Vocera de Asamblea Vecinal Los Pinos de Quilpué y candidata CC por Lista Movimientos Sociales Independientes en D6:

Columna de Janis Meneses: Somos una apuesta de transformación

Columna de opinión de Janis Meneses, trabajadora social feminista, dirigenta social y candidata a convencional constituyente por la lista Movimientos Sociales Independientes en el distrito 6. En esta columna Meneses reflexiona sobre la revuelta social de octubre de 2019 como germen de activación sociopolítica, las condiciones de vida de la clase trabajadora y la organización latente en los territorios. "Vivimos tiempos intermedios, viendo morir al gigante neoliberal y esperando el nacimiento de una nueva etapa." consigna la candidata.

Janis Meneses

Dicen que un viernes 18 de octubre de 2019 el pueblo chileno despertó ¿Qué significa eso? Tomábamos una larga y narcótica siesta neoliberal. Estábamos y estamos cansadas de tanto abuso, colusiones, farmacias, confort, pollos, pasajes de bus, Penta, SQM, MOP Gate, salud, educación, pensiones de miseria, machismo, duopolio, CAE, corrupción, ley de pesca, estafa inmobiliaria y un largo etc. que incluso motivó a algunos a llevar insólitos carteles con la frase textual “son tantas weás que no sé qué poner”, identificando con esto a cientos de miles. Son demasiadas cosas, tantas que resultaba increíble, dignas de una pesadilla que solo debería ocurrir durmiendo.

Salimos a las calles de una forma nunca antes vista, Quilpué no fue la excepción y por supuesto la población de Los Pinos tampoco. Un barrio nacido después del 90 al sur de la Ciudad, fruto de la especulación y necesidad de crear hogares para trabajadores y trabajadoras, expandiéndose por el territorio al mismo tiempo que se expandía el modelo por todo Chile y por todas y todos nosotros.

Margaret Thatcher dijo la frase más ejemplar para ilustrarlo: “la economía es el método, el objetivo es el alma”. El neoliberalismo se caracteriza por saquear al estado y transformar en negocios todos los derechos básicos, sin embargo, algo más profundo ocurría en cada una y cada uno de los chilenos.

El shock psicológico que provocó la dictadura con miles de víctimas y un sinnúmero de horrores dejó el camino llano para continuar el experimento. La clase política decidió simplemente administrar el modelo del dictador, ignorando
todo lo que se proyectaba que podría ocurrir material y culturalmente.

Se fue sedimentando un nuevo sujeto social que se realizaría sobre todo en el encuentro con el modelo, es decir, consumiendo, pagando cuentas de forma puntual, logrando los primeros lugares.

El machismo, la competencia y el individualismo. Tres caras que se reafirman entre sí en cada lugar y dispositivo social que transitamos, desde el nacimiento a la muerte.

Una pregunta clave y estratégica que debemos hacernos es la siguiente: ¿En qué lugares se potencia más el neoliberalismo? ¿En qué lugares se potencia más la competencia, el individualismo y el machismo? Dicho de otra forma ¿En qué lugares los poderosos reproducen y alimentan el modelo con más intensidad?

Para responder las preguntas anteriores es importante analizar temporalmente la vida de un ciudadano o ciudadana chilena promedio.

Actualmente, al menos formalmente, la ley dispone un máximo de 45 horas semanales de trabajo. Las biólogas recomiendan dormir 8 horas diarias (56 a la semana) restando 67 horas semanales en que no deberíamos dormir ni trabajar.

¿Qué ocurre en esas 67 horas restantes?

¿Dónde están las y los trabajadores en esas 67 horas?

Tradicionalmente, quienes apuestan realmente por la transformación, ven al mundo de las y los trabajadores como el principal motor de los cambios, lo cual es indudable. Sin embargo, amplios sectores y movimientos tienden a omitir que las y los trabajadores son sujetos y personas susceptibles de ser colonizados por ideologías que conquistan su identidad más profunda. Cada persona se ha transformado en un territorio en disputa y todo indicaba que esa lucha se estaba perdiendo los últimos 30 años, pero la esperanza renació y despertó el 18 de octubre de 2019.

Comprender que la clase trabajadora produce la riqueza es fundamental, sin embargo, también es muy importante comprender que, debido a lo anterior y su colonización por el consumismo, individualismo y machismo, la clase trabajadora puede convertirse en aliada de su propia explotación y opresión.

El éxito de las políticas neoliberales se debió en gran medida a que usaron esto último, presentando una opción y proyecto para incidir en la producción cultural, tanto dentro como fuera del trabajo.

También hay poder, ideología y política en la casa. Quienes niegan esta afirmación naturalizan consciente o inconscientemente la dominación de una forma de hacer las cosas en lo doméstico. Como resultado de esta naturalización se encuentra la opresión histórica a mujeres, niños, jóvenes y disidencias.

Es importante crear una apuesta de transformación que se haga cargo de colectivizar y disputar la hegemonía del machismo, la competencia y el individualismo que hay fuera del trabajo formal. No es posible pensar un proyecto
político transformador sin que abarque todos los ámbitos de la vida.

Frente al individualismo, la competencia y el machismo, proponemos el trabajo colectivo, la colaboración y el feminismo.

Sin renunciar en ningún caso a la lucha sindical y laboral, avancemos en la organización política de las comunidades. Las juntas de vecinos deben dejar de ser un botín para políticos sin escrúpulos, que sólo aparecen en elecciones, sino
que deben construir su autonomía política en defensa de la transformación.

Mientras esto no se produzca, las asambleas territoriales son un dispositivo capaz de reunir las más diversas voluntades y llevarlas a impactar y crear comunidades de resistencia.

La Asamblea Vecinal de Los Pinos es una asamblea territorial que, al igual que muchas otras nacidas luego del 18 de octubre de 2019, lleva el germen de un cambio cultural mucho más profundo y de largo aliento, somos una apuesta de
transformación.

La invitación es a pensar los cambios en corto, mediano y largo plazo. No se trata sólo de cambiar las relaciones laborales, sino de cambiar también las formas en la cual valoramos, reconocemos y respetamos los derechos de todas, todos y todes.

El cambio en la constitución puede habilitar un mejor escenario para terminar con opresiones dentro y fuera del trabajo. La violencia machista debemos atacarla siempre que tengamos la oportunidad de hacerlo. En esto no podemos dudar.

La lista Movimientos Sociales Independientes del Distrito 6 de la que soy parte comprende la necesidad de crear un proyecto de mediano y largo plazo, además de la apuesta coyuntural de nuestra lista, si ganamos escaños
serán sin duda para el pueblo, y nos permitirá de facto crear mecanismos de participación vinculante, esa es la razón por la cual definimos crear la lista.

La historia no se detiene y nuestra generación dará el siguiente paso. Dónde nos lleve este camino dependerá de nosotras y nosotros, la lucha va dando algunos frutos y depende de nosotros cosecharlos. Depende de nosotras y nosotros terminar con la pesadilla neoliberal.

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