Amauri Chamorro, analista geopolítico: «Bajo ataque, sin presupuesto, con persecución, el resultado del PT en Brasil es fantástico»

"Hay un muro rojo que ayudó a contener un poco el avance de la derecha bolsonarista en las elecciones municipales", afirmó en entrevista en Voces Sin Fronteras

Por Marian Martinez

28/11/2020

Publicado en

Entrevistas

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Amauri Chamorro, analista geopolítico con más de 15 años de experiencia en análisis de elecciones, destacó el resultado que obtuvo el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil en la primera ronda de las elecciones municipales, el pasado 15 de noviembre, en medio de toda una campaña de ataques en su contra y de la lawfare contra su principal líder, Luiz Inácio Lula Da Silva.

«Hay un muro rojo que ayudó a contener un poco el avance, en las elecciones municipales, de la derecha bolsonarista», afirmó en entrevista en Voces Sin Fronteras, conducido por Bruno Sommer y Denis Rogatyuk.

Este domingo 28 de noviembre unos 38.3 millones de electores brasileños regresarán a las urnas para elegir en segunda vuelta a los alcaldes de 57 grandes ciudades, incluyendo Sao Paulo y Río de Janeiro, en que ninguno de los candidatos obtuvo más de la mitad de los votos en la primera ronda.

Por Bruno Sommer y Denis Rogatyuk

BS: Mirando el mapa político después de la primera vuelta de las elecciones en Brasil, observamos que son, sin duda, un retroceso total para Jair Bolsonaro, ¿cuáles son las tres razones principales a las que atribuyes este tipo resultado?

AC: Primero, indudablemente, es la caída de la popularidad de Bolsonaro que, pese a todo, es muy elevada. Bolsonaro tiene un apoyo popular muy sustentado ahora durante la pandemia, porque hizo un proceso muy fuerte de redistribución de ayudas económicas a gran parte de la población brasileña afectada por el COVID-19, lo que lo mantuvo con un piso elevado de aprobación.

No obstante, eso no se reflejó en las elecciones municipales, prácticamente Bolsonaro perdió en todas las ciudades importantes del país, ha tenido un resultado muy malo, los que ganaron en primera vuelta no eran candidatos suyos y ahora en casi toda esa segunda vuelta no hay ningún candidato de Bolsonaro.

Hay, yo no diría una marea roja, más que una marea yo diría un muro rojo que ayudó a contener un poco el avance, en las elecciones municipales, de la derecha bolsonarista. Creo que la mayor derrota de él fue en Sao Paulo con Celso Russomanno, que fue candidato también presidencial, es eterno candidato a gobernador, alcalde, a todo. Él había comenzado muy bien, estaba en segundo lugar, pero ya faltando dos semanas, cuando se fortalece el tema de los debates, se va a pique, fue un desastre, prácticamente es un candidato irrelevante, y surge para la segunda vuelta Guilherme Boulos del PSOL (Partido Socialismo y Libertad), fue candidato presidencial en Brasil y tuvo un resultado fabuloso.

Yo diría que es la nueva generación de líderes de América Latina, así como Andrónico (Rodríguez) en Bolivia, así es Boulos en Brasil, fundador y líder del MTST (Movimiento de los Trabajadores sin Techo), que son una gran organización que está en todo Brasil y lucha por el derecho a la vivienda. Entonces, es un gran líder social, un hombre muy joven, brillante, fantástico, es de esas nuevas generaciones.

Al sur, en Porto Alegre, está la otra gran victoria en esta primera vuelta que es la llegada a la segunda vuelta de Manuela Dávila, que fue la candidata a vicepresidenta de la República junto con Fernando Haddad, que es del Partido Comunista de Brasil. Eso es una gran novedad tener una candidata del Partido Comunista de Brasil disputando, con chance de ganar la elección, en una ciudad tan importante como Porto Alegre, es realmente un cambio, en una zona muy conservadora, recordemos que el sur de Brasil es el sector más conservador, mas probolsonaro, principalmente en las regiones que tienen una fortaleza de la agroindustria, que es el caso de Río Grande del Sur, el estado donde queda Porto Alegre, también Sao Paulo, Santa Catalina.

