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Las matemáticas no mienten, lo que hay son muchos matemáticos mentirosos

Por Wari

13/09/2013

Publicado en

Editorial

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Las matemáticas no mienten, lo que hay son muchos matemáticos mentirosos.

Henry David Thoreau (1817-1862)

Parecen los derroteros escritos en un guión con designios del poder binominal coludido. Pero cuando los escribas de los pueblos comienzan a masificar sus letras, hacer públicas sus demandas establecida al calor de una fogata, la asamblea y la movilización en las calles, se permea la agenda dirigida por partidos políticos en crisis de representatividad que se reformulan, a medias.

Mientras tanto, la casta camaleónica sigue siendo apuntalada por acuerdos millonarios bajo cuerdas con el poder económico, continúa imponiendo candidatos del centralista Santiago en regiones, como Ena Von Baer en la Región de los Ríos.

El estipendio de congresistas sigue siendo exagerado, pero aún así estos barriles sin fondo no se sacian y son tan cochinos que se venden por dinero o futuros cargos en el sector privado, con honrosas excepciones, para legislar y mantener un modelo que no se ha detenido en saquear nuestros recursos naturales renovables y no renovables, la economía real.

Porque sea dicha la verdad, siguen con brujuleos, el dólar se aprecia (sube) y nuestros metales caen. ¡Más barras de oro para las bóvedas de los banqueros y respaldo para el dólar! ¿Y para nosotros? ¡Deuda los muy cabrones!

¿Y bueno, qué vendrá después para nuestra economía de mercado desregulado? Siendo la economía una ciencia inexacta, pero existiendo ciertos ciclos que se repiten, podríamos decir que una vez que los “chupasangre” se hayan llevado suficiente metal a un precio más barato, pudiendo comprar mayores volúmenes con un dólar más alto, respaldo en mano, seguirán emitiendo y endeudando hasta que la caja vuelva a quedar en cero tras los enormes gastos que implica mantener por el mundo guerras, redes de espionaje, infiltraciones y otros para su privilegio.

En ese contexto político–social y económico, hoy la agenda social intenta ser raptada por el acomodadizo establishment para solo abrir válvulas de escape al descontento social, dilatando las soluciones demandas para presupuestos de cinco o 10 años más. A ellos podemos decirles que ¡basta!

A estas alturas para nadie es un misterio que “El Dorado” está por sobre todo los Andes, que nuestros metales han sido saqueados mediante concesiones heredadas de la Dictadura y otras abiertas tras pasar por un Comité de Inversiones Extranjeras (Cinver) que, junto a otras instituciones como el Servicio de Impuestos Internos (SII), el Servicio de Aduanas, sirven de testigos encubierto al saqueo y martingalas.

Mientras tanto la desigualdad creciente y el stress de cómo llegar a fin de mes es agobiante. El mini, pequeño y el mediano  empresario están obligados a pagar un 19% de tributo, el mismo de las grandes empresas evasoras nacionales y trasnacionales que funcionan pagando patentes municipales que pueden igualar y ser menores a las de un pequeño almacén de barrio.

Chile, un país en que los hechos nos llevan a la indignación, donde el hecho imponiéndose sobre el derecho a toda costa, violenta nuestras vidas. Un país donde tribunales y toda una orquesta toca para la batuta del poder y el dinero, donde las policías no deliberantes, son obligadas a salir a la calle a reprimir al pueblo obedeciendo órdenes que, en el fondo, protegen al poderoso.

Es y sigue siendo la historia de una nación que perdió su democracia hace 40 años y aún no logra recuperarla. Es y sigue siendo el derrotero de un país gobernado por timadores de los Pueblos de Chile.

Editorial

El Ciudadano Nº145, agosto 2013

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