'Mañana Me Chanto':

Record Guinness para Aurelio

La banda mestiza ha recorrido tres continentes, Europa, África, norte, centro y sur de Latinoamérica. También tienen tres discos: Arriba, Pero Mañana, y Ciudadanos del Mundo. Han llevado su música por cientos de lugares con letras en español -la mayoría-, en inglés, alemán-suizo-, árabe y francés, pasando ya dos veces por Marruecos.

Por Wari

01/05/2014

Publicado en

Artes / Entrevistas / Música / Música

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mañanamechanto

LA BANDA

“Mañana me chanto” comenzó a gestarse más menos el año dos mil cuando Andrés Palanka y Carlos Palanka, el Cocho y el Alex (Valencia) empezaron a buscarse la vida en las calles de Barcelona. La idea era tocar para pagar el arriendo y no tener que tener jefes y esas tipo de cosas.

“Nos dimos cuenta que teníamos mucho que decir con las canciones, y empezamos a hacer nuestros temas… al inicio mezclábamos con covers playeros y ahora ya tocamos lo propio”.

-¿Cómo definen ese estilo de “lo propio”?

-Está definido como mestizaje: un tipo de género que nace en ciudades como Barcelona, París, Praga, donde las bandas se forman con integrantes de muchas partes del mundo. Por ejemplo, nuestro trompetista Marco Gunn es suizo-norteamericano, Juan Siñeriz el bajista, es argentino.

-¿Y los ritmos?

-Propio del mestizaje: rumba, reagge, cumbia, ska, salsa, merengue, punk rock… un poco de todo.

-¿Qué otros músicos han sido parte de la historia de la banda?

-Estuvo Marcelo Ponce de Chile (bajo), fue quien nos ayudó a definir los ritmos al inicio para ver qué era qué cosa; estuvo tres años con nosotros. Luego llegó Juan Siñeriz (Juanito de la Pampa) de Santa Rosa de La Pampa, Argentina. Estuvo también El Negro Aymará (El Bolsón, Argentina). También pasó Damián Issertes, el Niño de la Salsa que era tecladista.

-¿De dónde viene el nombre?

-Tiene una historia divertida: estábamos viviendo en una casa en Barcelona el 2001 y hubo un carrete de San Juan, con su fiesta en la playa y todo. Llevábamos como tres días dándole y un amigo “x” dijo: “Nooo loco mañana me chanto”. Luego llegamos de vuelta a la casa y había un cuadro que había pitado el Yuri Pezcamino -un amigo pintor que vive allá-, y el cuadro se podía rayar y escribir cosas , hacer dibujitos… era para eso el cuadro en realidad. Entonces este amigo escribió ahí: “Mañana me chanto”. La cosa es que después llegó otro amigo Alex Dos, húngaro-gringo y lo vio y preguntó qué significaba eso. Le explicamos y dijo: “ese es el mejor nombre para mi banda”. Y nosotros: “no, no, es para la nuestra loco, cómo que para tu banda” (risas). Y estuvimos como un mes hueviándolo con eso: que el nombre era para la nuestra y no pa´ la de él. Hasta que un día el loco nos citó por un lado a mi y por otro a mi hermano, nos invitó una chela y nos dijo que nos regalaba el nombre…

-¿Y antes cómo se llamaban?

-‘Los Arañas Pollito’ o Chicken Spider para los turistas, el 2000.

-¿Actualmente quiénes la conforman?

-Ahora somos Andrés Pérez (trombón) , Juan Siñeriz (bajista), Marco Peter Gunn (trompeta), Andrés Palanca (guitalele, voz), Marcelo Leppe (batería) y Carlos Palanca (voz, guitarra, guiro)

LA CALLE, EL VIAJE, LAS LETRAS

-¿De qué tratan sus letras?

-El mismo mestizaje en sí trae un mensaje social; hablar las cosas que pasan en la calle y el mundo, por ejemplo sobre la policía, la ecología, las guerras. También mucho sobre injusticias sociales, sobre cómo está manejado el planeta, de cómo nos controlan, nos aplastan.

-¿Algunos temas que hablen de esto?

Estados Unidos, Glifosanto, Mala Situación, Ocupación.

-¿En general, cómo es el trato con los músicos en las calles?