Entonces, yo diría que más que una marea roja es un muro de contención, creo que en este momento estas victorias van a permitir a la izquierda llegar a ciertos consensos, es importante  porque también hay nuevos liderazgos del PDT, un partido histórico fundado por Leonel Brizola, uno de los grandes y principales nombres de la historia de la izquierda brasileña, que en este momento tiene una gran fuerza también en unas ciudades y capitales muy importantes del país.

Creo que el gran problema de la izquierda, no solo en Brasil sino en todos los lugares, y creo que Bolivia demostró que la superación de las disputas internas, de las aristas, de los problemas, permite si creas unidad, que es una unidad que va más allá de ganar una elección, puedes arrasar en las elecciones y ese es el ejemplo que nos da Bolivia y yo creo que Brasil tiene la oportunidad ahora para lograr esa unidad.

DR: Una de las razones por las que Bolsonaro fracasó tan enormemente en las elecciones es también porque ha creado un montón de rupturas, incluso con el partido que lo apoyó.

AC: Es tan complejo, Bolsonaro siendo presidente de la República fue expulsado del partido que él prácticamente fundó y lideraba. Ahora, no está afiliado a ningún partido político, siendo presidente de la República, es una persona extremadamente complicada, muy visceral, muy ignorante, entonces el quehacer político se le hace muy difícil.

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Foto: amaurichamorro.com.

Pero, con la estructura como partido clásico que nosotros conocemos a él no le ha ido bien, porque no ha tenido grandes articulaciones, no obstante, él tiene una máquina muy fuerte por detrás que son las iglesias evangélicas. No podemos dejar a un lado la importancia político electoral de las iglesias evangélicas, por lo menos en Brasil, y bueno en gran parte de América Latina, que en algunas elecciones, como fue el caso de Chile con la elección de Sebastián Piñera y en Colombia con la victoria del «NO» en contra del Acuerdo de Paz, fueron muy fortalecidas por el actuar político de las iglesias evangélicas, que hace un tiempo actúan como partidos políticos y tienen objetivos políticos, incluso han publicado libros y discuten como tienen un proyecto de poder porque quieren llegar a la presidencia de la República, la mayoría de las asambleas y prácticamente fundar un califato como el ISIS, el ejército islámico, en toda América Latina.

Hago esa analogía porque son extremadamente radicales, muy violentos y muy corruptos. En el caso de Brasil muy vinculados a los grupos paramilitares, en Brasil se dice milicias, de Río de Janeiro y de otras regiones del país que inclusive ha costado muchas vidas y de ahí viene Bolsonaro, la familia de Bolsonaro es muy conocida por su vínculo con las iglesias evangélicas y comanda un grupo armado en Río de Janeiro muy fuerte, inclusive acusado y todos saben que el hijo de Bolsonaro fue el mandante del asesinato de Marielle Franco, la concejal de Río de Janeiro, una mujer espectacular que tuve el gusto de conocer, quien fue asesinada a mando de Carlos Bolsonaro.

Entonces, esas iglesias evangélicas sí actúan, tienen un poder, pero se esperaba un mejor resultado realmente en estas elecciones, se esperaba que esa máquina electoral generada por las iglesias obtendría un resultado más potente, pero no fue así. Mantuvieron algunos nichos, como el caso de Río de Janeiro, el alcalde actual está en segunda vuelta en contra de Eduardo Paes, que es un exalcalde muy fuerte, muy querido, que en este momento se disputa y muy probablemente le gane.

La otra cosa es la ascensión del PSOL como un movimiento alternativo de izquierda, más a la izquierda del mismo Partido de los Trabajadores (PT), bueno el PSOL nace de una división cuando algunos senadores y diputados rompen con el presidente Lula en su primer mandato porque querían un proyecto más radical del que el presidente Lula estaba presentando en ese momento, entonces rompen con el PT y forman un partido.

