La Nueva Victoria de Julio Ponce Lerou

Con la nominación de la oficina Nueva Victoria con el nombre del ex-yerno de Pinochet, SQM apuesta a cerrar un ciclo coronado con el polémico pacto con Codelco. Dicha planta es la principal productora de yodo en el mundo, negocio cuyas bases fueron sentadas por la nacionalización del salitre y el gobierno de la Unidad Popular, cuando se sacó a la industria del letargo de décadas de administración extranjera y se proyectó una industria de química pesada. Todo quedó en vano en las manos del ex-yerno de Pinochet.

La Nueva Victoria de Julio Ponce Lerou

Autor: Mauricio Becerra

Julio Ponce Lerou está exultante. Próximo a jubilarse el patriarca, que amasó el control de la Sociedad Química de Chile S.A. para transformarla en la actual SQM bajo la sombra del ex-dictador, cree haber ganado ya todas las apuestas. Así lo confirma quienes lo vieron en el reciente homenaje que le fue tributado por su “círculo de hierro”, según reportó El Diario Financiero, ocasión en que celebró el polémico acuerdo con Codelco que amplia hasta el 2060 la participación de SQM en la explotación del Salar de Atacama a cero costo y el ascenso de su hija, Francisca Ponce Pinochet, a dirigir los destinos de la compañía.

Y para rematar su despedida tras más de 40 años al mando de SQM, la oficina Nueva Victoria, una de sus plantas principales, fue rebautizada con su nombre, quedando con la pasmoso denominación de ‘Nueva Victoria Julio Ponce’.

Ironía en la elección o mera coincidencia, se trata de una nueva victoria del ex-yerno de Pinochet, refregada en la cara ante el gobierno.

Para llegar a este punto Julio Ponce Lerou se la jugó a fondo. Lo primero fue que Corfo traspasara las pertenencias mineras del Salar de Atacama a Soquimich a mediados de la década de los ochenta. Luego, a fines de la dictadura, digitó desde las sombras la privatización de Soquimich, afianzando en los años siguientes su control de la compañía a través de las sociedades cascadas que ineludiblemente conducían a Pampa Calichera, su núcleo accionario. Con la llegada de la Concertación al gobierno, se aproximó primero a la Democracia Cristiana y luego al resto de partidos del actual Socialismo Democrático. Ya sea, a través del financiamiento de la Revista Hoy en su momento y, posteriormente, financiando campañas electorales, logró que quienes en la década anterior exigían revisar cómo de gerente de Corfo se transformó en dueño de SQM, ahora lo acompañaban a sus visitas en avioneta a las plantas de María Elena o Pedro de Valdivia. Así, en 1995, el gobierno de Eduardo Frei le renovó la concesión de explotación del salar de Atacama hasta el año 2030, a través de un opaco mecanismo.

Cómo Julio Ponce Lerou se hizo dueño de Soquimich

En las décadas siguientes trascendieron las investigaciones sobre el financiamiento ilegal de la política. Se detectaron 4.865 boletas o facturas de SQM para pagos a Imaginacción Asuntos Públicos Correa & Correa. Según la periodista María Olivia Monckeberg, Imaginaccion recibió entre 2009 y 2013 un total de 877 millones de pesos. De igual modo, Ponce Lerou no dejó de aportar para las campañas de derecha, destinando en 2009 a Sebastián Piñera casi un millón de dólares. En la campaña de Bachelet de 2015, el aporte del ex-yerno de Pinochet fue de estimado en 205 mil millones de pesos. Cuando la ex ministra del Interior y actual precandidata presidencial, Carolina Tohá, fue presidenta del PPD, dicho partido recibió 57 millones de pesos de SQM, época que coincidió con su campaña para alcalde de Santiago.

Cuando se destapó el financiamiento transversal de la política por parte de Julio Ponce Lerou, Corfo aprovechó de renegociar las condiciones del contrato que les permite la explotación del Salar de Atacama. Encabezadas por Eduardo Bitran, se acordó en 2018 mantener el arriendo de las 16 mil hectáreas del Salar de Atacama para la explotación de litio, a cambio de una cuota para el fisco que ronda el 40% de las ganancias. Un año antes, en enero de 2017, SQM fue multada por violar la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA) en Estados Unidos, debiendo pagar un monto de más de 30 millones de dólares. A esas alturas era impresentable la permanencia de Ponce Lerou al mando de SQM, por lo que el trato con Corfo tuvo entre sus cláusulas su salida de la firma.

Siete años después, con la ampliación del contrato hasta el 2060 ya casi cocinada, el ex-yerno de Pinochet fue homenajeado por sus subalternos, quienes destacaron sus capacidades para dirigirlos. Según describió El Diario Financiero, en una “discreta” ceremonia organizada por “su círculo de hierro”, se reconoció la trayectoria de Ponce Lerou en la compañía, destacando su rol en la expansión de SQM y su liderazgo en la industria del yodo.

