Traducción chilena de El Capital: entender el capitalismo para comprender su necesaria destrucción

El martes pasado se realizó la conferencia “La vigencia de El Capital” de Karl Marx, en el marco de la primera edición chilena del libro El Capital Tomo I de Karl Marx traducida principalmente por Cristian Fazio en colaboración con su padre, Hugo Fazio.

La instancia, coordinada por la Academia de Humanismo Cristiano, Cenda Chile y el Diplomado en “Visiones Económicas Alternativas: Marx, Keynes y el Estructuralismo Latinoamericano”, giró en torno a la importancia de releer a Marx en este nuevo siglo, tiempo marcado por profundas y sistemáticas crisis económicas que sumergen a millones de personas en la pobreza, además de acabar con la posibilidad de habitabilidad del mundo a consecuencia de una total desregulación de la actividad industrial, poniendo en peligro la continuación de la vida sobre la tierra.

Hace unos meses se elaboró un estudio sobre las mayores economías mundiales, y sus resultados graficaron con precisión la actual distribución de capitales: el 51% de esas economías eran transnacionales, empresas que poseían mayor capital que muchos PIB de países del tercer mundo. Así comenzó su exposición Alejandro Yañez, autor de El Capital, Carlos Marx, resumen del tomo I. Yáñez enfatizó en la necesidad de leer El Capital para entender el funcionamiento de un capitalismo como fuerza total en el mundo y, obviamente, influirlo.

“Es necesario para la práctica revolucionaria entender las categorías del análisis marxista para comprender el sistema al que nos vemos enfrentado. Por ejemplo, la plusvalía. La gente tiende a pensar que sus sueldos son en razón “a lo posible” y por eso mismo es complaciente. En cambio, si entendieran que el PIB nacional es de un total de 170 mil millones de dólares, de los cuales solo treinta son remuneraciones para los trabajadores y el resto es plusvalía, la gente pensaría distinto”, sentenció Yañez

Además, rescató como punto fundamental de la obra cumbre de Marx el análisis de competencia entre capitalistas, donde la monopolización de los grandes capitalistas en función de la aniquilación de los pequeños y medianos burgueses. Situación que ahora es evidente y que Marx visualizó hace 143 años.

“Hay que unir a los asalariados, al proletariado con los pequeños y medianos capitalistas. No son nuestros enemigos. Este era la idea que inspiró a la Unidad Popular y que si hubiera tenido éxito, si hubiera subsistido a la reacción, este modelo revolucionario se hubiera propagado por Europa”, afirmó Yañez.

Por otro lado, el asesor sindicalista Manuel Hidalgo llamó a revisar la articulación de las relaciones de producción y el sistema legal que las avala, recalcando las inmensas miserias a las que se somete a la clase trabajadora producto de una desregularización absoluta de las condiciones de trabajo y el importante daño de las políticas antisindicales implantadas durante la dictadura.

“Hoy vivimos tiempos de individualización crecientes, de una atomización sumamente perniciosa para la unidad de los trabajadores. La herencia de José Piñera, ex ministro del Trabajo de Pinochet y hermano mayor del actual Presidente, el Código del Trabajo, es solamente el recrudecimiento de una dominación clasista sobre los trabajadores y la cual hay que combatir férreamente para abrir camino a los revolucionarios cambios que un mundo tan vil como este requiere”, aseguró Hidalgo.

Por Sebastián Fierro Kalbhenn

El Ciudadano