El PSOL ha conseguido bastantes bloques en todo Brasil, ha conseguido elegir una secuencia de concejales que realmente comienzan a darle cuerpo a un partido que era muy chiquito, tenía presencia muy pequeña en el Congreso Nacional, pero ahora uno sabe que en estrategia política es imprescindible, aun mas con un país con la dimensiones de Brasil tener presencia física en casi todo el territorio nacional a través de concejalías, de una posible alcaldía. Imagínate ganar la alcaldía de Sao Paulo, la ciudad de Sao Paulo está entre los 10 PIB más grandes de la región, la alcaldía como si fuera un país. Entonces la capacidad de proyectar un gobierno de izquierda, progresista, retomar y aún más en Sao Paulo que ha sido un bastión de la derecha violenta de Bolsonaro, sería una cosa espectacular.

Se decía que en Brasil el PT había muerto porque prácticamente no ganó ninguna alcaldía importante, son pocos los candidatos que lograron llegar a la segunda vuelta, no obstante, en el caso de Sao Paulo el mayor bloque del concejo de la ciudad, que en Brasil le dice Cámara de Vereadores, es del PT, o sea es un partido muy grande, el más grande de Brasil y uno de los más grandes del mundo, entonces no se puede menospreciar el poder que tiene el PT, pero que en este momento también, en una fase de transición, pasa por un momento muy conturbada a la interna y la ascensión del PSOL, el fortaleciendo un poco del PDT, son importantes victorias que marcan un nuevo momento de la izquierda progresista de Brasil.

DR: Hay muchas ciudades de Brasil en las que hemos visto el resurgimiento de los partidos tradicionales de una «derecha sana». ¿Qué impacto crees que esto tendrá en las futuras elecciones generales?

AC: Hay una ventaja en eso, no es una derecha violenta, es violenta en el sentido económico, neoliberal, y eso ha generado millones de personas en la pobreza, en la miseria, muerte, hambre, desigualdad, y una falta de perspectiva de crecimiento del país, hay una violencia que no se expresa a través de las armas, a diferencia de la derecha de Bolsonaro, que es una derecha violenta como la colombiana.

Entonces, hay una posibilidad de ventaja para reconstruir el país si es que esa centroderecha se consolida al mando de algunos procesos en algunas ciudades importantes, no obstante recordemos que el partido más grande, más importante, de esa centro derecha neoliberal es el PSDB (Partido de la Socialdemocracia Brasileña), que fue un partido que nació como centroizquierda pero ya a partir del Gobierno de Fernando Henrique se fue totalmente a la derecha, un partido que destruyó al país durante la era del neoliberalismo y trabajó sí asociado a Bolsonaro en algunos estados.

Chamorro. Foto: Cubaenresumen.

¿Qué quiere decir? En Brasil existe un fenómeno que es difícil de entender, es un país federal, tenemos lo que es la unión, el Gobierno Federal, los estados y las ciudades, prácticamente cada partido en cada ciudad, en cada estado, puede tomar decisiones de aliarse a partidos que pueden sr oposición en el Gobierno Federal. Digamos, el PDT de repente no está aliado al PT en el Congreso nacional, pero sí en el estado de Sao Paulo pero, a su vez, en la ciudad de Sao Paulo compiten entre ellos. Es muy complejo porque lo que hay que ver es que el mapa político de Brasil puede variar conforme el estado, la ciudad, y partidos que son enemigos nacionalmente, de repente pueden tener un pacto y tener una muy buena relación, inclusive el candidato a alcalde y a vicealcalde puede ser justamente de los partidos que en la nacional serían oposición y se detestan.

Entonces, hay una dinámica compleja de entender y el PSDB que lidera esa centroderecha menos gorila, como dirían en Argentina, menos agresiva, es una derecha que en algunas ciudades, en el caso de Sao Paulo, sí trabajan muy de mano dada con Bolsonaro que tenía una proyección muy fuerte al momento de ganar la presidencia. Ahora hay un cierto distanciamiento pero mucho más en términos de imagen, de decir ‘yo no quiero que la gente crea que yo estoy con Bolsonaro en este momento, porque hay mucho rechazo». No obstante, sí trabajan de mano duda, porque el vínculo con las iglesias evangélicas es la fortaleza electoral de esos sectores de la derecha brasileña.

En Brasil se calcula que el 25 % de la población sea de las iglesias evangélicas, son extremadamente conservadoras, muy violentas, muy agresivas, tanto en sentido físico como verbal, psicológico, en contra de la izquierda y de esa nueva agenda de derechos civiles y de un país libre, son muy pro Estados Unidos, es una cosa muy complicada.