Tohá

Carolina Tohá y SQM: Una relación incómoda para el oficialismo

El abogado Mauricio Daza, quien fue invitado a exponer en la Comisión Investigadora de la Cámara que desaconsejó concretar el Acuerdo Codelco-SQM, comentó ayer a través de X: “esto es lo que hace la impunidad… Ponce se ríe en la cara de todos… se benefició de la abusiva privatización de Soquimich hecha en la dictadura de su suegro; se hizo multimillonario en los 90s con un acuerdo que le entregó la mayor reserva mundial de litio en perjuicio del Estado; corrompió a gran parte de la política en las últimas décadas y al final le entrega el manejo de su fortuna a su hija, nieta del dictador, garantizada por un acuerdo hecho entre 4 paredes en contra del interés fiscal pactado con un gobierno que se dice de izquierda… y apoyado por los candidatos “progresistas” Carolina Tohá y Gonzalo Winter.

EL NEGOCIO DEL YODO PARA SQM

Según el Compendio Minero Mining & Map Handbook Latin America 2024 la oficina Nueva Victoria de SQM, localizada en Pozo Almonte, producía en 2022, 10.800 toneladas de yodo, a través del proceso de lixiviación en pilas y pozas de evaporación. Se proyectaba en esa fecha una ampliación de la planta para convertirla en el mayor planta de yodo del mundo, proyectando una producción de 6.500 ton/año de yodo y 1,2 millones de toneladas de nitratos.

El yodo es demandado en la industria de la salud donde se usa como medio de contraste para exámenes médicos, en la industria farmacéutica y como insumo para la nutrición humana y animal.

Durante el 2005, SQM planeaba invertir 350 millones en sus operaciones de yodo, estimando el crecimiento de la demanda mundial del producto. Se estima que el yodo genera el 22% de las ganancias brutas de SQM.

Sin embargo, hay una parte oculta de la historia de SQM que no aparece en sus folletos promocionales ni si página web. Es que su origen estuvo fuertemente ligado al proceso de nacionalización de las empresas estratégicas, emprendido desde fines de la década de 1960, cuya inversión estatal y de producción de estudios sobre las calicheras fueron la base de la industria del yodo y de los nitratos en Chile.

El ingeniero comercial Rubén Borquez Oyarzún, quien dedicó su memoria a la ‘Política salitrera en el período 1954-1969’, en 1971, recomendaba la producción de yodo por sus aplicaciones en medicina, alimentación, conservas, industria del caucho, uso en metalurgia, fabricación de vidrios polarizados y otros cristales ópticos, industria fotográfica y de colorantes. Estimaba para esa época una expansión del mercado en 5% anual.

COMO LA NACIONALIZACIÓN DE EMPRESAS LEVANTÓ A SQM

La Planta Victoria fue construida para producir salitre en plena Segunda Guerra Mundial, lo que implicó que no tuvo el financiamiento ni los equipos para la capacidad productiva del proyecto original, debiendo usarse maquinarias como molinos o casa de fuerza en algunas fases productivas. Tampoco tenía un campamento minero, habilitándose los antiguos de las oficinas Brac y Alianza.

Administrada por la Compañía Salitrera de Tarapacá y Antofagasta, para el el año fiscal 1954-55 producía 144.300 toneladas de nitratos, ampliándose el año siguiente a 200 mil toneladas, luego de una inversión en equipos, extensión de la mina y la construcción de 150 casas para personal casado y 100 habitaciones para solteros. Pese a la mejora, en 1960 el gobierno tuvo que intervenir la oficina para evitar su paralización por cesación de pagos. Un año después la Planta Victoria es administrada por la Corfo a través de la Empresa Salitrera Victoria S.A., debiendo el ente estatal cubrir las pérdidas y hacer nuevas inversiones de capital. Para colmo, en 1964 un incendio destruyó la casa fuerza de la planta, acentuando el problema de la energía eléctrica.

Con la creación en 1968 de la Sociedad Química y Minera de Chile (Soquimich), como parte de un plan para reorganizar la decadente industria del salitre, la oficina Nueva Victoria pasó a integrar la nueva compañía, junto con Pedro de Valdivia y María Elena, además de una red de ventas en Estados Unidos y países europeos. En la oportunidad la norteamericana Anglo Lautaro quedó con un 62,5% de participación, mientras que el 37,5% restante quedó en manos de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo).

Soquimich se abocó a la producción de salitre y yodo. Éste último tenía alta demanda en los mercados mundiales, compitiendo Chile con Japón en ser los principales proveedores. El economista José Cademartori, en su libro ‘La economía chilena. Un enfoque marxista’, editado en 1968, calculaba en no menos de 2 millones de toneladas, el yodo presente en las calicheras nortinas. La cifra equivalía a mil veces la producción mundial de la época. Cada tonelada de caliche chileno contiene aproximadamente 250 gramos de yodo, detalló el economista.

Cademartori también reportó que en el caliche, junto al nitrato, se encuentra cloruro de magnesio, sulfato de sodio, cloruro de sodio (sal común), ácido bórico, yodato de sodio, perclorato de potasio y carbonato de calcio. “La importancia de estos subproductos justifica el concepto de Industria Química Pesada, meta que se vislumbra para nuestra decaída industria salitrera”- proyectaba el economista.

