Expresidentes de América Latina alertan que la política represiva de drogas fomenta el delito

Integrantes de la Comisión Global de Política de Drogas, entre los que se encuentran exmandatarios de Colombia, Brasil, Chile y México, insisten en la necesidad de cambiar la estrategia de “guerra contra las drogas”

Por Nicolas Curi

27/10/2014

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Las políticas de drogas represivas y militarizadas en lugar de reducir el delito, lo fomentan, pues provocan un alza en los precios de las drogas y con ello que más grupos criminales decidan unirse al tráfico, pero además motivan que personas drogodependientes cometan delitos para financiar su consumo, concluyó la Comisión Global de Política de Drogas en su informe 2014.

Este grupo de estudio de la política de drogas mundial alerta que los gobiernos no están contemplando en sus estrategias que las operaciones “de mano dura militarizadas” exacerban la violencia criminal y la inseguridad pública sin detener la producción, tráfico o consumo de drogas.

“Es preciso enfocarse en la reducción del poder de las organizaciones criminales, así como la violencia e inseguridad que resultan de la competencia entre sí y con el Estado (…)Desplazar la producción de drogas ilícitas de un lugar a otro o el control de una ruta de tráfico de una organización criminal a otra muchas veces causa más daño que beneficios”.

El informe 2014 “Asumiendo el Control: Caminos hacia políticas de drogas eficaces” fue hecho por esa Comisión que, desde 2011, presenta informes tras el estudio de las políticas de drogas y sus efectos en la sociedad.

Entre sus integrantes están Kofi Annan, exsecretario general de las Naciones Unidas; Fernando Henrique Cardoso, expresidente de Brasil: César Gaviria, expresidente de Colombia; Ricardo Lagos, expresidente de Chile; Ernesto Zedillo, expresidente de México; Jorge Sampaio, expresidente de Portugal; Mario Vargas Llosa, escritor y excandidato a la presidencia de Perú; y exfuncionarios y exsecretarios de Estado de Estados Unidos.

Por cuarto año consecutivo, la Comisión aboga porque a nivel mundial el tema de drogas tenga un enfoque centrado en la salud pública, seguridad ciudadana, derechos humanos y desarrollo; tras reconocer que la política represiva “ha fracasado enfáticamente”.

“La aplicación de este modelo ha tenido como resultado más violencia, el aumento de la población carcelaria y la erosión de los gobiernos alrededor del mundo. Los daños a la salud derivados del consumo de drogas no han disminuido, sino que incluso han empeorado”.

La Comisión insiste en que la política represiva estimula más violencia cuando se enfoca en frenar la operación de los líderes de cárteles y grupos criminales. “El arresto de líderes suelen generar vacíos de poder. Estos, a su vez, estimulan más violencia ya que los actores restantes compiten por quedarse con esa parte del mercado”.

Entre las alternativas que proponen para que la política de drogas global tenga más éxito está “optar por alternativas al encarcelamiento para los infractores no violentos y de los eslabones más bajos de la cadena como campesinos, mulas y otros involucrados en la producción, transporte y venta de drogas ilícitas”.

Como han argumentado en el pasado, los integrantes de la Comisión insisten en la necesidad de poner fin a la penalización del uso y posesión de drogas y dejar atrás la justificación de que el tema se atiende desde un enfoque de salud con tratamientos obligatorios de rehabilitación.

Asimismo, vuelven a tocar el tema de regulación legal del mercado de drogas como el cannabis, la hoja de coca y algunas sustancias psicoactivas.

“Los mercados de drogas deberán estar regulados de manera responsable por las autoridades de gobierno. Sin la regulación, control y aplicación de las leyes, el tráfico de drogas permanecerá en manos de criminales organizados. En última instancia se trata de elegir entre dar el control al gobierno o a los carteles; no hay una tercera opción en que se pueda hacer desaparecer los mercados de drogas”.

La Comisión insiste en que los gobiernos deben tener el control del mercado de drogas por medio de instituciones reguladoras que rindan cuentas y a través de las cuáles se pueden reducir riesgos a la salud que actualmente amenazan a las sociedades.

Fuente: Animal Político

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