BS: ¿Cuál es el elemento que podría unificar las luchas sociales en el Brasil actual?

AC: Muy buena pregunta, hay que entender dos cosas de Brasil que son determinantes para la lucha de las organizaciones sociales, primero la capital, Brasilia, está en el centro del país, fue una ciudad construida en los años 60 con el objetivo de no permitir que las organizaciones sociales o la sociedad civil, de manera desorganizada, pudiera presionar el Poder Público, al Congreso, a la justicia, o al Ejecutivo, para implementar una agenda popular.

¿Qué quiere decir eso? Brasilia está a dos mil kilómetros mínimo de cualquier gran ciudad de Brasil, a su vez es una ciudad que fue construida de una manera que yo puedo poner un millón de personas al frente del Palacio Presidencial y parece que hay 50 mil, una ciudad que fue desarrollada justamente para eso, fue construida de esa manera. Es muy difícil que las movilizaciones sociales, que generalmente se ven en Sao Paulo, Río de Janeiro, realmente consigan presionar el Poder Público como estamos acostumbrados a ver en otros países, como en el caso de Chile que te paraliza el país, o sea en Brasil puede haber una gran marcha en Sao Paulo, Río de Janeiro de repente no se suma, Brasilia no pasa nada, entonces es difícil presionar el Poder Público en ese sentido.

Primero es eso, es entender geográficamente cómo es la dinámica, esa geografía humana, como afecta realmente la dinámica política.

Lo segundo es que Brasil ha tenido a lo largo de los últimos 30 años prácticamente, una cooptación que las grandes organizaciones sociales del país han estado con el PT, son ellas la CUT (Confederación Única de Trabajadores), las más grande organización sindical del planeta, y la segunda es el MST, que tiene unos muy orientados al sector industrial, los obreros de los sectores urbanos, y el otro es la gran organización de los campesinos que luchan por reforma agraria, por tener la oportunidad de que se cumplan sus derechos de que ellos puedan tener tierra y transformarla en tierra productiva en contra de estos latifundios que tanto han destruido Brasil.

Entonces, esos dos grandes movimientos sociales que tienen capacidad de movilización en el país, toda la vida han sido muy vinculados al PT, Lula como el gran líder representante de estos sectores sociales. No obstante, lo que vemos en Chile, se vio en Bolivia, en el Ecuador, en Colombia, esas grandes marchas, esas grandes movilizaciones que han cambiado la agenda, presionado los Gobiernos y, de cierta forma, predeterminado el destino en relación a las luchas sociales, son movimientos que han ocurrido de manera desorganizada, no han sido dirigidos por un partido, por organizaciones sociales consolidadas, ni siquiera han tenido voceros, o sea no se conoce en Chile el vocero de la Constituyente, en Colombia el gran vocero de las marchas del paro, o en el Ecuador de la ciudadanía que marchó en contra del acuerdo con el FMI. En el caso de Brasil no hay esa movilización desorganizada, aún no ha ocurrido, desorganizada en el sentido que sea espontánea, y no esté vinculado al apoyo, a la coordinación general de una gran organización como la CUT, como el MST, que tienen vínculos con el PT pero que, de cierta forma, trabajan de manera independiente.

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Chamorro. Foto: Diario Contexto.

Falta mucho, mucho aun, para que exista un consenso de una agenda única que movilice a la ciudadanía de manera espontánea a crear una presión social sobre algún tema y eso dificultar la lucha política, ya que la sociedad civil, de cierta manera, es como si no tuviera una gran motivación para salir a expresarse como ocurrió en el 2013 en contra la presidenta Dilma Rousseff que llegó a haber una marcha con tres millones de personas, se paralizó todo el país, pero ya conocemos históricamente que fue muy alimentada por la derecha brasileña justamente para iniciar la agenda de derrocarla tres años después en el 2016.

Entonces, hay una dificultad de crear una agenda única ya que existe un monopolio por parte del PT en la cooptación de las organizaciones sociales de base, las más importantes, pero es positivo, porque estamos hablando del presidente Lula, que es un gigante, uno de los hombres más importantes de la historia de la humanidad, que ha liderado eso.

