que están en juego derechos y demandas de los trabajadores, en donde la derecha va en un contrasentido.

Por Víctor Vargas

El Ciudadano Nº99, primera quincena abril 2011

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