-No hay un general. Cada lugar tiene su trato, incluso es algo muy personal, puede que dentro de la misma ciudad haya un policía muy cabrón e irrespetuoso y en otras partes han sido muy amables.

-¿Como por ejemplo?

-Mira, en Barcelona nos han quitado un montón de veces los instrumentos, incluso sin estar tocando. Acá en Santiago bien, pero una vez fuera del Metro Bellas Artes nos echaron en mala. La policía en general nunca ha tenido mucho respeto por la cultura.

-¿Y al contrario?

-En Bolivia en la sierra, fuimos a un pueblo pequeñito donde llegamos con toda la parafernalia y se acercaron los abuelos, la policía, todos a escuchar, la gente estaba feliz.

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-¿Cuál es el tema que más gozan ustedes?

-“El cerdo del policía”, que en realidad se llama “Quiero ser Policía”. Es una historia real, porque el trompetista vio en un diario de Misiones en Argentina una nota en que un niño escribía una carta a Jesús. En la carta contaba que él cuando grande quería ser policía, porque veía que los policías podían matar un chanchito y comérselo, podían manejar autos, tener un machete propio… el niño quería ser policía solo para poder comer en el futuro: el coro dice “Jesús, por favor, yo quiero ser policía, comería todos los días, todos los días”…

“SALAAM ALECON, ALECON SALAAM”

-¿Y cómo se financia la banda?

-Tocando en la calle, viajando, recorriendo el mundo. Una vez hicimos un viaje desde Estados Unidos a Chile en auto, llegamos a E.E.U.U. con aproximadamente diez dólares cada uno en el bolsillo y unas cuantas copias de discos para vender y empezar. Agarramos, tocamos en la calle y en un par de bares, hicimos las monedas y nos compramos una furgoneta: 700 dólares, una Ford Aerostar. De ahí seguimos tocando un poco más e hicimos tres mil copias de discos y comenzamos a bajar; no pudimos cruzar el Darien (selva) entre Panamá y Colombia, entonces mandamos el auto en un barco y lo recogimos en Quito para seguir el viaje. Fueron siete meses de experiencia increíble, quizás con los mismos diez dólares en el bolsillo con que partimos, llegamos de vuelta.

-¿Y en Marruecos?

-Hacíamos Mercado, reciclábamos en Europa y nos íbamos a vender a la calle en África. Vendíamos gafas de aumento y normales, reciclamos muchas cosas la verdad, porque no se podía tocar mucho en las calles. De eso vivimos cuatro meses: de Mercado. Casi dos mil gafas; era difícil conseguir permisos para poder tocar hasta en bares. Al final arrendamos una casa en el sur de Marruecos y ahí hicimos el último disco; y claro, lo importante es que además vendiendo en le mercado aprendimos árabe.

-¿Entonces su forma de hacer su difusión es viajando?

-Es eso, claro, lo mismo: boca a boca, mano a mano, se va pasando la voz, vendemos los discos en la mano a la gente, muchas veces nos ayudan nuestras novias, nunca hemos tenido promotores o manager o cosas así… nuestro manager es nuestro perro: Aurelio.

-¿Y vacila Aurelio?

-Claro, Aurelio canta, es nuestro representante legal. Creo deberían darle Record de Guinness por ser el perro que ha estado en más lugares; ya son 25 países y cantidad de ciudades y pueblos, tiene su pasaporte (suizo) y todo.

SU PÚBLICO

-¿Qué tiene el verano latino y el europeo?

-La gente está más contenta, está buenísimo allá y acá, la gente está abierta. Por ejemplo, el invierno en Suiza es terrible, de la casa al trabajo, del trabajo al bar, un triángulo del que no salen, entonces al llegar el verano, la gente pasa en la calle, al lado del río, se sientan a disfrutar de la música, es bonito.

-¿Y cuál público vacila más en su opinión, el europeo o el latino?

-¡El latino po! Es mucho más caliente, tiene sangre de basilón; aunque a un alemán le pones unas cumbias y también te las baila todas.

-¿Norte o Sur?
-Sur.

Contacto: www.mananamechanto.com

Por Pía Sommer Catalán

Cultivos Chilenos

El Ciudadano Nº149, diciembre 2013

 

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