No obstante, hay una situación muy compleja ya que el trabajo de lawfare para destruir su reputación, para afectar al PT, a las fuerzas progresistas, de alguna manera sí han logrado lastimar la imagen del PT y vemos los resultados están ahí. Pese a que el PT ha tenido excelentes resultados en vista de todo lo que le han atacado y todo lo que han hecho contra el presidente Lula, no es más la gran fuerza que se esperaba en esas elecciones locales.

El PT tiene una gran fuerza nacional, es el mayor bloque en el Congreso brasilero, es el mayor bloque en los concejos de la mayoría de las ciudades importantes, el PT tiene un bloque muy fuerte y muy presente, pero no ha ganado el Ejecutivo.

Eso quiere decir que el PT en las organizaciones de base, en los sectores populares aún tiene mucha fuerza, no obstante cuando esa fuerza tiene que dialogar con los sectores no organizados, o los de más al centro, se está haciendo un poco más difícil de lo que se imaginaba, lo que es absolutamente comprensible a raíz de la persecución que ha ocurrido, ya hace siete años vemos el lawfare instalado en Brasil, eso nace fuerte contra la presidenta Dilma, prácticamente en 2013. Tenemos que entender esas variables para ver porqué Brasil no explota como Chile, en el sentido positivo de esa gran masa de gente, conseguir algo histórico, enterrar definitivamente esa Constitución de Pinochet, y eso en Brasil se ha hecho casi imposible.

DR: El PT perdió una parte de su fuerza electoral, en medio de este ambiente de lawfare contra Lula, estos años de la campaña de odio en los medios y luego con la llegada de Bolsonaro a la presidencia. ¿Estos resultados son buenas noticias para el PT?

AC: Son buenas noticias para Brasil, más que para el PT. El volumen de concejales ha disminuido es poco, imagínate todo un país entero con sus miles de miles de medios de comunicación todos los días contra Lula hace 20 años, 30 años, toda la vida le han golpeado muy duro al presidente Lula. No obstante, desencadenó ahora una detención, una prisión ilegal, siete juicios barbaros en contra de él, y toda la maquinaria de la comunicación, de la información brasileña, todas las empresas atacando al PT, todos juntos lo que han hecho es disminuir un poco el resultado electoral, la capacidad de vencer elecciones del PT ahora en las municipales.

No obstante, el PT llegó a la segunda vuelta presidencial, teniendo un candidato absolutamente desconocido de Brasil, que era Fernando Haddad, de última hora llegó después que el presidente Lula fue detenido, Lula ganaría muy probablemente, incluso la tendencia daba que podría ganar en primera vuelta, igual si fuera la segunda vuelta en todas las proyecciones él ganaría, o sea no podemos decir a alguien que acaba de perder la elección presidencial porque lo meten preso que entonces es un partido que tiene un mal resultado, es evidente eso, porque el PT liderado por el gigante Lula ganaría las elecciones presidenciales y eso, obviamente, hubiera cambiado el escenario del país y el PT hubiera tenido un mejor resultado en este momento.

Ahora, bajo ataque, sin presupuesto, con persecución, el resultado del PT es fantástico.

No obstante, la izquierda no solo es el PT, en Brasil la fuerza progresista va más allá del PT, lo que ocurre es que la principal fuerza, es una fuerza muy grande, es el PT, pero sí hay un crecimiento de otros sectores de centroizquierda o partidos que están más a la izquierda que el PT, que han tenido muy buenos resultados.

Nosotros no podemos medir si la izquierda está bien o está mal conforme a los resultados del PT, debemos hacer una ecuación considerando a todos los partidos y todas las fuerzas progresistas, entonces si nosotros sumamos todas las fuerzas progresistas hay una victoria, porque el PT tiene una muy buena relación con el amplio espectro de partidos de la izquierda brasilera, inclusive del PSOL que es una escisión del PT, recordémoslo haciéndole campaña a Fernando Haddad en la segunda vuelta, apoyando a Dilma Rousseff, o sea al momento que se requiere unidad esos partidos sí se ponen en torno del presidente, en torno del PT que es la principal fuerza en este caso.

