Durante décadas fue encubierto por la Iglesia

Involucrado en abusos sexuales ¿Será absuelto el cardenal McCarrick?

Es el dirigente religioso de mayor rango que ha sido suspendido de sus funciones luego de acusaciones sobre abusos. La Iglesia cerró en secreto tratos con algunas víctimas para impedir que se conociera la verdad

El pasado 20 de junio, la Arquidiócesis de Nueva York, en Estados Unidos, anunció que la investigación que realizó sobre el presunto abuso sexual cometido por el cardenal Theodore McCarrick reveló que la acusación es “creíble y sostenible”. Hoy en día, el papa Francisco se encuentra ante un dilema sobre cuáles serán las sanciones que aplicará o no el Vaticano contra un cardenal de su Iglesia.

En sus declaraciones en junio pasado, el Arzobispo de Nueva York, Cardenal Timothy Dolan, dijo que el presunto abuso ocurrió hace casi 50 años, cuando McCarrick era sacerdote de la arquidiócesis, y que éste es el único caso del que ha tenido conocimiento. Pero posiblemente esa no sea toda la verdad y McCarrick no sea el único delincuente, ya que pudo haber tenido cómplices y encubridores.

Tras hacerse público el caso, el Vaticano y el Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, por orden del papa Francisco, prohibieron al cardenal McCarrick cualquier ministerio público.

Contradicciones

McCarrick tiene 87 años y sirvió como Obispo Auxiliar de Nueva York, Obispo de Metuchen, Arzobispo de Newark y Arzobispo de Washington. En una declaración, reiteró ser inocente de las acusaciones y precisó que ha colaborado con la investigación. Dijo también que acepta la decisión del Vaticano.

Si en Nueva York señalan que sólo conocían de un caso, el obispo de Metuchen, monseñor James F. Checchio, lo desmiente. Dijo que si bien no recibió nunca acusaciones sobre abusos, sí conoció tres denuncias contra McCarrick por “inconductas sexuales con adultos”. Dos de ellas, recibidas hace décadas, concluyeron con acuerdos.

¿Encubrió la Iglesia Católica a McCarrick?

Un testimonio contra McCarrick

Robert Ciolek era un joven seminarista en la década de 1980 y se sentía orgulloso al escuchar a Theodore E. McCarrick, su brillante y carismático obispo en Metuchen, Nueva Jersey, quien le decía que era un alumno destacado y que estaba destinado a estudiar en Roma y ascender en la jerarquía eclesiástica.

McCarrick comenzó a invitarlo para que lo acompañara en viajes largos, a veces solo y otras con algunos jóvenes seminaristas más. Ahí, a menudo el obispo designaba a Ciolek para compartir su habitación, que solamente tenía una cama. En algunas ocasiones los dos hombres pronunciaban sus oraciones nocturnas juntos, antes de que McCarrick le dijera: “Ven y sóbame un poco los hombros”, lo que terminaba en tocamientos indeseados en la cama.

Ciolek, que tenía poco más de 20 años en esa época, dijo que se sentía incapaz de negarse, en parte porque un maestro en su secundaria católica ya había abusado sexualmente de él, un trauma que le había contado al obispo.

“Le tenía fe, era mi confidente, lo admiraba”, dijo Ciolek en una entrevista este mes, la primera vez que ha hablado en público sobre el abuso, que duró varios años durante su vida como seminarista y después como sacerdote. “No podía imaginar que él estuviera pensando en algo que no fuera para mi bien”.

McCarrick es el dirigente católico de mayor rango en Estados Unidos que ha sido destituido por abuso sexual de un menor.

El Papa Francisco y el cardenal McCarrick

El Papa Francisco deberá tomar una decisión definitiva sobre el caso del cardenal McCarrick

Sí recibieron denuncias

De acuerdo con una investigación de The New York Times, entre 1994 y 2008, los obispos estadounidenses, el representante del Papa en Washington y hasta el propio Benedicto XVI recibieron reportes sobre las transgresiones del cardenal con seminaristas adultos. Dos diócesis en Nueva Jersey pagaron acuerdos extrajudiciales en secreto en 2005 y 2007 a dos hombres, uno de ellos Ciolek, por acusaciones en contra del arzobispo. Todo ocurrió mientras McCarrick desempeñaba un papel importante en la promoción de la nueva política de tolerancia cero de la Iglesia en contra del abuso infantil.

“En la iniciativa privada, siempre hay maneras de informar sobre conductas indebidas”, dijo Ciolek, de 57 años, en su casa en Nueva Jersey. “Tienes a un encargado en Recursos Humanos, tienes un departamento legal o cuentas con la denuncia anónima; existen sistemas. ¿La Iglesia católica tiene algo así? ¿Cómo se supone que un sacerdote haga una denuncia sobre abuso o actividades indebidas por parte de su obispo? ¿Cuál es el medio establecido para que cualquiera haga algo así? Creo que eso no existe”.

El pago por el acuerdo que Ciolek recibió en 2005 no venía acompañado de un reconocimiento formal de culpa, y le prohibía totalmente hablar con los medios sobre el abuso. Sin embargo, desde que suspendieron a McCarrick, el cardenal Joseph W. Tobin de Newark y el obispo de Metuchen, James F. Checchio, se han disculpado personalmente con Ciolek en nombre de la Iglesia.

“No encuentro las palabras para ofrecer una disculpa, y me avergüenzo infinitamente de esta conducta atroz”, le escribió Checchio.

Ciolek ha sido liberado de sus acuerdos de confidencialidad para hablar públicamente de los hechos. “Si la Iglesia de verdad quiere arreglar todo este desastre, está obligada a hacer algo”, dijo. “Entonces podré juzgar la sinceridad de las expresiones de pesar que me han ofrecido”.

¿Qué hará el papa Francisco?

Si las acusaciones contra el cardenal McCarrick se confirman, entre ellas el nuevo caso reportado este viernes que involucra a un niño de 11 años, ¿el papa Francisco revocará su título de cardenal? ¿Lo destinará a una vida de penitencia y oración? ¿O incluso lo expulsará del sacerdocio, la sanción esperada si McCarrick fuera solamente un sacerdote?

La cuestión está sobre la mesa del pontífice, quien ya ha pasado gran parte del 2018 lidiando con el abuso sexual infantil, las relaciones homosexuales entre adultos y un escándalo de encubrimiento en Chile que fue tan vasto que toda la conferencia de obispos ofreció su renuncia.

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