La Agenda del salitre, editada por Soquimich en 1969, reportó que la producción chilena de yodo abastecía en la época más de un 60% del consumo mundial. Éste era producido en las oficinas de Pedro de Valdivia y María Elena, las que habían puesto en operaciones una nueva planta de yodo con capacidad para producir 2.700 toneladas anuales. Para la oficina Victoria se proyectó la construcción de una planta que produciría entre 400 y 500 toneladas anuales.

Con el ascenso del gobierno de la Unidad Popular, en 1970, el Estado adquiere la totalidad de Soquimich. La propiedad pública garantizó inversiones, aumentándose el suministro energético por Endesa, se instalaron dos generadores Diesel, nuevos molinos y harneros. También se planificó la construcción de una nueva planta de yodo en Nueva Victoria para entrar en funciones en septiembre de 1971.

Un acuerdo entre los trabajadores de Soquimich y el gobierno de Salvador Allende comprometió una producción de 900 mil toneladas de salitre y 3 mil toneladas de yodo para 1972. También se proyectó remodelar las instalaciones para los trabajadores, ya que la antigüedad de habitaciones del campamento en Alianza y Victoria provocaban un gasto mensual de Eº 100 mil en mantención.

Sin embargo, pese a la inversión hecha desde su nacionalización, el costos de producción de Victoria seguía siendo superior al valor de venta de sus productos. El ‘Informe sobre la nacionalización de la industria salitrera’, editado en 1971, dando cuenta del primer año de gestión estatal de Soquimich, reportó que en el trimestre julio-septiembre de 1970 había una diferencia estimada de 627 mil dólares, lo que equivale a US$ 2.500.000 al año.

Durante el gobierno de Allende también se abrieron nuevos mercados para el salitre. Comenzó así la exportación a la República Democrática Popular China, que recién iniciadas relaciones diplomáticas con Chile, adquirió 25 mil toneladas de salitre y 100 de yodo, además de suscribir un contrato de compra de 160 mil toneladas de salitre y 800 de yodo a partir de 1972 y en los siguientes cuatro años.

En la época se exportaba también salitre a Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, gran parte de Europa, cercano y medio oriente, según reportó el informe, países en donde se habían establecido desde décadas anteriores oficinas comercializadoras del salitre chileno dependientes, además de una flota de barcos para su transporte.

También la Unidad Popular desplegó una política de subir el precio de venta en los mercados mundiales, alzándose el precio desde el 1 de febrero de 1971 del yodo de US$ 3,50 el kilogramo a US$ 5 el kg. Pese al miedo de “espantar a los mercados”, el resultado fue positivo. El informe de la nacionalización comentó que el aumento no generó “merma alguna en las colocaciones internacionales y, por el contrario, hasta el 1 de julio, se vendieron 222 toneladas más de yodo que el mismo período anterior”.

La meta fue alcanzada, pasando de 632.580 toneladas de salitre y 2.151.311 kilos de yodo entre los años 1969-1970 a cerca de las proyectadas 900 mil toneladas de salitre (92,2%) y, en el caso del yodo, el , índice de producción fue de un 106,4% respecto de lo proyectado.

El economista Gonzalo Martner, en el libro ‘El gobierno del presidente Salvador Allende, 1970-1973. Una evaluación’ (1988), destacó que desde su nacionalización, en 1968, el Estado desplegó un plan de inversiones para Soquimich de 13,5 millones de dólares. Éste consideraba una planta de sulfato de sodio, ampliación de planta de filtros Pedro de Valdivia, una nueva planta de yodo en Victoria, abastecimiento de agua industrial, plan habitacional, siendo concretadas para 1971 parcialmente la planta de sulfato de sodio y el plan habitacional. En tanto, la producción de yodo subió un 12%.

DEL YODO DE LAS CALICHERAS AL YODURO DE POTASIO DE AJAY CHEMICALS

Con el proceso de desindustrialización del país iniciado con la dictadura militar, el proyecto de convertir a Soquimich en una industria de química pesada a partir del procesamiento de los nitratos quedó en el papel. La empresa, tras su privatización a fines de los ochenta, sigue sustentando su negocio en la exportación de potasio, yodo y -en las dos últimas décadas- aprovechó la demanda mundial de litio. En otras palabras, es una industria extractivista productora de materias primas sin valor agregado alguno.

Según las Memorias de SQM de 1977, se produjeron ese año 1.855 toneladas de yodo, un monto menor al producido seis años antes, durante el primer gobierno de la Unidad Popular.

Industria química pesada: SQM y el proyecto original que nunca fue

La planta Nueva Victoria, pese a estar proyectado desde 1971, inició su producción de yodo recién en 1997.

El valor agregado del yodo es hecho fuera del país. La producción se destina para la norteamericana Ajay Chemicals, que tiene una planta en Powder Springs, Georgia, y fabrica yoduro de potasio. Esto se estableció a través de un joint venture firmado en 1995. En el 2006 suman al negocio la planta de derivados de yodo de DSM Minera Iris, localizada en Pozo Almonte, Región de Tarapacá.

Ajay Chemicals es el principal productor de productos yodados en el mundo.

Mauricio Becerra R.
El Ciudadano


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