Ahora lo que hay que ver es algo importante, es si el PT apoya también a esos sectores progresistas, como es un partido muy grande hay tendencias a la interna que generan tensiones en relaciones con otros sectores de afuera que, en realidad, nadie gana en ese sentido porque si se buscara la unidad hubiera sido interesante en los resultados.

Jilmar Tato, que es el candidato del PT en Sao Paulo tuvo una votación inexpresiva, fue una de las peores votaciones de candidatos del PT en toda su historia, y un desconocido como Boulos llega a la segunda vuelta y arrancó con más de 40 puntos, eso es una cosa impensable en Sao Paulo.

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Chamorro. Foto: Cuba Debate.

Ya se sabía que Tato tendría un pésimo resultado, por qué no se baja de su campaña, siendo que el presidente Lula sí había indicado de que sería importante de que de repente el PT no lanzara un candidato propio sino que apoyara a Boulos para empujar, porque parte de la votación histórica del PT inmediatamente se fue con Boulos que sintió una renovación en su discurso, es un tipo realmente brillante, muy querido, muy carismático y es un líder. Así como Lula nace como el gran líder del sindicato de los textiles y ahí se hace el gran líder obrero de Brasil, Boulos se está consolidando como el gran líder de las luchas sociales en Brasil en este momento y no es de ahora sino de un proceso de lucha.

Entonces, porqué la máquina del PT en Sao Paulo no apoyó al candidato de izquierda que tenía chance de entrar a la segunda vuelta con más fuerza aun, sabiendo que tu resultado para la alcaldía era humillante. Son esas cosas que nosotros vemos, que no es un fenómeno del PT de Brasil pero sí de toda la izquierda Latinoamericana, son esas divisiones, o a veces esa falta de unidad que nos permitirían llegar mucho más fortalecidos, como un bloque, como izquierdas, como pueblos, a un momento electoral.

En el caso de Sao Paulo, ahora Tato dijo ‘todo mi apoyo a Boluos, vamos a ayudar a la campaña, vamos, vamos’, pero podía haberlo hecho desde el primer turno, porque hay un desgaste, eso afecta también la imagen del PT en la principal ciudad del país, o sea de ver un resultado pésimo en la elección para alcaldes, pero el partido que más curules ganó en el consejo de la ciudad es el PT con una importante victoria también del PSOL, esa unidad es clave para que la izquierda pueda reorganizarse en este momento en Brasil para pensar hacía de aquí a dos años cuando va a haber una elección presidencial, ¿qué vamos a hacer?, ¿va Lula nuevamente?, si va, entonces, ¿va toda la izquierda apoyándolo?, si no va, entonces comencemos a trabajar por ese otro candidato, pero la cosa es crear estos lazos de unidad que nos permitan hacer lo que hizo Chile y Bolivia, que no es simplemente ganar electoralmente sino ganar políticamente una elección, porque Dilma cuando ganó su reelección no ganó políticamente, ella ganó la presidencia, pero entró extremadamente debilitada y eso permitió de cierta forma un golpe parlamentario ilegal en contra de ella, porque no tenía el apoyo popular ni de la misma izquierda, la verdad es esa, incluso había secciones dentro del PT que estaban muy molestos con la presidenta Dilma y al final de cuentas todo eso se siente en las bases.

Ganar la elección de aquí a dos años se construye desde ahora, desde estos resultados municipales, entonces veamos si la izquierda brasilera logra consolidarse en unidad para poder vencer al fascismo, a la violencia, al asesinato, a la Biblia en vez de pensar un proyecto de país lo que ellos dicen es ‘debemos leer la Biblia y es con base en eso que debemos construir al país’, lo que es una barbaridad, respetando todas las vertientes religiosas que pueden haber en el país, en Brasil, pero no podemos transformarnos en un califato.

BS: ¿Qué posibilidades ciertas hay de que Boulos se termine convirtiendo en el alcalde de Sao Paulo y que proyección política ves en él hacia el futuro? ¿Hay algún sucesor de Lula?

