Janis Meneses, Constituyente Electa Distrito 6: Por la unidad de los que luchan en el territorio y en la convención

Las fuerzas en la Convención Constitucional no pueden limitarse a las cuatro paredes en que nos reunamos sus integrantes. Es un deber considerar a los pueblos organizados y movilizados porque son el motor de la sociedad y del cambio, el factor decisivo que inclina cualquier balanza. Sin la ciudadanía organizada, no hay transformación.

Por Janis Meneses, Convencional Constituyente electa pro el Distrito 6.

Hay días nublados, pero radiantes. Hay nubes sobre el cielo de Quilpué, pero las sonrisas de muchos aún no se borran. Respiramos esperanza y en el aire flota la idea luminosa de un país justo. El resultado de las elecciones del pasado fin de semana ha sido sorpresivo, pero sobre todo ha sido justo. Las fuerzas transformadoras hemos obtenido un claro apoyo electoral que nos dio el triunfo sobre quienes quieren conservar el modelo neoliberal, abusivo y patriarcal.

Tenemos un espacio en la institucionalidad ganado por los Movimientos Sociales Independientes, legitimado por miles de personas que apoyaron a las organizaciones, jugando con reglas del juego que fueron diseñadas para que se nos hiciera imposible; mientras tanto, los partidos de derecha, en su propia cancha, contando con apoyos financieros obscenamente inequitativos, no lograron el tercio con el que contaban para detener los cambios estructurales que el país necesita. Los pueblos hablaron claro exigiendo dignidad.

Debemos agradecer a todas, todos y todes quienes han trabajado para sacar adelante esta Constituyente que se logró sin salir un solo día en la TV ni en ningún otro medio de comunicación burgués. La visibilidad mediática se constituyó, en estos tiempos, como un torniquete más. Como siempre, intentaron invisibilizarnos, pero la energía de nuestras demandas y propuestas rebasó sus añejos diques y mordazas. Es gracias a miles de personas que con su apoyo han permitido que saltemos nuevamente esos torniquetes, superemos cercos comunicacionales y triunfemos sobre campañas multimillonarias.

Esto nos lleva a cuestionarnos ¿Dónde está el poder y dónde debería estar? Esta pregunta invita al debate. El análisis antiguo siempre consideró elementos como el dinero y la fuerza, olvidando el poder de los pueblos, hombres, mujeres, disidencias, organizaciones sociales, movimientos, trabajadores y trabajadoras. Una de las cosas que ha demostrado irrefutablemente la pandemia, es que sin trabajadores y trabajadoras no se mueve el mundo. Ese es nuestro poder, que no es propiedad de ningún nombre propio, es de los pueblos. Cuando ese poder se organiza, es el más fuerte de todos.

Por lo mismo, las fuerzas en la convención no pueden limitarse a las cuatro paredes en que nos reunamos sus integrantes. Es un deber considerar a los pueblos organizados y movilizados porque son el motor de la sociedad y del cambio, el factor decisivo que inclina cualquier balanza. Sin la ciudadanía organizada, no hay transformación.

Hacemos un llamado a la organización y coordinación de las diversas agrupaciones sociales del Distrito 6 a formar parte de este movimiento, contactándonos a través de nuestras redes sociales o por medio de cualquiera de las organizaciones que participa con nosotros.

A nivel nacional también convocamos a todas las agrupaciones, sindicales, territoriales y ciudadanas que compartan el ideario antineoliberal, antipatriarcal y de protección a la naturaleza, a que se sumen a una coordinación base que logró llegar a la Convención y que ahora busca expandirse. Nuestra finalidad es la construcción de un poder que sea capaz de hacer frente a quienes intentarán resistirse a los cambios profundos y sabemos positivamente que la fuerza de los pueblos organizados podrá vencer cualquier posición.

Llamamos también a dialogar en pos de la unidad al interior de la convención de todas las vocerías de los pueblos, donde podamos confluir quienes buscamos transformar nuestro país.

El triunfo en la elección fue de los pueblos. La invitación es que, entre todos, todas y todes, con firmeza y sabiduría, seamos el puño y letra con que se escribirá la Constitución y, al mismo tiempo, escribamos esta nueva, hermosa y digna etapa en la historia de Chile.

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