Tsonami: Festival Internacional de Arte Sonoro

“Un punto importante a destacar es que entre los invitados internacionales viene Nicolas Collins, uno de los pioneros en utilizar e investigar con tecnologías electrónicas y sonido

Por Wari

24/01/2012

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“Un punto importante a destacar es que entre los invitados internacionales viene Nicolas Collins, uno de los pioneros en utilizar e investigar con tecnologías electrónicas y sonido. Él trabajó junto a artistas como John Cage, John Zorn y Alvin Lucier. También viene Manuel Rocha, quien es un referente obligado del arte sonoro latinoamericano”, comenta nuestro entrevistado y director artístico del Festival, Fernando Godoy.

-¿Cómo se viene Tsonami de este año, entre música, sonido y tecnología?

-Este año, el Festival está estructurado con base en conciertos, intervenciones sonoras, acciones en espacio público, charlas, talleres, un programa radial y una pieza para streaming. Básicamente, armamos la parrilla con diez invitados internacionales más los nacionales, que incluyen grupos y colectivos de Santiago y Valparaíso. Los conciertos están dedicados a prácticas musicales como improvisación libre y exploración sonora con tecnologías; las intervenciones son trabajos específicos en quebradas y cerros; las instalaciones también se emplazarán en la ciudad, incluso en un centro comercial. Los talleres están dedicados a tecnologías libres e introducción al arte sonoro y, por último, el programa radial se centrará en paisaje sonoro y radioarte.

-¿Cómo han visto el proceso de expansión del Festival desde 2007, en su primera versión?

-El Festival ha tenido un cambio grande desde 2007; fue más bien un festival de música contemporánea, salvo un par de trabajos que eran performáticos, no existió gran diferencia en cuanto a contenidos con los festivales académicos y tradicionales de música contemporánea. Esta situación empezó a cambiar en 2008, cuando por primera vez se trabajó con montajes e instalaciones sonoras; así, progresivamente, la música contemporánea fue quedando a un lado hasta llegar al 2010 donde la linea programática ya no tenía ninguna relación con este tipo de música. Actualmente Tsonami tiene relación con la exploración sonora mucho más allá de lo estrictamente musical, en especial los vínculos que se dan entre el trabajo sonoro y temáticas como tecnología, espacio público, situaciones de escucha, nuevos medios, etc.

-¿Cómo se gestiona y financia el Festival en Buenos Aires desde el 2008?

-La gestión de Tsonami BsAs es completamente independiente de lo que hacemos en Valparaíso. El Festival allá surge porque parte del equipo que inició el festival se fue a estudiar composición. La diferencia fundamental con Tsonami BsAs es que allá se mantienen vinculados al mundo académico y de la música contemporánea. Sobre el financiamiento, entiendo que tienen apoyo de instituciones como Centro Cultural Recoleta e incluso algunos privados como YPF.

-Se da cita con la producción independiente de Valparaíso ¿Podrían destacar tres eventos programados durante el Festival?

-Respecto a la música improvisada, existe en el espacio de conciertos el Proyecto Tarabust que trabaja improvisación dirigida por señas. Por otro lado, hay una instalación en colaboración con Festival Teatro Container sobre arte y tecnología, que consiste en la construcción de un sistema ecológico artificial, con base en energía solar, la que se utiliza para alimentar pequeños dispositivos electrónicos construidos artesanalmente, muy similares a insectos. Estos insectos electrónicos formarán una comunidad al interior de un container emplazado en la ciudad, de tal manera que el público entrará en un paisaje selvático nocturno lleno de sonidos y luces. Por otro lado, hay intervenciones como las Derivas que nacen de un trabajo en conjunto entre nosotros como organización del festival y el colectivo Ala1RECS, de Santiago, donde la primera experiencia consistió en construir situaciones en la que un número de músicos realizan segmentos de escucha, traslado, pausas e intermedios de improvisación en varias locaciones de la ciudad.

-Si el sonido en este Festival es también un encuentro con el ruido ¿Cómo definirían la experiencia en el campo de la industria musical chilena? ¿Es posible circular fuera del marco del encuentro?

-La idea de industria de la música no tiene mucho que ver con el arte sonoro. Ya es difícil hablar de una industria musical chilena y es doblemente difícil pensar en una que dé cabida a manifestaciones más experimentales. Y aún cuando le diera cabida pienso que no correspondería, pues es un campo diferente. De hecho, lo que nos interesa es ser una alternativa a estas ideas de industria, pues aquí abordamos prácticas que no pretenden ser mercancía, ni levantarse como manifestaciones masivas; la idea es justamente abrir espacios para otro tipo de prácticas, que no son parte del mercado. Obviamente, esto es un poco engañoso pues alguien podría decir que es imposible estar fuera de un mercado, y en parte tendría razón; en este sentido más bien lo pensaría como un intento utópico de convergencia, aún sabiendo que ese punto es inalcanzable. Veo que la salida pasa por armar pequeñas autogestiones, a través de grupos y colectivos de interés común, y tender hacia una red de nodos conectados, por decirlo de algún modo, algo así como la estructura de Internet, sin centro.

Ahora, sobre la circulación, ésta no se restringe al festival; hay colectivos que trabajan todo el año, arman actividades, ciclos, etc. De hecho con Tsonami es un trabajo que vamos a empezar a desarrollar este 2012, no limitándonos a una semana al año, sino realizando varias actividades para cerrar el año con el Festival.

-¿Cuál es el espacio que se le da a los porteños para acercarse a Tsonami?

-El Festival está completamente abierto a la comunidad, las actividades son gratuitas a excepción de los talleres que tienen un cobro mínimo. Además, usamos como estrategia llevar parte de la programación a la calle, intervenir el flujo cotidiano de la ciudad, para que la gente se encuentre con estas manifestaciones más que ir a buscarlas. Un punto importante de cruce con el habitante es la instancia de taller, se abarcan temas prácticos; no buscamos la especificidad ni enfocamos a músicos profesionales o artistas; nuestro público ahí es la gente común, con el objetivo de mostrar nuevas formas de creación y apropiación de tecnologías de escala humana. Nos interesa formar audiencias, instalar nuevas temáticas y mostrar a la gente herramientas de creación poco abarcadas.

+ info: [email protected] /www.tsonami.cl

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@FestivalTsonami en Twitter

Por Pía Sommer

Cultivos Chilenos, suplemento de Arte & Cultura

El Ciudadano Nº113, primera quincena noviembre 2011

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