AC: Es muy difícil que Boulos gane la elección en Sao Paulo, hay una distancia de Bruno Covas, que es el actual alcalde que va a la reelección, en relación a Boulos. No obstante, hay una  arrancada de Boulos tremenda, tiene mucha fuerza, mucho apoyo, sectores de centroizquierda y del centro de la ciudad se han simpatizado, se han desarmado un poco, se le decía que era típico un comunista que se comería a los niños, pero él ha conseguido desarmar esa imagen que se le ha posicionado. Yo creo que el sí es un representante de esta nueva generación, el PT ha actuado en la conformación de cuadros desde su nacimiento. Nadie puede sustituir a Lula, como nadie puede sustituir a Hugo Chavez, Rafael Correa, Evo Morales, Cristina Fernández, José «Pepe» Mujica, sabemos el tamaño de estas figuras, pero sí hay una posibilidad de que estos partidos logren crear unas condiciones de trabajar en unidad  para que estas nuevas generaciones vayan ganando experiencia y puedan llegar a la elección presidencial de aquí a dos años para vencer.

No obstante, hasta hora Lula es la primera opción de la izquierda brasilera para ganar a Jair Bolsonaro, lo que hay que ver es sabiendo que la máquina judicial, persecutoria de Brasil, va a trabajar para impedir que sea candidato, entonces si él no va quién va en su lugar, lo que no puede pasar es improvisar como fue la llegada de Haddad a ser candidato a la presidencia, fue de una manera muy improvisada, pese a una arrancada brutal de Haddad no le dio, pero tuvo una derrota sensible, digamos, fue una victoria muy fuerte, contundente de Bolsonaro, pero eso demostró que no se puede improvisar al momento de poner un candidato que sustituya a un hombre del tamaño de Lula.

Debemos ser muy cautos como izquierda para no solo decidir en este momento, pactar quién tiene que ser o cuáles pueden ser pero para trabajar en unidad y fortalecernos ante la sociedad para llegar al 2022 y ganar las elecciones.

DR: Casi todos los líderes de partidos progresistas hicieron público su apoyo a Boulos, ¿crees que es como un primer paso de construir una nueva izquierda plural? ¿A dónde va Bolsonaro ahora después de estos resultados?

DR: Bolsonaro tiene un piso muy elevado de apoyo, un voto duro y de apoyo incondicional muy elevado, lo que si se mantiene, y creo que se va a mantener hasta las próximas elecciones presidenciales, indudablemente hace que Bolsonaro sea candidato, a no ser que tenga problemas de salud, él tiene una salud más o menos debilitada, y pueda impedir que vaya a la reelección.

No obstante, a lo que todo indica él tiene un voto muy fuerte, un piso muy elevado, que le va a permitir tener una plataforma mucho más cómoda para lanzarse a la reelección.

Yo no veo la derrota de Donald Trump como una derrota, en realidad estoy sorprendido, él aún no ha reconocido la derrota, pero si es que realmente que perdió la habrá perdido por nada, es decir, el fascismo, ese neofascismo estadounidense, asesino, genocida, racista, misógino, xenófobo, tiene una gran capacidad electoral.

Con COVID-19, con los problemas económicos que atraviesa en este momento los Estados Unidos, pese a todo eso, el tipo logró prácticamente empatar con Joe Biden, la verdad es esa, entonces puede perder electoralmente, pero políticamente la derecha gorila de los EE. UU., ese sector más violento, aun es la mitad de la población que votó por Trump.

A su vez, la lucha contra Bolsonaro está obligando a que líderes de izquierda que estaban muy peleados, como es el caso de Ciro Gomes con Lula, se vuelvan a sentar lado a lado para lograr un acuerdo y hacer que exista una victoria del progresismo, independientemente que no sea mi candidato, o sea a Boulos lo vamos a apoyar para que gane estas elecciones, porque esto es importante para Brasil simbólicamente y que nosotros consigamos a partir de eso crear una plataforma para enfrentar el fascismo.

Creo que la lucha contra el fascismo en Brasil va a obligar a que todo el mundo se trague su ego, sus diferencias programáticas o políticas y el arrastre de problemas, de peleas y de ataques mutuos, para tener un consenso para poder llegar a las elecciones de 2022 y ganar esas elecciones, porque si la derecha fascista, bolsonarista vuelve a ganar las elecciones la situación va a ser muy complicada para Brasil.

https://www.youtube.com/watch?v=bMxdV4uw6ko

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